Parte 8.

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15 & 16

Capitulo 15

Dulce guardó su teléfono en el bolso, cuando vio aparecer por el pasillo a Poncho en una silla de ruedas que estaba siendo empujada por una enfermera. Ambos iban hablando y riendo hasta que llegaron a donde se encontraba Dul.

-¡Vaya! Al parecer sí fue grave, ¿qué haces en esa silla de ruedas?-preguntó Dul mirando a Poncho.

-No se preocupe señorita, es sólo un esguince que no le durará más de quince días, aunque debe guardar reposo en estos días…-dijo la enfermera sonriendo y mirando a Poncho.

-Gracias-dijo seca Dulce volviendo de nuevo la mirada hacia Poncho.

-¿Y la silla de ruedas? ¿Así tendrás que andar ahora?

-Pues…-dijo la enfermera, aunque en el momento calló cuando Dul tras mirarla seria giró para ver a Poncho y que éste fuera quien le hablara.

-No te preocupes ardillita, esto es sólo para que a esta señorita le sea más fácil llevarme de un lugar a otro-dijo sonriéndole a la enfermera-, aunque si me dieron unas muletas para ayudarme en estos días.

-Vale, ya me habías asustado apareciendo así…

-No ardilla, más bien ayúdame a ponerme de pie y nos vamos…

La enfermera se acercó a Poncho para ayudarle, pero se quitó rápidamente cuando vio la mirada que le lanzó Dulce.

-Bueno yo ya me retiro…Recuerde las indicaciones del doctor señor Herrera…-dijo tímidamente la enfermera.

-Muchísimas gracias por su ayuda señorita…-dijo sonriendo Poncho.

-Sí, adiós-contestó Dulce, ante lo que Poncho le lanzó una mirada recriminatoria-Y muchas gracias- dijo sonriendo falsamente.


La enfermera se marchó, y Dulce y Poncho se dirigieron hasta donde se encontraba el coche de ésta. Poncho iba apoyado sobre el hombro de Dulce a pesar de tener las muletas.

-Dul, ¿te puedo hacer una pregunta?

-Dime…-dijo Dul mirando a los ojos a Poncho.

-¿Qué es lo que te cayó mal de la enfermera?-preguntó muy serio ante lo que Dul bajó la mirada.

-Nada, ¿por qué lo preguntas?

-Dulce María fuiste muy arisca y dura con ella…Eso no es muy normal viniendo de ti…

-¡Ay ya! No me regañes. Y sí, me cayó mal. No viste que resbalosa era, no paraba de coquetearte en lugar de estar cumpliendo con su trabajo.

Poncho empezó a reírse, ante lo que Dulce se enojó.

-¡Ya! Me chocan las mujeres así…¿qué pasa ahora?

-Pues me hace gracia, más bien ya deberías saber que yo sólo tengo ojos para ti…-dijo Poncho sonriendo y dándole un beso en la frente.

-Mira tú que chistoso me saliste…Anda apóyate aquí que voy a abrir el coche.-dijo cuando encontraron el coche. Dul lo ayudó a que entrara en él.

Cuando llegaron a su departamento se encontraron con Annie bajando de su coche. Annie vio a sus amigos y se acercó. Dul estaba ayudando a bajar del coche a Poncho.

-Adoro esta pareja-pensó Annie sonriendo.

-Annie ¿qué haces por aquí?-preguntó Dul al verla.

-Mira no más cómo me tratas al Ponchis, pobrecito…¿qué te hizo la bruta esta?-dijo mirando a Poncho.

-Pues ya viste, cualquiera discute con la ardilla…

Dulce le dio un golpe en el brazo a Poncho. Entonces Annie le acarició el brazo.

-No seas tan bruta Dulce María…¿no ves que está lastimado?

-Gracias Annie…-dijo Poncho sonriendo- ¿Y cómo te enteraste?

-Pues llamé a Ucker para ver si se apuntaba a hacerles una visita y me dijo que andaban en el hospital, entonces quise venir rápidamente para ver cómo estabas…

-Gracias hadita…-dijo Poncho sonriéndole tiernamente-Bueno y ¿Ucker cómo se enteró?

-Pues se lo dijo Dulce…

-¿Y cuándo se lo dijo?

-¿Qué es esto un interrogatorio?-dijo Dulce algo incómoda- Ucker me llamó para ver si íbamos a cenar cuando estábamos en el hospital y tú andabas con la enfermera…¿qué pasa?-dijo al ver la cara de Poncho algo extrañado.

-No, simplemente me extrañaba que las noticias anduviesen tan rápido…-dijo Poncho serio.

-Un momento, me perdí…-dijo Annie.

-¿Y cuándo no?-dijo Dulce.

-¿Qué enfermera? ¿Qué hiciste Poncho?-dijo alarmada Annie.

-Otra vez con lo mismo…-dijo Poncho resignado.

-Nada Annie una enfermera resbalosa que andaba coqueteándole todo el tiempo y él sin enterarse o sin querer enterarse…

Annie abrió los ojos alarmada.

-¿Cómo?

-No, pero no te preocupes ya tu amiga se encargó de ser lo suficiente simpática como para no volver a atenderme aunque vaya muriéndome…-dijo Poncho.

-¿Qué le hiciste Dul?-dijo con una gran sonrisa Annie.

-Nada, no hice nada. No le hagas caso, éste es un exagerado. Bueno, ¿subimos o nos quedamos toda la noche en la calle?

-No amiga yo ya me voy, sólo quería cerciorarme que el ardillo estuviera bien, pero lo dejo contigo y sé que está en buenas manos, ¡cuídalo!-dijo guiñándole el ojo a Dulce ante lo que esta lanzó un suspiro de resignación. Dicho esto, se fue dándole un beso a cada uno en la mejilla.


Dulce y Poncho subieron al departamento de ella, estaban platicando sentados en el sofá.

-Entonces dos semanas de reposo ¿y listo?

-Pues sí, aunque me dijo que tuviera cuidado por que podría empeorar aunque no fuera grave, que guardara reposo bien y si me dolía muchos pues que me tomara los calmantes que me dio.

-Vale. Entonces esta noche tú duermes en mi cama.

-¿Cómo?

-Sí necesitas descansar bien, yo dormiré aquí…

-Dulce, ¿cómo crees? No voy a permitir que tú duermas en el sofá. Estás en tu casa. Además yo estoy cómodo aquí…-dijo mientras le daba unas palmadas al sofá.

-Poncho he hablado yo y punto…-dijo seria mirándole a los ojos- Venga más bien vamos que te ayudo a llegar hasta mi habitación.

Dulce ayudó a Poncho a llegar, y después le ayudó a sentarse en la cama.

-Gracias ardilla.-Poncho tenía la cara muy triste, por lo que Dulce se le quedó mirando.

-¿Qué te pasa?-dijo mirándole fijamente a los ojos.

-Nada y todo a la vez, Dulce. La verdad no me entiendo a mí mismo…

-Pues yo tampoco te ando entendiendo mucho últimamente…

-Dulce tú sabes que yo nunca he reaccionado de esta forma. Pero es que en estos momentos siento que me estoy volviendo loco, bueno más bien Fabiola me está volviendo loco.

-Ponchito, ya no estés triste. Tienes que aprender a salir bien de estas situaciones. Primero casi te lastimas la mano y ahora sí te diste bien en el pie. No me gusta verte así. A mí también me haces daño cuando te veo así…-dijo Dulce triste.

-Perdóname ardilla. No quiero que estés triste por mi culpa.

-Pues entonces prométeme que cualquier cosa que te enteres o te haga la bruja esta, vas a respirar hondo, vas a contar hasta 1500 y luego reaccionas como quieras…-dijo sonriendo Dulce, por lo que a Poncho se le escapó también una tierna sonrisa.

-¿Hasta 1500?-reclamó Poncho.

-Hasta 1501 ahora por reclamar…

-Está bien, Dul. Lo haré.

Dicho esto, Poncho la abrazó y le susurró al oído:

-Gracias.

-Pero si no hice nada…-dijo dulcemente ella.

Dulce estaba saliendo de su habitación cuando Poncho la llamó:

-Dulce…

Ella se giró y lo miró para ver qué quería.

-¿Por qué no mejor te quedas y duermes aquí también?



Capitulo 16

-Aquí ya estás tú…-dijo con una sonrisa Dulce.

-Dulce…-dijo en tono de regañina Poncho intentando levantarse.

-No te muevas de ahí.-dijo Dulce acercándose rápidamente a la cama impidiendo que éste se levantara.

-Es que de verdad que no puedo permitir que duermas en el sofá, no seas tú tampoco cabezota, aunque sé que es difícil-ante lo que Dulce le lanzó una mirada fulminante- pero quédate aquí.

Dulce intentó contestar pero de inmediato Poncho la interrumpió continuando él hablando:

-Mira Dul cabemos los dos, yo tampoco estoy tan gordo para que no quepas, ni vamos a notar que estamos durmiendo juntos… Además no muerdo.-dijo sonriendo pícaramente, ante lo que Dulce le sonrió también.

-¿En serio no muerdes?-preguntó ella.

-Al menos te prometo que lo intentaré…-dijo Poncho levantando la mano en señal de promesa.

-Está bien, me fiaré de ti…-dijo con una sonrisa.

Tras decir esto, Dulce se metió en la cama con Poncho. A pesar de estar juntos en la misma cama, cada uno estaba acostado en una esquina, aunque al despertarse no fue así como se encontraron.


Ya era de día, y por la ventana se estaban colando los primeros rayos de sol. Poncho abrió los ojos un poco cegado, cuando se dio cuenta que tenía a Dulce recostada sobre su pecho y abrazada a él. Poncho respiró hondo oliendo el cabello de ella pensando en lo rico que olía y en cuándo fue la última vez que amaneció con ella entre los brazos. Pero no recordó la última vez. Empezó a recordar cada uno de los momentos en los que estuvieron juntos. A la vez que se extrañaba de sus propios pensamientos. ¿Por qué estaba recordando todo aquello ahora? Pero lo más importante, ¿Por qué se le dibujaba una sonrisa en los labios al encontrarse con esos pensamientos?

En un segundo bajó a la Tierra cuando Dul abrió los ojos. Se levantó con una sonrisa, pero al ver que estaba abrazada a su amigo, rápidamente se incorporó, lo que produjo una gran sonrisa en Poncho.

-Buenos días ardillita-dijo Poncho-¿Qué tal descansaste?

-Buenos días ardillo. Pues la verdad descansé que ya es bastante…¿Y tú? ¿Cómo amaneciste? ¿Cómo está tu pie?

-Pues yo amanecí muy bien. El sofá era cómodo pero tu cama lo deja en pañales. Y bueno el pie de momento no me duele. Espera que pase el día.

-Sí, bueno yo me voy a duchar y preparo el desayuno…¿está bien?-dijo Dulce levantándose de la cama.

-Está bien, pero por favor acércame las muletas para poder levantarme…-dijo señalando con la mirada la pared de enfrente donde estaban situadas las muletas.

-Claro…

Dulce se levantó, cogió las muletas y las puso sobre la cama, para ayudar en primer lugar a Poncho a levantarse. Dulce estaba muy cerca de él, e inconscientemente Poncho volvió a aspirar el aroma de ella devolviendo la sonrisa de antes a su rostro. Dulce se percató de ello.

-¿Y a ti qué te pasa?-preguntó ella.

-Nada por qué lo dices…

-Pues porque traes una sonrisa que no puedes con ella un tanto misteriosa…-dijo Dul sonriéndole.

-Será el calmante que aún me dura…-dijo él bromeando- O el recuerdo de la enfermera de ayer.

Ante este comentario, Dul lo soltó produciendo que este cayera de nuevo en la cama, ante lo que Poncho comenzó a reírse.

-Era broma ardilla…

-Bueno no más digo, sueños con la enfermera en mi departamento, en mi habitación y en mi cama…no, gracias.

Poncho sacudía la cabeza riéndose aún. Y Dul finalmente lo ayudó a ponerse de pie, para después irse al cuarto de baño.



Llegaron a los estudios de grabación, donde para no variar había varios periodistas al acecho de Dulce y Poncho. Aunque como cada día los dos pasaban sin decir nada.
Al llegar adentro, Pedro los estaba esperando junto al resto de los chicos que habían llegado ya.

-Poncho, ¿cómo te hiciste eso?-preguntó Pedro al verlo llegar por fin con sus muletas, y con su mayor apoyo, Dulce.

-Ya Pedro mejor ni me preguntes…-contestó Poncho mirando a Dulce apenado.

-Pedro fue la bruta de Dulce, ¿no sabías?-dijo Annie.

-¿Dulce?-preguntó extrañado Pedro.

-Pedro me ofendes al escuchar a esta loca, ya mejor ni le pregunten porque él solito se lo buscó…

De inmediato todos miraron a Dulce con los ojos abiertos, con este comentario parecía que realmente había sido ella la culpable del accidente de Poncho.

-¡Pero que no fui yo!-dijo rápidamente Dulce al ver la reacción de todo el mundo-¿Tan bruta me creen?

-Bueno chicos mejor no contestemos, no vaya a ser que corramos con la misma suerte que nuestro compañero….-dijo Chris.

-Está bien, Poncho ven conmigo que vamos a hablar sobre tus escenas ahora que tendremos que cambiar varias cositas para los planos…-dijo Pedro acercándose a Poncho.

Los dos se fueron al despacho de Pedro. Por su parte May y Ucker también se retiraron a los camerinos dejando solos a Dulce, Chris y Annie.

-Bueno amiga, dime, ¿cómo te fue de enfermerita?-dijo Annie guiñando el ojo.

-Anahí, ¿en qué habíamos quedado usted y yo?-dijo Dulce mirando muy seria a Annie.

-Yo nada más preguntaba…-dijo con carita triste-Bueno más bien me voy también que dentro de muy poquito empiezo a grabar y miren qué pintas traigo aún.


Annie se retiró tirándoles un beso a sus amigos. El pollito se acercó más a Dulce para caminar con ella con su brazo por encima del hombro de ella.

-Bueno pollita y cómo está Poncho hoy…

-Pues está bien aunque más bien por qué lo preguntas…

-Es que esta mañana he visto en televisión un programa donde anunciaban que esta noche iría Fabiola para contar todos los pormenores de su relación y su ruptura con Poncho…

-¿Qué?-dijo Dul alarmada separándose de Chris al momento.

-Por eso te aviso. Se que Poncho anda medio alterado con el tema Fabiola últimamente y pues no sé qué es peor: que vea el programa o que luego se entere por ahí…

-Pues yo tampoco sé…-dijo con un tono de tristeza Dulce- Es que Chris tú no lo has visto ni te cuento por qué trae el pie roto…

-¿Qué? ¿Tiene que ver con Fabiola?-preguntó extrañado él.

-Pues como le digas a Annie algo de esto puedes morir, ¿entendido?-dijo Dul muy seria.

-Dulce sabes que puedes contar conmigo…

-Pues Fabiola vino ayer a verme diciéndome que habían roto por mi culpa y un montón de cosas más. Yo no sé que pensar de todo esto…

-¿Y qué hiciste?-preguntó muy intrigado.

-¡Ay Chris! Me callé. Poncho la vio saliendo de mi departamento. Vino a preguntarme qué había hablado con ella, qué me había dicho…

-¿Y?-preguntó levantando la cabeza.

-Me callé. No sé ni por qué lo hice pero no le dije nada. Y el bruto le pegó una patada a la pared y ya ves cómo acabó.

-Recuérdame que nunca enfade a Poncho…-dijo Chris.

-Pero ahí no acaba todo…-dijo Dulce suavemente.

-¿Hay más?-dijo Chris con los ojos muy abiertos.

-Dormimos juntos…

-¿Qué?-gritó Chris ante lo que Dulce le tapó la boca con su mano-Dulce María, ¿a qué andan jugando?-dijo histérico pero con la voz muy baja para que nadie se enterara.

BENDITA LA LUZ DE TU MIRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora