~мιηαѕєяσ~

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Dedicado a DulceTonyMarin ¡espero que te guste! (Al final he tardado poco en escribirlo jeje).

Puede que haya cambiado un poquito algunas cosas, pero he intentando escribirlo acorde a lo que me pediste.

¡Disfrutad de la lectura! ;)

{No tiene lemon, es fluff y angst ;)}

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Todos los días son igual de oscuros. Una mañana tras otra, todas se me hacen iguales.

Ni siquiera sé de qué color es mi cuerpo o mi pelo, algo que realmente me haría ilusión saber.

Lo único que se puede hacer en este aburrido sitio es comer, nadar y dormir. Vivir en las profundidades es duro, muy duro.

A veces envidio a los bellos tritones y sirenas que viven en la superficie. Mi abuela me hablaba de ellos cuando era una niña.

La piel de los tritones y sirenas de allí arriba es brillante y bronceada. Sus cabellos son dorados, morenos y sedosos, y viven en la felicidad.

Hay días en los que me pregunto cómo sería tener una vida como la suya. Quisiera ser feliz.

Ya que mis ojos se han acostumbrado a la continua penumbra con el paso del tiempo, puedo divisar vagamente un banco de peces que se acerca por la derecha a mi pequeña aldea. Si es que se puede llamar así.

Trato de observarlos mejor para poder apreciar sus plateadas escamas. No suelen acercarse muchos grupos de peces a estas zonas del océano.

Me sitúo en medio de su recorrido para sentir contra mi piel sus suaves y pequeños cuerpos. Cierro los ojos y disfruto del momento.

-Mina, ¿qué haces? - Una aguda vocecilla interrumpe mis cortos instantes de paz. Abro mis ojos y me giro hacia el origen del sonido.

-Nada en especial. - Digo mientras nado hacia una silueta que se esconde entre lo que parecen unas algas.

Llego hasta ella y veo que se trata de una de mis vecinas, Jiro. Lo deduzco por sus largos lóbulos y su corto pelo.

Ella tampoco sabe de qué color es su cabello, o su cola. Pero, al ser unos años más pequeña que yo, es demasiado inocente como para interesarse por ese tipo de cosas.

-¿Te apetece nadar un poco? - Le pregunto, sonriendo. Aunque a los pocos segundos recuerdo que ella no puede apreciar mi sonrisa, de modo que la borro de mis rostro.

-Ya va a ser hora de comer. Mi madre se preocupará. - Asiento. Qué niña más responsable. Nos despedimos con un abrazo a tientas, y Jiro se da la vuelta para nadar hacia su casa.

Yo, por mi parte, me quedo unos segundos más disfrutando de las leves corrientes marinas que me ondean el cabello.

Cuando decido que ya es hora de volver a casa, comienzo a mover mi cola para ascender un poco, pero al momento recuerdo que me está prohibido subir más.

Con una expresión triste, me vuelvo y empiezo a descender, pero con el rabillo del ojo distingo una silueta que está cayendo hacia las profundidades de la sima.

Preocupada por quien pueda encontrarse en peligro, me dirijo rápidamente hacia allí.

Recojo el misterioso cuerpo entre mis brazos, y me sobresalto al comprobar que está semidesnudo. No lleva nada cubriéndole el pecho, pero pronto me doy cuenta que tampoco le es necesario. No es una mujer.

Con un esfuerzo sobrehumano, nado hacia arriba cargando con el cuerpo inconsciente. Una vez que llego a unas rocas mínimamente planas, deposito al recóndito ser y trato de estudiarlo detenidamente, pero la escasez de luz me lo impide.

ʙᴏᴋᴜ ɴᴏ ʜᴇʀᴏ ᴀᴄᴀᴅᴇᴍɪᴀ ~ 𝕆ℕ𝔼 𝕊ℍ𝕆𝕋𝕊 || ѕнιρѕ || {en pausa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora