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Días antes del encuentro entre Auron y Willy. Narrador: Omnisciente.

Fargan caminaba alegre a su encuentro con Willy, siempre era agradable ver a su... compañero... sí, eso, compañero. Su tonto cerebro le recordaba que él quería a Willy como algo más que su compañero, pero estaba claro que Guillermo no lo veía de esa forma, incluso a veces dudaba de que le tenga un poco de aprecio. Willy podía ser una persona fría y distante, Fargan siempre dedujo que el ser tan inteligente lo apartaba de relacionarse bien con los demás, pero era solo una teoría de su cerebro aburrido.

Aquello no lo había apartado de Willy para nada, Fargan era de las personas que querían incluso sin recibirme absolutamente nada, ni siquiera un "Te aprecio", él seguía queriendo con todo su corazón, como si se le fuera la vida en ello. Willy era difícil de querer, sí, no se dejaba amar o cuidar por nadie, y tampoco lo necesitaba. Era muy independiente y Fargan, bueno, él era todo lo contrario.

Dependía mucho de Willy, de estar junto a él, de que nunca lo remplace. De ser alguna de sus opciones siempre, no le importaba si era la segunda, tercera, cuarta o última opción, él siempre estaría feliz de estar junto a Willy a pesar de todo. Incluso cuando Willy muchas veces lo había juzgado, lo había tratado como a un tonto sin opinión y pensamientos propios, incluso si Willy lo pisaba una y otra vez, David estaría ahí.

David era muchas cosas pero no era un tonto, y así como Willy podía ser astuto, observador, inteligente, David lo era a su manera. Y además, el pasar tanto tiempo con una persona te hace registrar su rutina en tu cerebro, haciéndote capaz de saber cuando algo cambia y... Fargan había notado un cambio en Guillermo.

Ese día, luego de acabar de hacer sus travesuras y una que otra charla, broma, y silencios cómodos. David decidió armarse de valentía y preguntar, a sabiendas de que siempre era muy difícil lograr sacarle algo a la tumba que era Guillermo, no perdía nada intentando.

─Oye Willy ─lo llamó y de inmediato captó toda su atención, los ojos verdes y brillantes de Guillermo estaban mirando fijamente a Fargan, haciéndolo perderse un poco de su objetivo principal. Se aclaró la garganta para volver a concentrarse ─Te he notado... extraño estos días, ¿sabes? ─Willy tragó saliva y desvió la mirada. No se esperaba aquello pero sabía que tarde o temprano, la curiosidad de David lo tomaría por el cuello.

Y el momento era ese.

─Fargan ─le dijo con un tono de voz suave, casi como una caricia. Ambos estaban sentados en un alto puente, el cielo tomaba los colores característicos del atardecer, iluminando el rostro de ambos y también el paisaje, creando una escena preciosa que transmitía tranquilidad. Y era tan extraño ver aquella combinación, un ambiente tan relajado y pacífico, un atardecer tan tranquilo, siendo observado por las personas más caóticas. La naturaleza y los humanos eran los polos opuestos más grandes del universo ─No hay persona que me observé tanto como tú ─dijo luego de unos momentos de silencio e incertidumbre. El rostro de David se tiñó de rojo al escuchar aquello.

Qué vergüenza saber que Willy nota como lo mira todo el maldito tiempo.

─Me miras con tanta admiración... ─dijo con una sonrisa, mirando hacía un costado donde había un bosque repleto de árboles ─Y me pregunto, ¿por qué? ─dijo y David iba a responder con algo que Guillermo ya sabía. Porque sí, Willy sabe de los sentimientos de David pero antes de que pueda responder, lo interrumpió ─No contestes, ya sé la respuesta ─Fargan bajó la cabeza apenado, Guillermo soltó una risita.

─¿Qué es tan gracioso? ─preguntó enfadado. Guillermo suspiró.

─Sabes que cuando te llamo tonto, lo hago de verdad ─dijo y David sintió una opresión en el pecho, pero no iba a mostrarse débil frente a Guillermo ─Y es que eres tan tonto que no te das cuenta que yo te miro de la misma forma ─aquella confesión hizo que el corazón de Fargan latiese con tanta fuerza que hasta podía escucharlo fuerte y claro. De verdad era tan tonto para no... darse cuenta de aquello, de su mayor sueño.

Un silencio que no duró mucho, en el que David se imaginaba miles de escenarios junto a Willy, donde eran felices y comían perdices, como en los cuentos que le contaba su madre, los de la princesa que vive en una torre y espera a su príncipe ideal.

Pero David no era una princesa y Guillermo no era un príncipe ideal.

─Yo nunca te querré tanto como tú me quieres ─dijo Guillermo, aniquilando sus sueños una vez más ─Porque yo no se querer de esa forma, Fargan ─le confesó y Willy nunca, jamás, había sido sincero con nadie como lo estaba siendo en ese momento. Pero tenía muy claro que David se merecía aquella sinceridad, porque David si sabía quererle, incluso siendo una mala persona, lo quería. Y sabía que estaba mal que lo quiera de esa forma y con tanta intensidad, porque solo le haría daño, muchísimo daño.

─Yo...yo te pu-puedo enseñar ─dijo y no supo en qué momento las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, y el nudo en su garganta le dificultaba respirar. Pero se estaba rompiendo frente a Willy, estaba viviendo un momento bonito, porque Guillermo le estaba mostrando un lado que nunca había dejado a la vista de nadie. Y es por eso que lloraba.

─No... porque yo no quiero aprender ─le dijo con una sonrisa triste ─Solo te haría daño, ¿sabes? Te rechazo tanto porque...quiero cuidarte de mí, y me arrepiento de no haberlo hecho antes ─los sollozos de Fargan le hacían sentir una presión en el pecho, lo hacía sentir culpa y se sentía horrible, pero debía decirle todo. Lo merecía, en caso de que algo suceda, no quería irse sin confesar su alma con David ─Porque tú ya me quieres, y sé con seguridad que harías cualquier cosa que yo te pida... ─David asintió con una risita, secando sus lágrimas pero estás no se detenían ─Quiero protegerte, David, si te vieras con mis ojos entenderías todo lo que te estoy diciendo. Sé que ahora... me golpearías, pero el cariño que me tienes te lo impide ─David se quedó en silencio, mordiendo su labio inferior con fuerza, intentando contener sus lágrimas.

─No sigas, por favor ─pidió y Guillermo asintió, disculpándose en voz baja.

─He estado extraño estos días, sí, pero no quiero meterte en esto ─tomó el rostro de David con sus dos manos para hacer que lo miré a los ojos y se arrepintió cuando lo vió tan roto por su culpa ─Solo yo puedo salir perjudicado, tú no ─acarició su rostro con su pulgar y Fargan no pudo evitar cerrar los ojos y disfrutar de su tacto ─Eres demasiado puro, incluso cuando sé todos tus pecados, me atrevería a decir que no hay persona tan... preciosa ─murmuró y David se sonrojó. Guillermo sonrió y limpió sus lágrimas, se quedaron mirándose algunos momentos para luego volver su vista a la puesta de sol.

Guillermo estaba en paz consigo mismo. Temía que Fargan decida investigar más pues no quería meterlo en sus planes, bueno, en su plan. Todo lo que le había dicho era cierto, quería protegerlo como si fuera su propia vida pero ni siquiera eso, porque su vida no le importaba tanto como la de David. Y también, quería mantenerlo al margen porque sabía que Fargan intentaría detenerlo y lo peor es que...

Lo lograría. Porque Guillermo haría y dejaría de hacer cualquier cosa por David.

Esa era la clave. Pero solo Guillermo la sabía.

Bienvenidos y bienvenidas a la segunda fase de esta historia, donde introducimos a nuestro personaje no tan nuevo pero, le incluímos un desarrollo ;) ¡Fargan, Fargancito!

Quieranle y denle mucho amor que el niño lo necesita <3

¡Muchas gracias por todo el apoyo!

Cuídense mucho (っ˘з(˘⌣˘ )

abril. <33

[PAUSADA] brotherhood of evil ─ rubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora