ʙᴏᴋᴜ ɴᴏ ʜᴇʀᴏ ᴀᴄᴀᴅᴇᴍɪᴀ ~ 𝕆ℕ𝔼 𝕊ℍ𝕆𝕋𝕊 || ѕнιρѕ || {en pausa}

~кιяιвαкυ~

{No tiene lemon :3}

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Todos estaban de acuerdo en que Katsuki Bakugo era el Dios de las Bromas en el Día de los Inocentes. Siempre se salía con la suya para gastar inocentadas al resto de sus compañeros, y era alguien demasiado perspicaz como para caer en una.

Todos sus compañeros de clase estaban frustrados debido a esto. Han pasado muchos años desde que nadie consigue que caiga en ninguna broma.

Pero este año sería diferente.

Porque este año entraría en juego su única debilidad, Eijiro Kirishima.

-No sé si es buena idea... - El pelirrojo se rascó la nuca con inseguridad. Se llevó una mano a la cintura y levantó la vista hacia el cielo.

-Anda, no seas así... - Suplicó Mina, juntando las manos y mirándole desde abajo. Intentó hacer que su expresión denotara ternura.

Kirishima resopló y trató de no observar su rostro.

-Venga, será divertido. - Se unió Mineta. - Además, podréis aprovechar para... - Dejó la frase en el aire al tiempo que hacía un gesto obsceno con las manos. Eijiro puso los ojos en blanco.

Mineta y sus perversiones.

Alguien puso una mano sobre su hombro, haciendo que se girara.

-¡Venga, tío! Tenemos que vengarnos de la rubia. - Kaminari sonrió plenamente y le propinó un suave golpe en la cabeza.

-Está bien, está bien... - El pelirrojo suspiró, apesadumbrado. - Vosotros ganáis. - Desistió, poniendo las manos en alto.

El resto de sus amigos lo celebraron con saltos de alegría y risas malvadas.

-Bien, es hora de ponerse manos a la obra.

-¡Bakugo! - Llamó Sero desde la entrada a la sala común. El rubio, que se encontraba sentado en el sofá toqueteando su teléfono móvil, levantó los ojos con aburrimiento y le dirigió una mirada penetrante.

-¿Qué quieres? - Bufó sin interés. El moreno se acercó a él tratando de contener la risa, y le dijo:

-¿Sabes? No pretendía molestarte, pero Deku está curioseando en tu armario, así que... - Antes de que terminará siquiera, el rubio ya se encontraba subiendo las escaleras hacia su cuarto con furia.

-¡Maldito nerd! - Gritó, haciendo retumbar las paredes del pasillo. Sero corrió detrás de él con algo de pavor.

Bakugo abrió la puerta de su habitación de forma brusca y violenta. Sus iris color rubí reflejaron llamas ardientes cuando vio al chico peliverde agachado sobre su armario de la ropa.

-¡¿Qué cojones haces, gilipollas?! - Chilló fuera de sí. Agarró a Deku del cuello de su camiseta y le levantó.

Aprovechando este momento de distracción por parte del rubio, Mina y Kaminari, que se encontraban apostados bajo el escritorio de Katsuki, empujaron a Bakugo al interior del armario.

En ese instante, Mineta entró como una exhalación a la habitación y cerró las puertas del mueble con fuerza.

Sero, que traía un tablón largo y estrecho de madera consigo, trancó las asas del inmobiliario y dio un salto hacia atrás.

-¡Listo! - Gritaron todos, chocándose las manos entre sí.

Deku, que aún veía la muerte pasar fugazmente por su cabeza, se recolocó la ropa y se levantó con dificultad.

-¿Estás bien? - Le preguntó Uraraka tendiéndole la mano con amabilidad. Deku la aceptó y terminó de ponerse en pie.

-Ahora solo falta esperar. - Mina se llevó sus rosadas manos a la cadera y sonrió con superioridad.