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--No puedo creer que te vas a casar y no estaré en tu boda. -reprochó, una vez más, el pelirrojo a su mejor amigo.

--Tae, ya te expliqué la situación. Ni siquiera es algo que pueda controlar. -contestó con voz divertida por el puchero que estaba haciendo el más alto.

--No es justo, ChimChim, soy tu mejor amigo, ¿cómo no voy a estar en primera fila el día de tu boda? -se volvió a quejar el chico --¿Por qué tienen que hacerlo tan repentino? Es decir, ¿en serio no pueden esperar a que Kookie y yo regresemos de la luna de miel? ¡Es tan injusto! -terminó de decir para luego lanzarse sobre la cama del castaño, provocando que este riera por la manera tan graciosa como rebotaba sobre la misma.

Taehyung se vio contagiado de la risa del más bajo, por lo cual se apresuró a levantarse y llegar hasta él. Con su peculiar y hermosa sonrisa sostuvo al otro de las mejillas y las estiró con un poco de fuerza, riendo alto cuando se quejó.

--Aveces eres tan malo, Tae. -lloriqueó Jimin, acariciando sus adoloridos cachetes.

Ambos chicos se sonrieron con complicidad ante lo tonto de su comportamiento, pero así eran ellos. Así era su amistad, era tan fuerte y tan profunda que, pese a lo retraído que el más bajo solía ser, Taehyung siempre encontraba la manera de hacer surgir al Jimin real. Ese chico alegre y divertido que en verdad era.

--¿En serio no me vas a esperar? -volvió a insistir, fingiendo estar indignado al cruzarse de brazos y pucherear ante la mirada divertida del castaño.

--¡Yaaah! -exclamó Jimin lanzándose sobre el pelirojo, derribándolo en el proceso y provocando que ambos terminaran sobre la cama, retozando y riendo como locos durante un rato.

Luego, ambos se colocaron boca arriba sobre la cama, en silencio, con sus miradas en el techo de la habitación del tímido doncel.

--¿Estás totalmente seguro de hacer esto? -cuestionó el de sonrisa cuadrada, rompiendo el agradable silencio en el que se habían sumido.

Jimin giró su cabeza para conectar su mirada con la de su amigo, viendo entonces la evidente preocupación de las facciones del de sonrisa cuadrada.

--Seguro seguro, no, pero en serio quisiera intentarlo. -contestó, tras soltar un suspiro al aire.

Taehyung se limitó a asentir y no insistir más en el asunto. Estaba preocupado, sí. Era imposible no estarlo. Sin embargo, hasta cierto punto le tranquilizaba todo el asunto de la boda, porque eso significaba que Jimin al menos se estaba abriendo a nuevas posibilidades.

Solo quedaba esperar que los resultados del precipitado matrimonio fueran favorables para su mejor amigo.

***

--Abuelo, ¿cómo te sientes? -cuestionó Yoongi acomodándose en la cama, cerca del débil cuerpo de su mayor.

--E-estoy bien. -contestó, respirando profundo antes de proseguir --¿Cómo estás tú, hijo?

--Bien. -aseguró con una sonrisa --Te quiero contar algo. -empezó a decir con entusiasmo en la voz, seguro de que sus siguientes palabras alegrarían mucho a su mayor --Me voy a casar. Anoche hablé con Jimin y sus padre, y ya está decidido.

Yoongi observó satisfecho la manera en que los ojos del contrario parecieron iluminarse tras sus palabras. Se felicitó mentalmente por lograr su cometido.

--¿Hablas en serio? -cuestionó el canoso hombre, sorprendiendo a su nieto por el súbito entusiasmo que mostró.

--No debes exaltarte. -lo regañó suavemente para que no hiciera esfuerzos innecesarios --Acuéstate. -ordenó, ayudándolo a volver a su posición.

Mi Virtuoso Doncel 《YoonMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora