ʙᴏᴋᴜ ɴᴏ ʜᴇʀᴏ ᴀᴄᴀᴅᴇᴍɪᴀ ~ 𝕆ℕ𝔼 𝕊ℍ𝕆𝕋𝕊 || ѕнιρѕ || {en pausa}

~тσ∂σвαкυ~

Si no recuerdo mal, este one shot me lo encargó gruvia678 (f por mi memoria jajsj).

En fin, espero que os guste :D

{No tiene lemon, solo manoseo xd}

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Tras completar las pruebas con los chavales con mi compañero Todoroki, los dos alumnos de Shiketsu y otros estudiantes, el mitad y mitad y yo volvemos a la UA.

Al llegar al edificio en el que se encuentran las habitaciones y salas comunes de nuestra clase, nuestros compañeros nos reciben con interés y alegría.

Con un bufido y un a mueca de cabreo, me los quito de encima y subo hasta mi cuarto. Lidiar con tantos niños me ha dejado agotado.

Deposito mi bolsa con el traje de héroe sobre la cama. Me apoyo contra la pared y cierro los ojos al tiempo que suspiro.

Un ruido en la puerta me saca de mi ensimismamiento. Doy un pequeño sobresalto y me acerco a la puerta.

-Ya va, ya va. - Resoplo. Ojalá no sea alguien molesto. Aunque, siendo francos, casi el 100% de la población me resulta molesta. Solo hay un par de excepciones.

Abro la puerta con un gruñido, y cuán es mi sorpresa cuando diviso a mi querido bastardo Mitad y Mitad parado frente a la entrada.

-¿Qué quieres? - Le espeto, apoyándome en el arco de la puerta e intentando aparentar indiferencia, pese a que por dentro mi corazón late extrañamente rápido. Él, que aún carga su bolsa, por lo que deduzco que le han interrogado bastante acerca de los exámenes, me mira de forma intensa. Es incómodo.

-¿Has venido solo para molestar o quieres algo en especial? - Le pregunto, perdiendo los nervios que ya carecía. Él sigue mirándome con esos ojos bicolores que tanto me enervan. Y que a la vez tanto me gustan.

Dios, estoy delirando.

-Quería hablar contigo. - Dice, inmutable. Lo miro con las cejas enarcadas, esperando a que niegue sus propias palabras y se pire, pero, al ver que no lo hace, suspiro.

-Está bien, ¿de qué quieres hablar? - Le exijo de manera impaciente. De pronto y sin previo aviso, el Mitad y Mitad entra a mi habitación, casi como si ignorara que me encuentro aquí presente y que es mi propio cuarto.

-Oye, oye, ¿qué cojones haces? - Le sigo a través del pequeño pasillo que hay entre un armario y mi mesa. Agarro su brazo con violencia y le miro fijamente, exigiendo explicaciones.

-¿Y bien? - Él me devuelve la mirada con impasibilidad. Tras unos segundos, decide hablar.

-Quiero hablar contigo.

-Sí, eso ya lo has dicho. Pero, ¿de qué demonios quieres hablar? ¿Por qué no puedes decirme lo que tengas que decirme en la puerta de mi cuarto? - Inquiero levantando una ceja. El desvía sus ojos bicolores.

-Bueno, necesito algo de privacidad. - Algo sorprendido, le suelto el brazo. Mi pecho está completamente exaltado.

-¿Qué clase de cosa vas a contarme como para que nadie pueda escucharlo?

-Bueno, es lo que te voy a decir ahora. No te precipites. - Pongo los ojos en blanco con exasperación. Sin ni siquiera pedir permiso, Mitad y Mitad se deja caer sobre el colchón de mi cama.

-¿Qué crees que haces? Puedes decirme lo que sea de pie.

-¿Te molesta? - Me mira con unos ojos que reflejan inocencia y que me provocan sentimientos encontrados. Me pierdo en el brillo de gris y celeste de sus iris.