Sentado en aquel diván de psicólogo podía escuchar cada ruido que hacían mis intestinos, podía escuchar como los nervios y el miedo penetraban mis músculos hasta dejarme entumecido. Mordí mi labio inferior con fuerza hasta que sentí el sabor metálico de la sangre en la punta de mi lengua, escuché a Raúl subir las escaleras y rápidamente me limpié. Llevaba sus típicas gafas de psicólogo y si no fuera porque estoy jodidamente asustado me hubiera reído de su aspecto, pero claramente yo lucía mucho peor.
Después de haber descubierto aquello de la Hermandad Oscura no he podido dormir ni una sola noche. Evito a Samuel y a cualquier otro habitante de Karmaland, me encierro en mi hogar a llorar sin saber por qué, solo es una angustia que me consume lentamente, como si fuera un golpe al estómago me obliga a quedarme en el suelo, abrazando mis piernas contra mi pecho.
─¿Qué tal, Rubén? ─me preguntó sentándose frente a mi con una pequeña pero gruesa libreta. Sentí mis ojos repletos de lágrimas y a Raúl mirarme esperando algo ─¿Estás seguro de hacer esto hoy? ─me preguntó con una expresión preocupada pero sin moverse de su sitio. Cerré los ojos por un momento, pensando en que ya no podía ocultar esto y solo confiaba en Raúl.
Asentí despacio jugando con mis manos, incapaz de levantar la vista.
─Estoy seguro ─susurré y Raúl asintió acomodándose para escucharme con atención.
─Adelante, cuando tú quieras ─respiré profundo y imágenes de todo lo sucedido me invadieron.
─Yo... estoy viendo cosas extrañas, estoy teniendo episodios extraños y... tengo miedo ─Raúl frunció el ceño ─Mi nariz sangra, mi cabeza duele y me la paso vomitando. Siento angustia por algo pero... no sé por qué ─Raúl anotó algo y volvió su mirada hacía a mi, relamiendo sus labios.
─¿Has pasado por algo traumático recientemente? ─preguntó y negué ─Quiero decir, algo inesperado, algo que te haya asustado ─reformulo la pregunta y esta vez me lo pensé antes de responder. Es cierto que todas estas cosas me habían asustado de alguna forma pero él se refería a un origen para estas y...
¿Podría ser mi unión a la Hermandad?
─Yo... no ─negué y Raúl asintió volviendo a escribir.
─¿A qué te refieres con ver cosas extrañas? ─preguntó mirándome fijamente. Temblé un poco y me obligué a bajar la mirada.
─Son como... ¿visiones? no lo sé con claridad, pero se siente como un sueño y a la vez como una realidad ─intenté explicarme lo mejor posible ─son episodios cortos, imágenes cortas pero distorsionadas, antes de que sucedan mi cabeza suele doler muchísimo y tengo náuseas. Luego de que pasan, mi nariz sangra y el sentimiento de angustia, de miedo... ─hice una pausa tratando de contener mis lágrimas. Raúl me miraba y escuchaba con atención, analizando cada palabra y cada gesto que salía de mí ─Aparecen... y ya no sé qué hacer ─lo miré y sin poder contenerlo más, me eché a llorar.
Raúl no se acercó, pero sé que estaba mirándome.
─Yo... nunca he tenido un caso cómo este ─murmuró ─¿Qué es lo qué ves, Rubén? Necesito saberlo todo para poder ayudarte ─Solo unos pasos de acercamiento, sentí su mano en mi hombro tratando de calmarme y provocarme confianza. Limpie mi rostro y me recompuse.
¿Será lo correcto contarle?
Lo había pensado antes de venir, por muchos días. El tema estuvo en mi cabeza aniquilandome, hasta que sentí que ya no podía hacerlo solo, ya no podía guardarme tantas cosas y lidiar con ellas, tal vez sea un cobarde, sí, o un tonto también, pero pedir ayuda nunca está mal y es algo que intento poner en práctica.
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[PAUSADA] brotherhood of evil ─ rubegetta
Fiksi Penggemar[PAUSADA INDEFINIDAMENTE] "No te arrepientas, no te arrepientas. La Hermandad Oscura es buena y siempre observa."