Three

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El timbre.


El maldito timbre sonó más fuerte que de costumbre.

Me puse ambas manos alrededor de mi cabeza, sentía que en cualquier momento explotaría, entonces todos estarían llenos de sangre y se vería mi cerebro, llamarían a un forense o yo que se.



Dramático.


Si si, se supone que las dramáticas son las mujeres, pero en verdad el día no había empezado nada bien y el sufrimiento empezó con lo que dijo papá.

Horas antes...

— Me voy a casar — dijo soltando todo el aire que había guardado en sus pulmones.




Ahora sí, estaba seguro que mis ojos se saldrían de órbita y me caería de espalda.


Joder, creo que hubiera preferido que mis calificaciones le hubieran llegado.


No supe que decir.


Y cuando intente articular una palabra.

El se adelantó como rayo.


— El caso es que te presentaré a mi pareja lo antes posible ¿vale? — me miro incómodo — tengo que irme — yo no sabía que decir lo juro — ... y Jack ... solo quiero aclararte que no es una mujer.

Oh vaya que bueno que me lo aclar...

Detuve en seco mis pensamientos.

Oh mierda.

"No es una mujer"

Me quede en blanco, ni si quiera reaccione y cuando lo hice, mi padre se había marchado ya, caminé hacia atrás y me dejé caer en el sofá.

Me frote la cara e intente olvidar lo que había pasado.


Y ahora, a plena mitad del día, estaba atormentándome por lo de mi padre.

Vale, si no es una mujer...

Es un extraterrestre de seguro.


Rodé los ojos por el absurdo pensamiento.

No quisiera hacerme ideas en mi cabeza.


O simplemente no lo quieres aceptar.



Vale, puede que sea eso.

Camine demasiado rápido para llegar a la cafetería y comer algo antes de ir a la última clase, entonces al llegar, pedí una barra nutritiva y un jugo de naranja, page todo y me encamine a una mesa.

Sentí que me estaban mirando.

¿Quien es su puta vida siente eso Jack?


Ni yo lo sabía.

Solo se, que sentía como si me estuvieran observando, no hice nada de caso, así que me termine mi barrita y mi jugo, antes de salir, tiré las envolturas, porque claro uno siempre debe de ayudar al planeta y a los de limpieza, porque uno debe ser el ejemplo de las nuevas generaciones.

Que poético.

Sumando que hacia un calor tremendamente horrible y yo llevaba una sudadera muy caliente, sentía que estaba hirviendo.

Seguí caminando por los pasillos y me detuve en las escaleras, que darían al siguiente piso, por consecuente, al siguiente salón, mi última parada del día.


— Si lo se, yo también tuve miedo de las escaleras de mi casa alguna vez — la voz, esa voz que jamás en vida confundiría, estaba a un lado de mi.

Fruncí el ceño y lo miré por unos segundos.


— No le tengo miedo a unas escaleras — solté.


— Si claro y yo soy feo — de nuevo lo mire mal, joder que ego tan grande tiene.


Peero no puedes negar lo último.

No en verdad no.

Pero que...


Porque o sea, Finn es un galanzo.

Concuerdo si si.

A lo que me faltaba, que mi mente creara múltiples personalidades que opinaran sobre la deslumbrante guapura de Fi...


— Eres tremendamente feo — le suelto antes de que mis pensamientos absurdos y fuera de lugar me invadan de nuevo.



— No necesitas ser mujer para saber que eso es mentira — ríe y le hago una mueca de horror — Nos vemos en la tarde... escalerin — suelta una carcajada y se va.


Termine siendo un tomate, rojo de ira.


Y dale con eso.


Ya lo sé, es un pobre tonto, deberíamos ayudarlo.




— Ayudarme y una mierda — les respondo irritado, a las dos personalidades que mi cabeza acaba de crear.

La hormona de Jack -FackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora