EPÍLOGO

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Jimin se encerró en el cuarto de baño, contaba con muy poco tiempo antes de que Yoongi despertara. Apresurado, se dispuso a sacar de su escondite la pequeña bolsa que Taehyung le hizo entrega la noche anterior.

Con manos temblorosas, sacó dos tiras plásticas de sus cajas. Leyó y siguió paso a paso las instrucciones.

Con el corazón a mil y comiéndose las uñas debido al nerviosismo, colocó ambas tiras en el lavabo a espera de que pase el tiempo estipulado para confirmar lo que su instinto le decía.

Desde hace un buen tiempo ya que había empezado a sentirse algo cansado y, de vez en cuando, también sentía náuseas. Al principio pensó que era todo el estrés de dirigir la pastelería y encargarse de los preparativos de su boda religiosa, así que no le prestó mucha atención a sus síntomas. No fue hasta hace una semana que iniciaron sus sospechas.

Estaba nervioso y ansioso, anticipando la respuesta; y es que, todo su ser le decía que en su vientre albergaba una pequeña vida.

Un pequeño ser producto del amor que él y Yoongi se tenían.

Reteniendo el aliento, se acercó nuevamente hasta el lavabo, llevando su diestra hasta su boca para acallar el grito eufórico que se construyó rápidamente en su garganga, llevando instintivamente sus regordetas manos hasta su plano abdomen.

Positivo.

Ambas pruebas de embarazo daban positivo.

Durante varios minutos lloró de felicidad, imaginándose la reacción del azabache que, al igual que él, deseaba con toda su alma tener un bebé.

Cuando logró controlar toda su emoción, tomó ambas pruebas y las escondió para que Yoongi no las encontrara puesto que él ya sabía cuándo y dónde le daría la maravillosa noticia.

Pero antes, necesitaba prepararlo todo.

Tomó un baño rápido y se cubrió con una toalla antes de mirarse en el espejo y observar su rostro libre de maquillaje. Le sonrió a su reflejo que le mostraba ese mismo chico de mejillas abultadas, labios frondosos y nariz de botón. Esta vez, como muchas otras veces, solo había aceptación en su mirada y la certeza de que era hermoso tal cual es.

Con una sonrisa en su rostro, se encaminó fuera del cuarto de baño hacia su recámara. Pestañando varias veces cuando descubrió que el pelinegro ya había despertado y que, a juzgar por lo adormilado que se veían sus gatunos ojos, era reciente.

Ambas miradas conectaron y Jimin sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral tras vislumbrar la lujuria en la gatuna mirada contraria.

***

Yoongi se removió en la cama, extrañado por la falta de calor a su lado. Lo suficientemente perezoso como para no abrir los ojos, estiró su brazo en dirección al lado de la cama de Jimin, gruñendo levemente cuando se topó con este vacío.

¿A dónde había ido Jimin?

Se estiró para desperezarse, mirando alrededor de su nido de amor las prendas esparcidas que daban fe de la intensa sesión de sexo que tuvo lugar la noche anterior, en celebración al inicio de su luna de miel.

Porque sí, luego de meses de planeación, por fin habían celebrado su tan esperada boda religiosa. La cual se celebró justamente el mismo día de su boda civil, pero con un año de diferencia.

El sonido de una puerta abriéndose hizo a Yoongi girar automáticamente la cabeza, solo para toparse con la imagen más endemoniadamente caliente que solo una persona le podía brindar.

Mi Virtuoso Doncel 《YoonMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora