~кιяιвαкυ~ {ᴘᴀʀᴛᴇ 1}

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One shot dedicado a mí misma (jsjsj me gusta demasiado el KiriBaku).

Sin más dilaciones, espero que lo disfrutéis.

{Esta parte no tiene lemon, la parte 2 sí}

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A Bakugo y a mí nos gusta dormir abrazados. Desde que empezamos a salir lo hemos hecho así, y me da la sensación de que si una noche no estuviera él ahí, rodeándome con sus fuertes brazos, no lograría conciliar el sueño.

Me revuelvo un poco, tratando de cambiar postura para estar frente a frente y poder admirar sus bellos ojos rojos, que ahora, por desgracia, están cerrados.

Le acaricio el pelo suave y rubio, y bajo mi mano por su espalda, apretándole contra mí.

Él sigue con los ojos cerrados. No sé si está durmiendo o no, pero, por si acaso, no quiero despertarle. Así que también cierro mis ojos y controlo mi respiración para quedarme dormido de nuevo.

No han pasado ni dos minutos cuando siento un soplido en mi cara. Arrugo la nariz y sonrío discretamente.

Mi novio se mueve un poco hacia mí y me coloca una mano en la nuca. Deposita en mis labios un tierno beso, pero, cuando comienza a separarse, le sujeto a mi vez y continúo el beso, algo más apasionadamente.

Nos separamos, sin aliento.

-Vaya, buenos días. - Sonríe, y se me derrite el corazón con solo ver su hermoso rostro.

-¿Te preparo el desayuno? - Pregunto, entre risas, mientras me levanto. Él estira sus brazos, bosteza y asiente.

-Sí, por favor. - Antes de que termine de salir, añade: - Te quiero.

Un pequeño rubor aparece en mis mejillas.

Sonrío como un bobo.

-Yo también te quiero.

Te quiero demasiado.

Camino hasta la cocina, abro los armarios y saco todo el material necesario para preparar el desayuno.

Me acerco a la encimera para comenzar a cocinar.

Tras cinco minutos de mezclas y fracasos en preparar la comida, me seco las gotas de sudor de la frente. Cojo un trapo limpio y me lo colocó alrededor de la cabeza a modo de bandana. Esto de tener el pelo hacia abajo por las mañanas a veces se hace incómodo.

Apoyo las manos en la encimera y suspiro.
De pronto, alguien me abraza por detrás, sobresaltándome. Me giro ligeramente y, al divisar los mechones rubios que se me han hecho tan familiares, me relajo y me dejo hacer.

Bakugo comienza a besarme en el cuello. Pequeños gemidos escapan de mis labios.

-Bakugo... Estoy cocinando... - Me quejo, entre risas. Él entierra su cara en la zona de mi clavícula y expulsa aire por la nariz, haciéndome cosquillas.

-Está bien... Ya acabaremos después. - Me guiña un ojo, y mi corazón se desboca.

-¡Deberías ver tu cara en este instante! - Ríe, señalándome. Me uno a sus risas y me junto a él para abrazarlo por la cintura.

-Por mí, como si acabamos ahora. - Digo, con la cabeza contra su pecho. Él me acaricia el cabello, que llevo peinando hacia abajo.

-Anda, no seas impaciente. Tengo hambre. - Comenta, y hago un puchero de enfado con el que pretendo intimidarle, pero él solo se ríe.

-Vale, como quieras. - Declaro, y me vuelvo hacia la encimera de nuevo para seguir con la labor que dejé a medias.

-Venga, no te enfades. - Pide con tono burlón cerca de mi oído. Un escalofrío me recorre de pies a cabeza.

-No me he enfadado. - Cojo un cuchillo y corto un pedazo de pan quizás con demasiado entusiasmo. Bakugo levanta una ceja con ironía.

-¿De veras? Cualquiera lo diría. - Se carcajea. Visiblemente enojado, me giro hacia él, que se calla súbitamente. Por la mirada que me dirige, sé que doy un poco de miedo.

Instintivamente, me calmo. Quiero demasiado a mi novio como para enfadarme con él por una tontería de tal calibre. Me vuelvo de nuevo, frustrado.

-Lo siento. - Murmuro casi imperceptiblemente. Él me sujeta la barbilla y la gira hacia sí.

-¿Por qué te disculpas? Sabes de sobra que te estaba provocando a propósito. - Se reclame los labios, y mi corazón comienza a latir muy rápido. Demasiado rápido.

-Vaya... - Es lo único que consigo articular. Me levanta un poco más la barbilla y junta nuestros labios.

El beso no dura demasiado, es tan solo un leve roce, pero sirve para hacer que la electricidad recorra mi cuerpo y hasta provocar que me olvide de lo que estábamos hablando.

Juntamos nuestras frentes, y mi chico susurra con un tono seductor que me pone los pelos de punta:

-Se te van a quemar las tostadas... - Con un sobresalto, me separo de él y corro hacia la tostadora, de la que sale una pequeña barrera de humo. Un leve olor a quemado inunda la habitación.

-Mierda, mierda, mierda... - Maldigo entre dientes. La explosión andante rubia, como yo lo llamo a veces, se me acerca por detrás y se ríe disimuladamente.

-Oye, no te rías de mí... - Me quejo. Termino de sacar las tostadas, con el ceño fruncido. Arrugo la nariz al olisquearlas de cerca. - No sé si esto será comestible...

Bakugo me arranca un trozo de pan de las manos y le da un enorme mordisco. Ante mi mirada sorprendida, se encoge de hombros.

-No hay que desaprovechar la comida. - Dice, con la boca llena. Entre risas, lo abrazo a la altura del pecho y lo pego contra mí.

-No tienes idea de cuánto te quiero... - Le digo, pegando mi mejilla a su camiseta.

-Es posible. - Se lleva una mano a la barbilla. - Pero podría demostrármelo. - Una sonrisa perversa asoma en sus perfectos labios. - Ahora.

-Está bien, tú lo has querido.

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SUMIMASEEEEN!!! He dejado un final demasiado abierto, y sé que aquí hay gente a la que le gusta mucho el lemon, (me incluyo), pero me apetecía escribir algo, cómo decirlo, más "legal" xD.

El caso; aunque no haya habido escenas para adultos (xd) espero que os haya gustado :)

¡Un voto me haría muy feliz! Gracias por leer. Chaoo :3

ʙᴏᴋᴜ ɴᴏ ʜᴇʀᴏ ᴀᴄᴀᴅᴇᴍɪᴀ ~ 𝕆ℕ𝔼 𝕊ℍ𝕆𝕋𝕊 || ѕнιρѕ || {en pausa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora