Mal aún se encontraba con Evie en su habitación.
No tenía mucho desde que Ben las fue a visitar para ponerlas al tanto del pequeño encuentro con la hechicera desconocida, sobre el robo del cetro de Maléfica, y por supuesto sobre el plan que tenía en mente. Aunque esto último solo se lo había contado a la hija de la reina malvada en una charla que tuvieron a solas en el pasillo.
También aprovechó para recibir reportes sobre la mancha en el cuello de Mal.
No había crecido tanto desde que apareció, pero Evie le hizo saber que los ardores aparecían sin ningún tipo de patrón. A veces 15 minutos luego del último, o una vez cada hora. Y por supuesto cada vez que pasaba, la mancha se expandía aunque sea unos milímetros. Sin duda, era un hechizo mortal, y sabían que no era solo para matarla. Debía tener alguna otra utilidad, aunque esperaban nunca descubrirla.
Ben se tuvo que marchar pues ya era hora de la junta, e Evie se reuniría con el más tarde luego de que su plan sea aprobado y de la hora de ponerlo en marcha.
Mientras tanto, Mal se aburría "descansando" en su cama con una revista de comics. Y agradecía a esa estúpida mancha de que por lo menos desde que apareció, las nauseas y mareos desaparecieron.
Pero en una de esas observó a Evie quien estaba sentada en su escritorio, cosiendo vestidos que tenía pendientes. La vio con tic en la pierna que no dejaba de subir y bajar con prisa, maldecía a cada rato entre errores con la costura, y meter el hilo en la aguja nunca le había tomado tanto tiempo.
Mal suspiró y aventó a un lado la revista. Se puso de pie y caminó hacia ella.
-Ev.
-¿Sí Mal? -respondió aún concentrada en lo que hacía.
-¿Estas bien? -dijo Mal llegando junto a ella e Evie se detuvo por un momento.
-¿Podrías no hacer esas preguntas cuando tú eres quien está envenenada?
Hubieron unos segundos de silencio en lo que Mal se recargaba sobre la ventana.
-He estado observándote Evie, no te ves muy bien.
-De verdad Mal... solo... -bufó -No te preocupes por mí, ¿quieres?
-Oyeee, ahora suenas como yo -dijo Mal soltando una risa y recibiendo una mala cara de la hija de la reina malvada.
-Muy graciosa -respondió Evie, pero luego también soltó una risa, no pudo evitarlo. Luego hizo una pausa observando el hilo y la aguja -Es solo que... me siento un poco inquieta -Mal no dijo nada y prefirió solo escucharla -A pesar de que sé que todo va a salir bien, y que definitivamente acabaremos con esa hechicera... no puedo evitar sentirme un poco nerviosa. Eso es todo -cerró los ojos con fuerzas y corrieron varios segundos en lo que sentía sus latidos calmarse.
Para cuando estuvo lista, se levantó de la silla con bastante euforia.
-¡En fin! -palmeó sus mejillas. Luego puso los brazos en la cintura -Lo bueno es que mi positivismo siempre es más grande que cualquiera. Y tú Mal... -la apuntó y camino hacia ella -También lo vas a ser.
Mal rodó los ojos -Ev sabes que yo y el positivismo somos como agua y aceite.
-Bueno, pero eso va a cambiar a partir de ahora -alzó una ceja -¿Verdad? -dijo con esas típicas miradas que intimidan a cualquiera, aún tratándose del descendiente de la villana más temida como lo es Maléfica.
Mal de pronto sudó frio con una cara graciosa, he hizo lo que pudo para salvar su cabeza -No puedo asegurar que seré positiva -dijo y luego sonrió astuta -pero tampoco seré negativa, ¿eso sirve?
ESTÁS LEYENDO
Descendientes 4: Alientos de Dragón
Fanfiction* Arte hecho por mi es incluido en cada capítulos * Mal y sus amigos llevan su vida normal después de los acontecimientos ocurridos en las 3 películas, pero para su sorpresa. Pero todo cambia con la llegada de un nuevo estudiante que parece odiar a...