Capítulo 9. Cara a cara

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Auradon todavía gozaba de la calma.

Ningún estudiante sabía más allá de que existía un posible enemigo. No querían regar pánico, y parte del plan era acabar con la misteriosa hechicera desde antes de que tan siquiera pueda poder un solo pie en el castillo.

Por eso mismo, Uma y los demás, junto con la mayoría de los guardias, ya se encontraban vigilando en las puertas principales. Ben, Evie, Jay y Carlos en cambio, se conservaron vigilándolo por dentro.

-¿Qué tal les fue? -preguntó Ben en el jardín, viendo llegar a Carlos y Jay, quienes regresaban de las celdas.

-Nos odia -respondió Carlos y dejó caer ambos brazos.

-Sí -habló también Jay -No dice nada porque no puede, pero a puesto a que desea rostizarnos.

Ben soltó unas ligeras risas.

-Tranquilos muchachos, Mal nos devorará a todos por igual una vez que esto termine.

-Bueno... siempre he querido ver como es el interior de un dragón -dijo Carlos nervioso, y los otros dos rieron.

-Pues acabemos rápido con esto y averigüémoslo.

Los villanos asintieron.

Pasó un rato, y ambos se fueron a vigilar por el bosque. Ben se mantuvo en el jardín y ahora Evie iba llegando.

-¿Algo?

Evie negó -Aún no descubre cual es el propósito del veneno -dijo y Ben suspiró.

-Comprendo al hada madrina, debe ser muy difícil -Evie asintió -¿Qué hay sobre la brasa de Hades?

-Inservible -dijo Evie derrotada -La última brasa que quedaba se extinguió. Aunque... creo que es mejor así.

Ben asintió dándole la razón -Sí, era muy riesgoso averiguar si también aceleraba los efectos del veneno -se vieron afligidos y transcurrieron unos cuantos segundo en silencio -Presiento que el ataque está cerca -volteó al cielo -Yo... me gustaría verla una vez más antes de que suceda -regresó la vista en Evie -¿Deseas acompañarme?

Evie lo vio durante unos segundos y negó -No puedo verla más allá de vigilarla a través del espejo -dijo sintiendo su sangre comenzar a hervir -Es una mísera, caprichosa, egoísta, idiota malagradecida, y ahora mismo solo pienso en querer abofetearla con todas mis fuerzas.

Ben soltó una fuerte carcajada.

-Que bueno que alguien sea capaz de decirle todas esas cosas -la tomó por un hombro y sonrió -Aunque... sé que eso no es lo único que sientes -dijo y la mirada de Evie se aflojó hasta terminar en una melancólica.

-Jamás me había sentido tan cobarde en toda mi vida -bajó el rostro -Ni siquiera sabiendo que se avecina una terrible amenaza me sentí de esta forma. En cambio con ella... no soy capaz de ir a verla. No puedo... yo... m-me duele verla así -apenas dijo con la voz entrecortada.

-Es por su bien, tú mejor que nadie lo sabe -sonrió triste -Ya conoces como es ella y...

-Basta, me harás insultarla otra vez -soltaron risitas.

Ambos chicos se brindaron consuelo mutuo hasta que que Ben finalmente se marchó.

Fue al castillo, y luego bajó unas escaleras hasta llegar al "calabozo". Aunque este no era sucio o tenebroso como los tradicionales de cuentos de hadas. Lucía muy moderno y bien cuidado por el básicamente nulo uso.

Llegó a la última celda y sintió un nudo en la garganta cuando la vio.

Llegó a la última celda y sintió un nudo en la garganta cuando la vio

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Descendientes 4: Alientos de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora