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10. Luz en el infierno.

Estaba acostada en mi cama, comiendo excesivamente desde aquel día. No había ido a trabajar, ni con mis amigos, ni a ver a Ruel en esta semana. Ni siquiera me había levantado a desayunar, solo para bañarme y seguir llorando. Usaba el celular todo el tiempo y veía mis redes sociales, llegué a llorar también porque hay cuentas fandom diciendo que preferían a Ruel con la princesa Eva de Bélgica. Justo en mi autoestima.

La pantalla se bloqueó en un llamado de Ruel, más bien videollamada. Él había estado hablando conmigo siempre en caso de que necesite algo o no caiga en depresión.

Me arreglé un poco el cabello y respondí.

— Buenas tardes, princesa. ¿Cómo amaneció hoy? —pregunta con el cabello en la cara y unas ojeras haciendo quedar como que recién se levantaba.

— Triste, como siempre. —forcé una sonrisa.

— Vale, eso lo sé pero tienes que decirme "bien" así sabré cómo seguir la conversación. —bromea. Solté un bufido por la nariz y sonreí— Así quiero verla, señorita Stiles.

— ¿Tú cómo estás? —pregunté.

El rubio se llevó un trozo de zanahoria a la boca y alzó el pulgar de su mano.— Bastante bien, pero te extraño.

— Yo también. —hice un pequeño puchero— ¿Qué novedades hay en el Palacio?

— Meh, ya sabes, papeleo, economía, discursos... —deja de hablar para masticar— Debemos ir al castillo de Cambridge a pasar el Acta de Unión con unos primos galeses de mi padre.

— ¿Quiénes irán?

— Mis padres, mi abuelo, el más lindo...—lo miré confundida y Ruel ahogó una risita— ósea yo.

— Dios mío. —suspiré y reí.

— Y la verdad que no sé quién más. —se lleva un bocado de comida a la boca— ¿Quieres venir?

Alcé la cejas.

— Ruel, es la Acta de Unión. —recalqué— Es el día más importante en la patria inglesa. No puedo ni debo ir.

— Soy el único heredero al trono y haré lo que quiera, además los reyes estarían encantados de que vinieras. Te aman.

Bufé. Me quedé mirándolo por unos segundos. Realmente no tenía ganas de ir. Quería quedarme en mi cama el resto de mi vida y llorar, pero, ¿es eso lo que Tom querría? No lo sé. A esta altura de la vida he olvidado todo de Tom, sólo me quedan audios en Whatsapp que destaqué para oír antes de dormir.

"Está bien, amor. Quédate en casa y cuídate. Mañana pasaré para tomar el desayuno juntos y mirar películas tristes, ¿va? Te amo y descansa"

— Está bien, ¿tengo que llevar algo elegante? —pregunté en derrota.

Ruel sonrió victorioso.

— No hace falta, —niega— en lo posible juegos de mesa, porque será una semana aburridísima donde lo único divertido allí son las nubes que pasan en el cielo.

GOLDEN AGE; ruel |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora