Capítulo 11. Escarmiento

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Ya estaba amaneciendo cuando en medio de un lugar desconocido, una nube apareció y de ella, unos cuantos cayeron al suelo.

-Ow... eso definitivamente dolió -dijo Jay sobándose el trasero. Alzó el rostro y vio a Uma frente a él -¿Estas bien? -se reincorporó con prisa y estiró el brazo.

-Sí... creo que todo sigue en su lugar -respondió la hija de Úrsula aceptando la ayuda. Pronto alcanzó a ver su tridente sobre una pila de escombros -¡Ahí estás! -se acercó a tomarlo -Te arrepentirás de no quitarnos nuestros artefactos, bruja.

Pronto ambos escucharon un ruido y al voltear vieron a Harry levantarse de esa misma pila de escombros.

-¿Todo bien bucanero? -preguntó Jay acercándose junto con Uma.

-No, mi chaqueta se arruinó -dijo de malas quitándose polvo de esta -¿Qué es este lugar? -alzó el rostro analizando su perímetro, y los otros dos los siguieron.

El lugar era un poco aterrador. Lleno de escombros y casa abandonadas. Frío y desolado. Con un ambiente que hacía sentir escalofríos a cualquiera. De hecho... ahora que lo pensaban, era la misma sensación que se sentía al estar frente a un villano.

Fue ahí donde Uma lo captó.

-No puede ser, estamos en la isla -declaró agarrando a los chicos por sorpresa.

-Mierda, tienes razón -Harry finalmente la había reconocido.

-Luce tan distinta -dijo Jay sin creer que ese era su hogar -Entonces así fue como quedó luego de liberar a todos los villanos.

-Pero no entiendo -Harry arrugó el rostro -¿Por qué nos trajo aquí exactamente? Pudo habernos encerrado en el castillo.

-De momento preocupémonos por buscar a los otros -sugirió Uma -Luego nos encargaremos de Evílica -tronó sus nudillos y los otros dos asintieron poniéndose en marcha.

Mientras tanto, por otra parte, Ben tuvo suerte de que el escudo amortiguara su caída.

Se levantó reconociendo el lugar al instante, pero lo único que pasó por su cabeza en esos momentos era encontrar a Mal. Por suerte, no le fue difícil cuando de pronto gritaron su nombre.

-¡BEN!

Volteó y vio a lo lejos a Evie. Estaba en el suelo, pero en seguida su vista se enfocó en la hija de Maléfica que se encontraba entre sus brazos.

Se acercó a toda prisa. Solo que al llegar, vio a Evie sollozando y el terror lo invadió.

Mal transpiraba con pesadez, y se retorcía en los brazos de su mejor amiga, mientras soltaba débiles quejidos

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Mal transpiraba con pesadez, y se retorcía en los brazos de su mejor amiga, mientras soltaba débiles quejidos.

-El... veneno... e-es el veneno... -Evie temblaba peor que nerviosa -Está a-activo... y la mancha no deja de crecer.

Ben descubrió el cuello de Mal y comprobó que lo que decía la hija de la reina malvada era cierto. La mancha brillaba, y aunque solo eran milímetros, el avance no parecía detenerse. Ya estaba bajando por el hombro y comenzaba a cubrir el brazo. ¿Por qué? era le pregunta, ya que el veneno nunca operaba activo durante tanto tiempo.

Descendientes 4: Alientos de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora