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A pesar de que ya había transcurrido una hora de la tan atípica propuesta de matrimonio, Jimin aún seguía intentando poner un alto al coctel de emociones que lo embargaban. Pero ¿cómo lograr estabilizar sus emociones después de que el apuesto hombre le haya dado un anillo de compromiso el primer día de conocerse?

Por otro lado, el pálido había dado la impresión de estar bastante desorientado y confundido. Además, prácticamente había salido corriendo después de que el señor Park, tras notar cómo parecía estar a punto de colapsar ahí mismo sugiriera que, dado lo sorpresiva de la noticia, quizás era mejor esperar unos días antes de dar una respuesta.

Por supuesto, el comportamiento de su propio hijo también lo había alentado a decir aquello, ya que Jimin solo permanecía con la boca abierta y un fuerioso sonrojo en su rostro.

Luego de que Yoongi se marchara a toda prisa, el pequeño doncel corrió a su habitacion donde se lanzó sobre la cama y ocultó su rostro bajo una almohada.

Aunque no pasó mucho tiempo así, puesto que sus padres decidieron que era momento de una charla familiar.

--Minie. --llamó su madre --¿Podemos hablar?

Con lentitud, el mencionado se reincorporó dejando la almohada a un lado. Mentiría si dijera que estaba emocionado por la conversación que sabe se llevaría a cabo en breve.

Pero tampoco era como si pudiera negarse.

--¿Qué te parece Min Yoongi? -quiso saber su progenitor con sincero interés.

Jimin lo miró dubitativo.

¿Que qué le parece a él Min Yoongi?

Me gusta. -su consciencia susurró y de inmediato se apresuró a cubrir su rostro, esta vez tras sus dos manos. La respuesta había llegado de manera muy repentina, provocando que su corazón latiera desaforado y pareciera que toda la sangre de su cuerpo fuera bombeada hasta su cara.

Y el que sus padres parecieran divertirse con su estado no estaba ayudando.

¿Por qué tenía que sonrojarse con tanta facilidad?

--Amor, puedes ser sincero con nosotros, ¿lo sabes, verdad? Sea cual sea tu decisión te vamos a apoyar. -volvió a tomar la palabra el mayor.

--Aunque, por tu cara es más que obvio que no te desagrada, ¿no? -aportó su madre, intentando hacer más llevadera la conversación para su hijo, ya que tanto ella como su esposo sabían que no era muy dado a expresar lo que sentía.

Con un leve asentimiento de cabeza, el pequeño doncel da una respuesta afirmativa, sin atreverse a mostrar su cara aún.

Sus padres se miraron pensativos.

--Si te gusta y estás de acuerdo en casarte con él, está bien, puedes aceptar su propuesta de matrimonio. Te vamos a apoyar siempre y cuando eso sea lo que realmente quieras hacer. -decidió aclarar el hombre, puesto que, lo menos que quería era que su hijo aceptara casarse por deber y no porque así lo deseara en verdad.

En ese momento el castaño dejó de ocultar su rostro tras sus manos y miró con ojos anhelantes a sus padres.

--¿A-a ustedes les gustaría? -preguntó nervioso --¿Les parecería bien si acepto el compromiso?

--Cariño... -llamó con dulzura su madre --Aquí lo único que importa es tu felicidad. Por favor, ten siempre presente que eres nuestro mayor orgullo y el tesoro más grande que poseemos. Lo que te haga feliz a ti, nos hará feliz a nosotros.

Jimin sintió sus ojos aguarse tras esas palabras. El cariño y la confianza que sus padres le profesaban era tan grande que en ocasiones se sentía culpable y no merecedor de ello.

Mi Virtuoso Doncel 《YoonMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora