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14. Fortress.

Ruel.

Juliet y yo nos encontrábamos en el jardín, tumbados en el suelo, contándonos cosas como siempre lo hacemos. La estábamos pasando bien. Sin que nadie nos moleste, solo nosotros y su belleza natural. Sus ojos celestes brillaban con la luz del sol, lo que hacía que se viera como una pequeña inocente.

— ¿Por qué, Ruel? —preguntó ella mirándome con una sonrisa.

La miré incomprendido.— ¿Por qué, qué, princesa?

— ¿Por qué lo hiciste? —ahora estaba seria. Comenzó a darme un escalofrío en la columna.

— ¿De qué hablas, Julie?

— ¿Por qué los mataste?

El lugar se volvió completamente oscuro. Juliet ya no estaba. Ahora estaba solo en una habitación a oscuras, con una sola lámpara apuntándome a mí.

"Tú los mataste"

— ASESINO. COBARDE. TRAICIONERO.

Unas voces salían de la oscuridad y gritaban insultos cada vez más fuerte. No entendía qué decían pero si "asesino". Empecé a correr en la habitación, sentía que las piernas se me debilitaron y caí al suelo haciendo que el golpe retumbara por el lugar en el que me encontraba. Alcé la vista y mágicamente había una puerta abierta de la que salía una luz que cegaba la vista. Me arrastré hasta ella con mis manos, sentía el cuerpo helado y mojado. Estaba exhausto y necesitaba agua.

Llegué a la puerta y sentí como unos fuertes brazos me levantaron del suelo y comenzaron a arrastrarme con los pies colgando. No podía ver quiénes eran, la luz era súper fuerte ante mis ojos. Pero al final, visualicé una figura, era masculina y llevaba un chandal y jeans. Tom.

— No estoy muerto, cabrón. —dice riéndose. Los brazos me soltaron haciendo que se me escapara un gemido de agonía— Ella se va a enterar, tarde o temprano, y tu vida se irá por el mismísimo infierno.

Vi cómo sacó un bate de béisbol de su espalda.

"¡Ruel!"

— ¿Las últimas palabras de un rey que no pudo con su propio ego?

"¡Ruel, despierta!"

— Lo siento. —grité rompiendo cada una de mis cuerdas vocales. Ya lo había perdido todo.

El rey que no pudo con su propio ego.

"¡RUEL!"

El grito de Juliet hizo que pegara un salto en la cama, me sentía sudado y frío, temblando. La miré, comprobando si era un sueño o la vida real. Sentía el corazón latirme a mil y el pecho que bajaba y subía.

— Soy yo, tranquilo, estoy aquí. —me consuela y me rodea con sus cálidos brazos. Miré alrededor de la habitación y me encontré con mis padres, algunos sirvientes y un primo de mi padre con su pareja.

Ninguno de esos débiles importaba ahora, sólo que Juliet estaba a mi lado. La abracé rápido por la cadera debido a que estaba sentada sobre la cama.

— Déjenos solos, por favor. —ordena Juliet. Solo puedo escuchar la pisada de todos yéndose y una puerta cerrarse— Mírame.

Obedecí y me separé un poco de ella para mirarla. Se veía cansada y preocupada, ahora me sentía un idiota que no puede controlar sus sueños.

— Solo fue un sueño, ¿vale?

No dije nada y me tiré sobre su pecho hasta que me quedé dormido nuevamente, escuchando el latido de su corazón. Ese corazón que tenía miedo de romperlo alguna vez, o peor aún, que nunca vuelva a escucharlo. La idea hizo que una paranoia creciera dentro de mí, por lo que al día siguiente, dejé a Juliet durmiendo y me dediqué a obligar a los guardias a protegerla las veinticuatro horas, aún después del viaje. Si seguía metiéndome en estos asuntos ilegales, debía mantenerla protegida de cualquier cosa.

— Día complicado, ¿no, Vicent? —Connor aparece apoyado en el marco de la puerta de mi despacho.

— No jodas ahora, Connor. —advertí sin mirarlo. Estaba concentrado en algunos papeles que enviaron sobre los últimos movimientos de Tom.

— No vengo a joderte, en realidad vengo a ver si estabas con la heladera. —suelta en un tono de burla. Me quedé inmóvil ante su desigualdad.

— Se llama Juliet y será la futura reina de Inglaterra; te conviene cerrar el culo. —lo miré desafiante.

Él rió y caminó hasta el sofá que se encuentra frente a mi escritorio para sentarse. Me observó pasando la lengua por la comisura de sus labios.

— ¿Ya le contaste de cómo terminó Valentine o me das el lujo?

— Valentine está recibiendo todos los tratamientos y las sesiones psicológicas, se recuperará pronto. — dejé los papeles a un lado y me paré de la silla.

— Le arruinaste la vida. Esa chica ahora es una hoja en blanco por tu culpa, príncipe Ruel. —tomó el jarrón de whiskey para servirse en un vaso y llevárselo a la boca.

— Tú se la arruinaste y yo acabé con su sufrimiento. Tu padre debería agradecer de estar vivo.

— Stiles no es mi padre.

— Oh, si que lo es.—reí sarcástico— Ambos vimos los papeles, Connor Stiles.

— Cállate.

— Es que era una ofensa para la familia Real de Grecia que su futuro rey sea un niño con una enfermedad mental.

Connor le dio un sorbo al whiskey y se levantó del sofá arrojando el vaso a un lado. Levanté el mentón mostrando firmeza.

— Sea o no hijo de Stiles, prefiero quedar adoptado por reyes discriminadores que por un hijo de puta que quiso vender su patria para salvar su pellejo. —gruñe mirando fijamente a mis ojos.

— Para salvar a tu hermana, Connor. Eso es fortaleza y lealtad, hipócrita.

Slingshot.

GOLDEN AGE; ruel |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora