Jimin caminaba cabizbajo hacia la salida al lado de un Yoongi enojado sin razón aparente.
El tímido doncel no solo estaba desconcertado, sinó que, también, atemorizado. Es decir, no es que tenga razones para creer que el pelinegro fuera capaz de hacerle daño físicamente, sin embargo, se notaba sumamente enojado y alterado.
¿Y si se salía de control y lo golpeaba?
No, debe dejar de tener ese tipo de pensamientos tan negativos.
Yoongi no sería capaz de lastimarlo, ¿verdad?
Tan ensimismado iba en sus pensamientos, que casi cae de bruces cuando, de la nada, el mayor se detuvo; sujetándolo del brazo segundos después para que hiciera lo mismo. Más perdido que nunca, levantó dubitativamente la mirada, descubriendo los felinos ojos aún refurgientes de rabia mirando hacia el frente, Dios sabe qué o a quién. Cuando quiso mirar en la misma dirección, el pelinegro reanudó nuevamente la caminata, por lo que no pudo notar que la mirada asesina de su esposo estaba puesta en otro hombre que, a su vez, lo observaba a él con ojos morbosos.
Una vez llegaron al auto de Yoongi, este le abrió al menor la puerta del copiloto para que entrara, cosa que hizo sin cuestionar, tragando grueso ante su desconcierto por no tener idea de qué ocurría, pero con su instinto asegurándole que era mejor permanecer en silencio.
Tras poner el auto en marcha, Yoongi se obligó a mantener su vista al frente todo el tiempo, ignorando al tembloroso doncel a su lado que permanecía en silencio y con su mirada perdida observando a través de la ventana.
Con los nudillos blancos debido a la fuerza que ejercía sobre el volante, reprimió una maldición. No sabía qué pasaba con él. Lo único que sabía era que tenía unas ganas inmensas de dar la vuelta e ir a partir la cara de dos sujetos en particular.
***
Una vez el auto fue estacionado, el castaño se apresuró a bajarse, temeroso de provocar, de alguna manera, aún más enojo del otro.
Por el rabillo del ojo se percató del momento en que Yoongi se posicionó nuevamente a su lado por lo que, sin pensarlo, caminó hacia la entrada del lujoso edificio en el cual vivían.
Entraron al elevador con la misma mudez que los había acompañado desde que abandonaron la fiesta. Al llegar a su piso correspondiente, ambos salieron del estrecho cubículo para adentrarse a su departamento. Una vez allí, Jimin corrió hacia la recámara con la intención de refugiarse y poner distancia entre él y el pálido, pero no contó con que este lo seguiría.
Dio un respingo involuntario cuando escuchó la puerta ser cerrada, conectando, sin querer, su asustada mirada con la afilada de Yoongi.
--¿Quieres dejar de comportarte como si me temieras? -gruñó de manera ruda y tan abrupta que provocó, no solo mayor agitamiento al ya sofocado estado del menor, sinó, también, que este se apresurara a rehuirle la mirada, posando sus pequeños y acuosos orbes en cualquier lugar que no fuera esos dos pozos negros que tanta irritación transmitían.
Esto solo hizo que el pálido tensara la mandíbula al punto de hacer que sus dientes casi chirriaran.
Estaba siendo muy brusco y lo sabía, así como también sabía que Jimin estaba asustado. Pero, simplemente, era tal el grado de su enojo, que sentía que en cualquier momento se saldría de su propia piel.
Intentando verter en algo más su molestia, empezó a quitar el nudo de su corbata sin delicadeza alguna, continuando luego con su saco, el cual lanzó sin miramientos hacia un sillón, gruñendo cuando este terminó cayendo al suelo.
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Mi Virtuoso Doncel 《YoonMin》
FanficPark Jimin es un tímido doncel que ha sido elegido para casarse con el cotizado y multimillonario Min Yoongi, un hombre acostumbrado a disfrutar de todas las libertades y privilegios que su posición económica le otorga. ↪#1 de la saga "Donceles".↩ ...