Un alto jadeo abandonó los abultados labios del tímido doncel cuando sintió el toque de unas manos en su cintura.
Arqueó la espalda, echó su cabeza hacia atrás y gimió bajo cuando esas mismas manos se adentraron por debajo del suéter holgado que vestía, subiendo por su abdomen hasta llegar a sus pezones y, una vez allí, pellizcándolos de manera lenta y sensual.
Soltó un grito cuando la deliciosa tortura en su pezón derecho cesó, siendo ahora su entrepierna quien recibía un poco de atención de parte de la pálida y juguetona mano.
Al inclinar su torso hacia el frente, se vió obligado a presionar sus palmas en la isleta de la cocina para sostener su peso. Dicha inclinación dio por resultado que su trasero chocara abruptamente con la entrepierna contraria.
--¡¡Yoongi!! -exclamó entre risas cuando este aprovechó su sugerente posición para restregar su excitación entre sus nalgas .
Sí. Podía decirse que las caricias entre él y Yoongi habían subido de nivel. Y mucho.
Pero no lo suficiente.
Con delicadeza, Yoongi lo ayudó a reincorporarse. Depositando un suave beso en su cuello y riendo cuando otro jadeo escapó de él.
--Tan sensible. -le susurró el pálido para acto seguido tomar un tazón y sacar las palomitas que anteriormente Jimin había introducido al horno eléctrico.
Luego, guiñó un ojo en dirección al castaño que había sufrido otro ataque de pudor como cariñosamente le había llamado, debido a la manera en que este se cohibía cada vez que intentaba llegar más allá de besos y caricias.
Y ahora esa es la razón por la que aún su matrimonio no es consumado.
Se sentó en el sofá donde cada noche veían televisión, recibiendo a Jimin en su regazo y acunándolo mientras este sostenía el tazón de palomitas sobre sus propias piernas.
La película inició y ambos empezaron a alimentar al otro. Los minutos avanzaron y tanto las palomitas como la película pasaron a un segundo plano cuando los, inicialmente, tiernos e inocentes besos se convirtieron paulatinamente en fogosos y hambrientos.
Yoongi sabía que lo más probable era que tendría que darse una ducha fría para bajarse la calentura.
Pero, ¿qué más daba? Estaba dispuesto a conformarse con lo que sea que Jimin estuviera dispuesto a darle.
Ni más ni menos.
[.]
Jimin infló sus mejillas mientras mantenía sus ojos cerrados a la espera de que Seokjin terminara de maquillar sus párpados.
--Listo. Puedes abrirlos. -pidió el doncel mayor, ignorando el mohín en los voluminosos labios contrarios. Y es que el castaño no había estado feliz cuando Jin se presentó frente a él y le avisó que se encargaría de vestirlo y maquillarlo para asistir a un cóctel que se llevaría a cabo esa noche y al que Yoongi debía asistir y él, como su esposo, tampoco podía faltar. No pudo evitar sentirse dolido al pensar que no era suficientemente atractivo para andar del brazo de Yoongi sin antes haber pasado por una transformación.
Seokjin sonrió orgulloso, aunque no del todo complacido con el resultado que tenía frente así y que le había costado horas. Y no porque fuera realmente difícil hacer lucir bonito al castaño, sinó por las constantes negativas de este a todo lo que le sugería.
Jimin se había negado a usar los conjuntos elegidos por Jin ya que los consideraba muy ajustados y ceñidos al cuerpo, siendo que lo único que estos hacían era resaltar sus muchos atributos. Una vez el mayor se cansó de sus negativas, recurrió a las amenazas para lograr su cometido.
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Mi Virtuoso Doncel 《YoonMin》
FanfictionPark Jimin es un tímido doncel que ha sido elegido para casarse con el cotizado y multimillonario Min Yoongi, un hombre acostumbrado a disfrutar de todas las libertades y privilegios que su posición económica le otorga. ↪#1 de la saga "Donceles".↩ ...