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4. Amiguitas envidiosas.
Juliet.

— Por un momento creí que bromeaban. —resopla Alex al subirse a la camioneta de Ruel.

Ruel sonrió y empezó el camino al campo de polo. Miré por la ventanilla todo el rato para apreciar la vista de la ruta y los animales que se encontraban allí. Alex le preguntaba cosas sobre la monarquía a Ruel, que las respondía paciente y divertido.

— El otro día estaba viendo la serie The Crown y vi, que, cuando el primer ministro visita a la Reina para tenerla al tanto de la situación del país, debe permanecer parado y la Reina sentada, ¿es verdad? —pregunta el pelinegro con entusiasmo.

— En parte si. El primer ministro de ahora se sienta delante de un escritorio y mi padre atrás, pero la regla es tal como lo dice.

— ¿Y tú qué prefieres? —pregunté metiéndome en la conversación, recibiendo las miradas de ambos.

— Que se mantenga parado. —hace una pausa— Me gustan las tradiciones y reglas anteriores, como los vestidos largos, las coronas constantes, la monarquía luego de Dios, la discreción y la firmeza.

— Eso es del siglo pasado, cuando la Reina Isabel existía. —Alex se acerca entre los asientos y lo mira.

— Claro, prefiero el orden, y ¿saben cómo se hace para que un país esté en orden? —Alex y yo negamos— Darles miedo.

Miré al pelinegro y abrí los ojos como platos. Este hombre era muy raro.

Llegamos al campo de polo y Ruel nos guió hasta el buffet donde un grupo de personas sentadas en una mesa le hicieron señas para que nos acerquemos.

— ¿Qué onda, primo? —saluda un rubio de ojos verdes y vestimenta de jugador de polo al príncipe.

— Hey. —le devuelve el saludo. Luego saludó a todos los demás que eran tres chicas y tres chicos. Alex y yo los saludamos también.

Para empezar, las tres chicas me miraron con asco de arriba a abajo, además, ¡no hicieron ruidito con los labios cuando las saludé! Eso me hizo sentir inferior. Eran una rubia, una morocha y otra pelirroja, una ensalada, las tres moldeadas por la mano de los dioses. Los chicos eran Ruel, su primo, dos rubios (sólo que uno tenía rulos) y otro castaño. Ellos saludaron educadamente y con una sonrisa.

Alex se acercó a mí y murmuró por lo bajo.

— Están muy buenos, se me para el ornitorrinco.

Ahogué una risa y las tres me volvieron a mirar mal.

— Juliet, Alexander. —nos llama Ruel— Él es mi primo Shaun —señala al chico que saludó primero—, él Kian —señala al rubio—, él Azael —al castaño— y John; todos duques.

Hice una pequeña reverencia a lo que Shaun habló.

— Oh, no lo hagas, aquí no estamos en territorio de reverencias —ordena con una sonrisa. Miré a Ruel que veía la escena con diversión.— Juliet, es un gusto conocerte al fin. Ruel no paró de hablar de ti.

— Ya se volvía insoportable. —ataca la pelirroja.

— Ah, chicos, ellas son Taylor —empieza con la pelinegro—, Tiffany—la pelirroja— y Scarlett.

GOLDEN AGE; ruel |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora