Capítulo 30

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Alba aparcó bajó el edificio de la morena y le mandó un mensaje para avisarle de que ya la estaba esperando.

Estaba feliz , Natalia había confiado en ella y le había abierto las puertas de un pasado para nada agradable y aquello le llenaba de alegría , era una muestra mas de la relación tan sincera que estaban formando.

La morena no tardó en llegar hasta el coche y Alba casi se atraganta con su propia saliva al verla llegar.

Unos pantalones de pinzas negros se ceñian a sus largas piernas acompañado de una camiseta blanca sobre la que caía una americana gris.

Natalia subió al coche y sonrió dejando un beso en la mejilla de su acompañante.

-Estas muy guapa Albi- susurró.

-Joder Nat- respondió Alba.

-¿Pasa algo?

-Que me lo pones muy difícil.

Una carcajada salió del cuerpo de la camarera que no dudó en abrazar a la rubia con cariño.

Alba arrancó el coche e intento concentrar todos sus sentidos en la carretera y no en la morena que estaba sentada a su lado y la culpable de sus mojadas bragas.

Llegaron a un pequeño restaurante que daba de esquina frente a una plaza , Natalia miraba de lado a lado intentando orientar su ubicación pero juraría que nunca había estado en esa zona de la ciudad.

-¿Dónde estamos?

-Carabanchel- respondió sin mirarla.

Estaba en lo cierto, Natalia nunca había pisado aquel barrio puesto que jamás hubo motivo alguno para hacerlo y no encontraba nada en el que la invitara a conocerlo.

Siguió a la rubia hasta llegar a la joven Maître que las saludó con una cordial sonrisa.

-Tenemos reserva a nombre de Alba Reche.

-Maravilloso señorita Reche , acompañenme a su mesa.

Avanzaron tras la muchacha hasta alcanzar una mesa , cerca del final del local, que les daba una intimidad muy necesitada para las chicas.

-¿Puede traer una botella de vino blanco por favor? Afrutado - pidió la rubia a el camarero cuando llegó para tomar notas.

El joven se alejó para cumplir su labor y sus ojos chocaron intensamente por primera vez esa noche.

-Estoy muy contenta de que hayas aceptado mi invitación Nat- dijo Alba sujetando su mano sobre la mesa.

-Te dije que me gustas, que sepas lo que sabes no cambia lo que siento por ti Alba. Nada lo cambia.

La rubia sonrió intentando ocultar su sonrojo , claramente no lo consiguió pero Natalia prefirió no comentar nada al respecto y darle un poco de tregua.

Pasaron la cena entre caricias y muestras de afecto.

Por una parte Natalia ansiaba dar el siguiente paso, deseaba avanzar con Alba y poder tener una relación con ella . Pero el miedo irracional a no poder la frenaba , no quería sufrir uno de sus ataques de pánico con Alba cerca.

La universitaria por su parte tenía claro que no iba a mover ficha hasta ver a Natalia receptiva , después de saber su historia se había propuesto devolverle la libertad y pensaba cumplir con su cometido.

Ambas ibas de vuelta a casa en silencio sin ser conscientes de que eran las dueñas del pensamiento se su acompañante de maneta mutua.

Alba frenó debajo del piso de Natalia y se giró para quedar frente a la pelinegra.

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