Capítulo 37

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Dos semanas habían pasado de su fugaz viaje a Valencia y las chicas llevaban cinco días sin verse las caras, y no por falta de ganas. Alba por su parte preparaba a toda velocidad sus solicitudes para las prácticas de daban comienzo en unos dias , y Natalia por otro lado dedicaba la mayor parte de su tiempo al pequeño terremoto que tenía por hijo, Lucas estaba entrando en una fase algo complicada y llevaba desde la vuelta del viaje comportándose de malas maneras.

-Lucas deja de saltar por los sofás antes de que consigas cabrearme de verdad- dijo Natalia contando hasta diez para no cometer un grave error.

-¡No quiero! - gritó el pequeño.

-Lucas por favor- suplicó la joven.

-¡No!- volvió a gritar acabado así con la paciencia de su madre.

-¡Maldita seal Lucas Lacunza bajate del sofá y ve a tu habitación,  ahora mismo!- gritó la morena empujando al pequeño a su cuarto.

El niño asuatado ,puesto que era la primera vez que su madre le trataba así,  salió despavorido del salón dejando a Natalia alterada por la situación.

La pelinegra no entendía por que el comportamiento de su hijo había cambiado de manera tan radical,  según había sabido de su propia boca nadie había vuelto ha meterse con el en el colegio y fuera de el parecía ser un niño muy feliz.

¿Qué estoy haciendo mal?

No tuvo demasiado tiempo para darle vueltas a esa pregunta por que su teléfono,  que se encontraba sobre la mesa del centro, sonó captando su atención y leer el nombre de la rubia en la pantalla aumentó su emoción.

-Hola Albi.

-Hola preciosa, ¿Qué tal tu día?

-Los he tenido mejores-bufó.

-¿Y eso?

-Lucas sigue igual de impertinente y yo ya nose que hacer con el.

-Es solo una fase Nat, no se lo tengas en cuenta cariño.

La morena asintió como si Alba pudiese verla y se sintió estupida al ser consciente de su propio gesto.

-¿Y tu que tal?

-Muy bien nena , acabo de mandar todas las solicitudes y mañana me llegan los resultados. ¿Comemos y te cuento que tal?

-Si , me parece genial.

-¿Donde nos vemos?

-Puedes venir a casa , comemos lasaña  de la que te gusta- rio Natalia.

-Perfecto,  mañana nos vemos Nat.

-Hasta entonces Albi.

Aquel día Natalia no se acercó a su hijo más  que para lo estrictamente necesario , aunque podía entender que solo fuera una fase,  Lucas la tenía muy decepcionada y no quería volver ha perder su autocontrol.

La morena recogió al pequeño de los Lacunza a las dos y medía como cada día y ambos caminaron hasta su casa paseando de la mano.

Al llegar Lucas se dió cuenta que la mesa estaba puesta para tres y le invadió la curiosidad.

-¿Quién come con nosotros?

-Alba.

-Genial- respondió sonriente.

Eso no cambiaba por muchos berrinches que el castaño pillará,  Alba Reche se tenía ganado su corazón y no podía resistirse a su presencia.
Desde que Alba había irrumpido en sus vidas Lucas había visto a su madre dar un giro de 180° grados y si bien no entendía el por que,  sabía por alguna extraña razón que aquella chica tenía algo que ver en eso.

DE TUS OJOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora