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Yoongi condujo las más de cuatro horas de recorrido desde Busán hasta Seúl con la indignación carcomiéndole el alma.

¿Cómo había sido su abuelo capaz de hacerle esa jugarreta? No tenía justificación alguna para hacer lo que hizo.

Él estaba en su derecho de permanecer soltero todo el tiempo que quisiera.

Su abuelo lo escucharía.

Agradecía a Dios que el señor Park le sugiriera a Jimin que lo pensara antes de darle una respuesta. No sabe a ciencia cierta si el mayor pudo notar que su extrema quietud y la pérdida de color en sus facciones se debían al miedo que corroía sus entrañas en ese momento, pero lo cierto es que, agradecía infinitamente su intervención.

Porque, sí, resultaba obvio que todos eran buenas personas, pero eso no quitaba el hecho de que no gustaba del tímido doncel, a lo sumo le resultaba tierno. Incluso podrían ser amigos.

Pero ¿esposos? Eso estaba fuera de discusión.

***

Yoongi entró a su departamento pasada la media noche. Se encontraba un poco ebrio en esos momentos porque terminó yendo a su bar favorito en vez de ir directamente a la mansión Min. Si bien ir a encarar a su abuelo era la intención inicial, terminó cambiando de parecer debido a que cuando regresó a Seúl era lo suficientemente tarde como para que el mayor ya estuviera dormido. Además, si se presentaba en el alterado estado en el cual había llegado, estaba seguro de que diría algo de lo cual se arrepentiría después.

Así que, decidió calmar su frustración tomándose unos tragos. Por suerte el bar quedaba a tan solo dos cuadras de su departamento, por lo que no era necesario conducir de regreso.

Aunque tampoco es que estuviese tan ebrio para no poder conducir. No era precisamente dado a la bebida y menos si estaba solo. Y ese era el caso. Su primo Hoseok no se encontraba en la ciudad y Namjoon no podía acompañarlo. Supuso que debido a otro de sus dramas matrimoniales.

"¿Y así se atrevían a cuestionarle el hecho de seguir soltero?" -pensó.

Sí, era consciente de que no todos los matrimonios eran un desastre. El ejemplo más reciente eran los Park. Parecían ser un matrimonio fuertemente consolidado y muy feliz. Sin embargo, su primo Hoseok y su mejor amigo de la infancia, Namjoon, no gozaban de la misma dicha.

Quizás era cuestión de suerte el encontrar a alguien con los mismos afinidades y gustos.

[.]

--Hermano, te vez del asco. -comentó Namjoon cuando llegó hasta el departamento de un Yoongi recién levantado.

--Cállate, Nam. -gruñó molesto el pálido.

--Uy, de haber sabido que sería tratado de esta manera, me hubiese quedado en casa. Por lo menos Jin es apuesto.

Yoongi soltó un bufido, yendo hacia la nevera a buscar una botella de agua fría bajo la atenta mirada de su amigo.

--¿Qué tanto bebiste anoche?

--No lo suficiente, créeme.

--Vamos, cuéntale a tu querido amigo qué es lo que te tiene más gruñón de lo normal. -pidió, mostrando su sonrisa de hoyuelos y provocando que Yoongi lo mirara con sorna.

--¿Querido? -cuestionó burlón --¿Quién te dijo que ocuparas la personalidad de Hoseok?

--Pues ya que tu primo ahora posee un humor más negro que la noche, decidí ser quien aporte alegría a tu vida.

Mi Virtuoso Doncel 《YoonMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora