Capítulo 4. La mancha negra

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Al siguiente día, en la mañana, se encontraba Báron sentado bajo un árbol en el jardín de la escuela, vigilando a Mal a lo lejos que almorzaba con los demás en las mesas para picnic.

Pronto llega Qrowley y posa en una de las ramas.

-Ya han pasado horas. ¿Por qué carajos el veneno aún no hace efecto? -bufó Báron enormemente frustrado.

-Relájate -dijo la mujer áspera -Yo también me considero muy impaciente, así que ¿por qué no aceleramos el proceso?

-Me gusta. ¿Qué debo hacer?-respondió volteado a ver al cuervo sobre él.

-Usa esto.

Qrowley abrió el pico y de él salió una especie de huevo. Era una esfera azul que parecía tener algo dentro, y lo dejó caer sobre Báron

-Se activará en el agua, ya sabes que hacer.

Báron sonríe.


Mientras tanto en las bancas del jardín.

-Entonces Chad cayó de culo contra el suelo -contó Jay y todos carcajearon.

-Daría el garfio de Harry por haber visto eso -esa fue Uma.

-Tranquila ahí camarón, que cuando sea, mi chica le puede volver a patear el trasero -dijo Jay orgulloso de Lonnie y sus grandes hazañas. Luego se volteó con ella para darle un beso.

Mal tosió un poco.

-Y a puesto a que también patearía el tuyo -atacó Uma esta vez sin piedad.

-Con gusto me dejo -dijo y la volvió a besar.

-Ugh -Uma rodó los ojos.

Harry le aventó una uva -consíganse una habitación. No puedo creer que estén peor que Evie y tontín -Evie levantó una ceja que erizó a Harry y todos rieron.

Comenzaron a debatir sobre qué pareja era peor, aunque todos estaban de acuerdo en que nadie superaba a Mal y Ben. Hubieron más carcajeadas pero entre ellas, y Mal volvió a toser.

-Te dije que te quitaras el vestido mojado cuando volvimos del barco -Evie ya había empezado con los regaños. Mal rodó los ojos.

-Nada que una inyección no cure rápidamente. Yo no soy una niña llorona como Jay o Carlos para preferir los jarabes.

Los dos mencionados comenzaron a quejarse, pero fueron interrumpidos por Jane quien iba llegando.

-¿Alguna novedad? -preguntó Ben. Jane asintió.

-Mi madre me dijo que los guardias ya se encuentran investigando los lugares donde ocurrieron los ataques.

-Estoy seguro de que encontrarán alguna pista -expresó Lonnie, todos asintieron.

-Entonces, lo único que queda por hacer es esperar -añadió Harry con un tono de fastidio.

-¡Llegó la pizza! -esta vez fue Gil, llegando con varias cajas.

-¡Grandiosos! En estos momentos, nada pudo haberme alegrado más -exclamó Jay frotando las manos listo para comenzar a devorar.

Se distrajeron comiendo y hablando de otros temas que no sean preocupantes. Pero Ben justo notó que Mal no había mordido más haya de media pizza.

-¿Qué pasa?

-Nada, solo no tengo hambre.

-No has comido en todo el día más que las fresas que te di en la mañana -Ben juntó las cejas -Por favor termínate aunque sea esa rebanada.

Descendientes 4: Alientos de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora