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Yoongi caminaba a paso veloz a través del elegante salón, el cual estaba decorado con inumerables fotos familiares y con cálidos colores adornando las paredes de la casa que lo vio crecer.

Tras cruzar el pasillo, se posicionó frente a una gran puerta de roble que daba a la habitación de una de las personas más importantes para él; dio dos leves toques antes de entrar.

--¿Querías hablar conmigo, abuelo? -cuestionó con voz suave una vez estuvo dentro del poco iluminado lugar.

Observó a su abuelo esforzarse por reincorporar su debilitado cuerpo apenas visible entre tantas mantas, era obvio el esfuerzo que el patriarca Min ejercía para lograr quedar sentado en la inmensa cama mientras apoyaba su espalda en el acolchado cabecero de la misma.

Yoongi, como siempre, se contuvo de ir en su ayuda. Era bien sabido por todos lo testarudo y orgulloso que era el mayor, siempre queriendo mostrar cuán gallardo era pese a todos los achaques que su avanzada edad le hacía padecer.

--Sí, hijo. Gracias por venir. -contestó el canoso hombre con su habitual sonrisa y la misma mirada vivaracha de siempre. --Lamento haberte hecho venir hasta acá, pero necesitamos tener una charla de hombre a hombre. Ven, acércate, por favor. -pidió, indicándole que tomara asiento sobre la cama, junto a él.

--Cuéntame, abuelo, ¿de qué quieres hablar? -cuestionó el pálido chico tomando asiento.

--Como bien sabes... -comenzó a decir el mayor con una voz tan firme que lograba contrastar con su apariencia un tanto frágil --Los años no me están haciendo más joven, Yoongi, cada día estoy más y más cerca de la muerte...

--Abuelo, por favor. -pronunció a modo de queja el menor, conocedor del tema que su abuelo quería tratar --Ya hemos hablado esto.

--¡Quiero biznietos, Yoongi! ¡Y los quiero antes de que me muera! -vociferó, haciendo que su nieto blanqueara los ojos divertido.

Su abuelo siempre sería un berrinchudo y ni siquiera sus ochenta y tantos años de edad podrían cambiar eso.

--Deja de pensar que te morirás sin ver a tus nietos. -pronunció con voz cariñosa, sonriendo tras notar esa chispa de orgullo cruzar la mirada del hombre que, más que su abuelo, fue la única figura paterna y ejemplo a seguir que tuvo desde que su padre biológico abandonó este mundo.

--Pues al ritmo al que vas, tal parece que tendré que reencarnar para verte casado y con hijos. -refunfuñó, fingiendo un enojo que estaba lejos de sentir --¿Cómo se supone que me darás nietos si solo te dedicas a saltar de cama en cama? -acusó.

--Abuelo, no es justo que digas eso. No voy por ahí haciendo eso que dices, todas mis relaciones han sido estables. -se defendió el pelinegro.

--Han sido consensuadas, Yoongi, no es lo mismo que estable. -rebatió --¿Qué caso tiene entablar una relación si antes de iniciar tiene fecha de caducidad? Necesitas casarte y tener hijos. A tu edad tu abuela y yo habíamos engendrado a tu padre y a tu tía.

--Lo sé. -contestó, resignado a tratar, una vez más, el tema de su soltería --Sé cuán importante es para ti todo esto de la familia y esas cosas, pero justamente por eso es que no quiero tomarme el matrimonio a la ligera. Debe ser con la persona correcta. -aseguró con una sonrisa de labios sellados.

El abuelo Min bufó, claramente en desacuerdo --¿Cómo vas a dar con la persona correcta si solo eliges a quienes claramente no quieren matrimonio e hijos? ¿Qué tal está Sahir? ¿Ya terminaste con ella? ¿O aún están a la espera de que aparezca la próxima conquista para dar fin a su relación? -el sarcasmo impreso en cada palabra hizo a Yoongi fruncir su ceño.

Mi Virtuoso Doncel 《YoonMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora