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Después de un día estresante y agotador, la nueva pareja de recién casados llegó hasta el departamento de soltero del mayor, el cual sería el hogar de ambos ahora.

Decir que Jimin se sentía nervioso sería quedarse corto. La palabra correcta era aterrado. Se sentía a punto de un ataque de nervios de tan solo pensar lo que podía ocurrir esa noche, después de todo, era su noche de bodas.

Pese a que Yoongi le aseguró que le daría su tiempo y no lo obligaría a hacer nada que no quisiera, todavía quedaba esa pequeña duda en su interior que no lo dejaba en paz.

¿Y si Yoongi quería consumar su matrimonio? ¿Qué haría? ¿se negaría o sucumbiría? Porque si de algo estaba seguro el castañito, es que una parte de él, esa parte insensata y curiosa que ya lo había metido en problemas una vez, quería averiguar qué se sentiría hacer el amor con el pálido. Se cuestionaba cómo sería ser besado con pasión por él, ser tocado, sentirlo dentro...

Bajó el rostro avergonzado por el rumbo de sus pensamientos.

¿Qué pensaría de él si supiera que no era tan casto como se suponía que era? ¿Qué diría de saber que ya había fantaseado varias veces con su noche de bodas y que en todas y cada una de esas fantasías su comportamiento era todo menos inocente?

"Probablemente se escandalizaría". -pensó, con sus mejillas ardiendo y los latidos de su corazón a mil debido a lo bochornoso de sus pensamientos.

Yoongi observaba con escepticismo la manera en la que las abultadas mejillas y las orejas de Jimin adoptaban un furioso rubor.

"¿Es que acaso este niño nunca deja de ruborizarse?" -bufó en su interior.

Sin duda pasaría mucho tiempo en abstinencia si todo ese nerviosismo era debido a lo que se suponía debía pasar esa noche.

Con fastidio hizo a un lado ese pequeño sentimiento de pesadez que amenazaba con envolverlo.

Tampoco es como si le emocionara la vida marital al lado del inexperto chico. Es más, estaba más que seguro que no se perdería de nada si nunca tenían relaciones sexuales.

--Jimin. -llamó y un tic nervioso hizo a su ojo parpadear cuando el pequeño doncel dio un pequeño brinquito en su lugar --Puedes usar el baño primero. -le informó con voz templada debido al esfuerzo que hacía para mantener su temperamento a raya. Procedió a abandonar la recámara antes de dejar al descubierto todo el enojo y estrés que le causaba lidear con el asustadizo menor.

***

Jimin observó avergonzado cómo Yoongi lo dejaba a solas. Se reprendió mentalmente por haberse sobresaltado cuanto este mencionó su nombre. Pero es que, ¿cómo obligaba a su cuerpo a no reaccionar ante la profunda y grave voz del mayor? En su defensa, él tuvo la culpa. No debió aprovechar el momento justo en que salía de sus ensoñaciones para entonar su nombre con voz tan varonil.

Con pereza se acercó hasta la puerta que daba al baño. Llenó la bañera con agua caliente y se sumergió, olvidándose del resto del mundo durante un largo rato. Para cuando decidió salir -envuelto en una bata de baño que, a juzgar por lo bien que le quedaba, era más que seguro que había sido comproda para él- se topó con la sorpresa de que no estaba solo ya.

Y se sintió desfallecer al estar prácticamente desnudo frente a su esposo que en ese momento se encontraba acostado en la cama.

--Te tardaste, estaba a punto de preguntarte si estabas bien. -dijo el azabache en su dirección.

--Lo siento. Tomo baños de larga duración. -explicó, con los ojos puestos en cualquier punto que le evitara mirar a Yoongi a los ojos.

Lo cual el pálido agradeció mientras su mirada estaba clavada en las tonificadas piernas que se encontraban desnudas y expuestas en ese momento.

Mi Virtuoso Doncel 《YoonMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora