Parte 15.

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29 & 30

Capitulo 29


La fiesta en la piscina había acabado, y ya cada cual se fue a su habitación, menos Ucker que le tocaba dormir en el sofá que estaba en la sala principal.

En la habitación de Annie y Dulce estaban ambas sentadas en sus camas. Las dos permanecían en silencio. Dulce estaba mirando al suelo, y tras soltar un suspiro, cosa por lo que Annie la miró sorprendida habló.

-Annie…

-Dime Dul.

-Quería preguntarte una cosa…

-Pues tú dirás…

-Está bien. Quiero saber por qué me dijiste esta tarde eso…-dijo al fin mirándola a los ojos.

-¿Qué cosa dije? No sé… Hablamos tantas cosas…-dijo Annie disimulando.

-Anahí no te hagas la loca, porque tú ya lo estás. Quiero que me expliques qué es eso que yo te ando ocultando. Porque no sé por qué me dijiste eso…

-¡Ah! ¿Era eso?-dijo sonriendo algo nerviosa Annie ante lo que Dulce asintió con la cabeza- No era nada… Simplemente te estaba poniendo a prueba…Sí… Te ponía a prueba. Y déjame decirte que la superaste.

-¿Prueba? ¿Cuál prueba?-dijo Dulce extrañada.

-Pues era la prueba para ver si ciertamente me andabas ocultando algo… No sé era medio en broma. Quería ver si te intimidaba, pero parece que no. No tienes nada que ocultarme…-dijo Annie sonriendo algo nerviosa.


En ese momento llamaron a la puerta. Annie se levantó ansiosa para abrir. Estaba siendo salvada del interrogatorio con Dulce. Sabía que si le preguntaba algo más acabaría diciendo que lo sabía todo sobre ella y Poncho.

-¡Poncho!-dijo Annie al ver a Poncho tras la puerta- ¿Qué te trae por aquí?

-Bueno yo vine…-dijo entrando en la habitación y mirando a Dulce- …a desearte buenas noches.

-Gracias.-dijo Dulce sonriéndole.

-Y a mí que me parta un rayo, ¿no Ponchito?-dijo Annie mirándole medio enfadada.

-¿Qué por qué dices eso?-dijo Poncho riéndose.

-Yo vine a desearte-dijo Annie imitando a Poncho y haciéndose énfasis en el “-te”- buenas noches…

-¿Qué? No Annie yo dije a desearles…-dijo recalcando la última palabra.

-Sí claro… Ahora resulta y estoy sorda… Dul, ¿verdad que tú también escuchaste como sólo te hablaba a ti?-dijo dándose la vuelta para ver a Dulce.

Pero Dulce no le contestaba, lo único que hacía era reír.

-Dulce María. Deja de reírte porque Alfonso me quiere dejar de loca y sorda…

-Annie no sé. Yo creo que Poncho vino a darnos las buenas noches a las dos… Eres tú quien parece que quiere oír lo que quiere oír…-dijo Dulce riéndose aún más, aunque ahora Poncho también se le había sumado en la risa.

-¡Bueno ya! Con los dos a la vez no puedo… -dijo Annie casi histérica y sentándose en su cama- Poncho buenas noches a ti también…

-Buenas noches ardillo…-dijo Dul levantándose para darle un beso en la mejilla a Poncho.

-Buenas noches ardillita…-dijo Poncho dándole otro beso a ella.

Annie contemplaba la escena poniendo los ojos en blanco y sonriendo a la vez.

-Luego soy yo…-susurró ella sin obtener respuesta pues no la escucharon.

Poncho salió de la habitación dejando a Annie y Dulce solas de nuevo. Las dos se quedaron hablando un tiempo más de cosas sin mucha importancia hasta que ambas se quedaron dormidas.


En mitad de la noche, Dulce se despertó y fue a la cocina por un vaso de agua. Cuando entró en la sala principal empezó a andar de puntillas para no despertar a Ucker que andaba durmiendo allí. Entonces se encendió de pronto una lamparita pequeña.

-¿Dulce?

-Bebé perdóname. No quise despertarte.

-No te preocupes. No podía dormir.-dijo Ucker incorporándose y sentándose en el sofá.

-¿Y eso por qué?-preguntó Dulce acercándose para sentarse en una mesa que había al lado del sofá y quedar frente a frente con su amigo.

-Estaba pensando…

-Sí. Parece que últimamente sólo haces eso. Ten cuidado te vaya a doler la cabeza. Recuerda tú no estás acostumbrado a eso…-dijo Dulce sonriendo, lo que despertó también la sonrisa en Ucker.

-Pues ya hasta me anda doliendo la cabeza, imagínate…

-Bueno, ¿y en qué andas pensando tanto tú?

-Pues en todo, y en nada…-dijo Ucker algo triste.

-Bebé, ¿sabes puedes contar conmigo siempre? Además usted y yo tenemos una charla sin terminar de la fiesta aquella…

-Sí, yo sé. Pero ando pensando bien las cosas para pisar con pies de plomo antes de tomar cualquier decisión o acción…

-¿Y eso por qué?-preguntó Dul extrañada.

-Pues es que no me gustaría hacer algo de lo que me pueda arrepentir luego, sobre todo cuando entran en juego tantas cosas…

-¿Qué cosas?

-Amor, amistad…

Dulce permaneció por un momento en silencio. Las palabras de su amigo la estaban llevando a pensar en su nueva y extraña relación con Poncho. ¿Y si se arrepentía quizá mañana de cómo las cosas se les estaban escapando de las manos?


-¿Dul?-dijo Ucker moviendo su mano frente a la cara de Dulce.

-¿Si?-dijo Dul sacudiendo su cabeza- Perdona estaba pensando en algo…

Ucker la miró para que le dijera en qué pensaba.

-¿Sabes qué?-dijo ella- Lo mejor es dejarse llevar por lo que se siente. Ya no importa si te arrepientes mañana o pasado o a la hora siguiente. En el momento en que lo hiciste, lo sentías y eso es lo que importa, ¿no?

-Pues tienes razón…-dijo Ucker sonriendo- Verás…

-Bebé te dejo que ya si me voy a dormir…-dijo Dulce interrumpiéndolo y levantándose y dándole un beso en la mejilla a su amigo.


Dulce empezó a andar por el pasillo camino a su habitación, pero en un momento dado se detuvo. Estaba frente a la puerta de la habitación de Poncho. La miraba algo nerviosa. Entonces respirando profundamente se armó de fuerzas y giró el pomo de la puerta para abrirlo y entrar de una vez. Al entrar se encontró con Poncho que estaba durmiendo y decidió encender la luz para ver si así se despertaba solo. Y así fue. Poncho abrió los ojos medio aturdido distinguiendo al lado de la puerta la silueta de una mujer.

-¿Dul?

Ella se acercó a su cama. Se desabrochó el batín que llevaba para dejar ver un minúsculo camisón.

-¿Qué…?-balbuceó él.

Pero Dulce no lo dejó seguir hablando y le tapó los labios con un dedo, que luego sustituiría por un suave beso.
Cuando se separaron se quedaron mirando fijamente hasta que los dos se empezaron a reír. Dulce se quitó del todo el batín que llevaba y se sentó encima de Poncho para quedar frente a él. De un suave empujón, lo volvió a tumbar en la cama y ella se echó encima de él besándolo. Estos besos fueron bajando por el cuello y el pecho de él, que estaba al descubierto. De nuevo, volvieron a quedarse mirándose a los ojos cuando Dul levantó la vista para verle. En ese justo momento, Poncho la agarró de los brazos y en un rápido movimiento quedó él encima de ella. Dul empezó a reír, sin saber por qué. Y Poncho le puso su mano en la boca y la miró sonriendo para finalmente hacerla callar le plantó un nuevo beso en su boca. Ahora era él quien recorría el cuerpo de la otra con suaves besos. Le quitó el camisón que llevaba suavemente. Ahora le daba besos en las piernas, hasta que Dul lo agarró de la cabeza y lo acercó a ella. Ya no quería esperar más, y Poncho lo captó. Así que de una vez y en un suave movimiento se introdujo dentro de ella, lo que provocó un suave gemido en Dulce. Poncho sabía cómo callarla y lo hizo. No podían correr el riesgo de que alguien los escuchara y mientras empezaba a moverse dentro de ella con movimientos cada vez más rápidos, se besaban. Eran besos muy apasionados, aunque tenían un punto de dulzura que era lo que ambos necesitaban en ese momento.


Mientras tanto en otra habitación estaba Annie moviéndose mucho en la cama.

-¡No! Dulce no puedes hacer eso…-decía dormida- ¡Dul no! ¡No! ¡No!-dijo ya gritando y despertándose bruscamente.

-¡Vaya! Qué sueño tan raro… Y qué mal me ha sentado…-dijo riéndose- Pero, ¿por qué he tenido ese sueño tan raro y que parecía tan real?-dijo hablando sola-Dulce…-dijo volviéndose para mirar a la cama de su amiga.- ¿Y esta dónde se ha metido ahora?

Intentó volver a dormirse pero no podía. El sueño la había trastornado un poco. Había pasado un buen rato y Dulce no aparecía.

-¿Dónde habrá ido?-dijo Annie extrañada y levantándose de la cama.


Dulce y Poncho habían caídos rendidos uno junto al otro, aunque sí estaban despiertos.

-¿Te he dicho que me gustan tus visitas nocturnas?-dijo Poncho sonriéndole.

Dulce le pegó en la cabeza.

-¿Y yo te había dicho que estás loco?

-Pues alguna vez creo… Pero creo que no lo estoy más que tú. Por cierto será mejor que echemos a Ucker a tu cama…-dijo él sonriendo.

-¿Por qué dices eso?-le preguntó ella extrañada.

-Pues porque tú puedes quedarte aquí…

Los dos se miraron sonriendo. Hasta que Dulce se levantó. Se puso a vestirse de nuevo.

-¿Ya te vas?-preguntó Poncho con carita triste.

-Sí ardillo. Imagínate que Annie se despierta y no me encuentra. Conociéndola es capaz de buscarme por toda la casa…-dijo Dulce sonriendo.

-Bueno no creo que viniera a buscarte aquí…

-¿No? Yo más bien creo que sería el primer lugar donde miraría…

Los dos empezaron a reír. Dulce ya se había vestido. Se acercó a la cama de Poncho y le dio un beso fugaz a Poncho en los labios.

-¿Y hace rato dices que se fue?

-Pues sí. Hasta me dio tiempo a quedarme dormido…Así que imagínate si hace tiempo…-dijo Ucker.

-Bueno bebé perdona por haberte despertado…-dijo Annie.

-No importa. Pero la próxima vez enciende la luz… Creo que me molestaría menos que la enciendas a que vayas tropezando por ahí con todos los muebles…-dijo Ucker riéndose.

-No te rías que me duele…-dijo Annie tocándose la rodilla donde se había golpeado minutos antes con un mueble de la sala.

-Bueno descansa…-dijo Ucker.

-Sí bebé igual tú…-dijo Annie marchándose.


Empezó a caminar por el pasillo, hasta que se encontró con la puerta de la habitación de Poncho. Se detuvo y miró hacia todos lados para, al fin, pegar su oreja a la puerta.

-¿Qué haces?

Annie dio un salto del susto. Y miró hacia atrás de donde venía la voz para encontrarse con Dulce.


...............

Capitulo 30


-¿Qué haces?

Annie dio un salto del susto. Y miró hacia atrás de donde venía la voz para encontrarse con Dulce.

-Dul me asustaste…-dijo Annie tocándose el corazón con la mano- Casi me da un infarto. De verdad estás loca mira que aparecerte así…

-¿Cómo? Tú te dedicas a escuchar tras las puertas y ahora resulta que soy yo la que está loca…-dijo Dulce riéndose.

-No estaba escuchando…-dijo Annie disimulando.

-¿Ahora me lo vas a negar?

-Pues es que es verdad… No estaba escuchando…porque sinceramente no pude oír nada…

-Annie estás loca. Mejor vamos a la habitación…

-Sí mejor. Y ya cuéntame donde te metiste que estuve buscándote…-decía Annie mientras Dul la iba empujando por detrás hasta llevarla a su habitación.


-Bueno Annie ya dime qué hacías escuchando detrás de la puerta de Poncho… Esta muy feo eso lo sabes, ¿no?-dijo Dul tras haber entrado a la habitación y cerrado la puerta.

-Bueno el caso es que te andaba buscando…

-¿En la habitación de Poncho?-dijo Dulce riéndose.

-No sólo allí… El caso es que me levanté con una pesadilla que tuve horrible y no podía dormir y tú no estabas y salí a buscarte…-dijo Annie haciendo gesto de niña triste.

-Bueno pues ya me encontraste…-dijo Dulce sonriendo y abrazándola.

-No. La que me encontraste fuiste tú más bien…Dime dónde andabas…-dijo Annie mirando con mucha curiosidad a Dul.

-Pues fui a la cocina por un poco de agua porque no podía dormir…-dijo Dulce muy tranquila.

-Pues eso me dijo Ucker… Pero también me dijo que eso fue hace como bastante tiempo… ¿Qué hiciste después?

-Bueno creo que tengo derecho a un abogado o lo que diga podrá ser utilizado en mi contra, ¿no?-dijo Dulce riéndose.

-No sé de qué te ríes…-dijo Annie muy seria.

-Pues es que esto parece un interrogatorio.-decía riéndose Dul- Bueno dime más bien tú con qué soñaste que te levantaste así…

-¡Ay! Es que fue tan raro todo… Pero lo peor es que el sueño ni trataba de mí pero aun así me levanté un poco trastornada…

-Bueno tú ya estás un poco trastornada…

-¿Quién quiere amigas para esto?-dijo Annie lanzándole un cojín.-¡Oye! Recién me acabo de dar cuenta-dijo Annie con los ojos muy abiertos- ¿Cómo lo has hecho?

-¿Qué he hecho?-preguntó Dul un tanto extrañada.

-Pues esto. Darle la vuelta a la tortilla para que no te pregunte más… ¡Ay Dulce María! ¿Qué esconderás?-dijo Annie sonriendo, ante lo que Dul tampoco se quedó muy seria.

-Nada…-dijo Dul disimulando.

-Está bien. No te voy a decir que te creo porque no lo hago. Pero ya me lo contarás cuando tú quieras…

-¡Qué desconfiada eres! Pero igual, gracias.-dijo Dulce abrazándola.


Al día siguiente, todos estaban sentados para desayunar menos Dulce, que se estaba terminado de vestir.

-Bueno y esta, ¿dónde se metió?-dijo Chris refiriéndose a Dulce y con una cuchara en la mano.

-Está terminando de vestirse. Ya ven que no soy yo la que más tarda…-dijo Annie sonriendo.

-No será que más bien tú ocupaste primer el baño de ustedes y la pobre se esperó a que tú terminaras…-dijo May.

-Yo también creo que fue así…-dijo Ucker riéndose.

-Bueno voy a ver si va a tardar mucho más.-dijo Poncho levantándose.

-No. Déjalo. Ya voy yo…-dijo Chris impidiendo que se levantara- Queremos que venga no que se demore aun más…-dijo en voz baja.

-¿Dul se puede?-dijo Chris entrando en la habitación de Dulce.

-Pues ya estás dentro…-dijo ella riéndose.

-Dulce María te andamos esperando para desayunar, ¿te falta mucho?

-No ya estoy terminada. Lo que pasa que Annie se metió primera al baño y ya tuve que esperarla y ayudarle también a ver qué se ponía, y ya me demoré yo…

-¡Qué bien os conoce May!-decía Chris asintiendo con la cabeza- ¡Oye! ¿Qué te pasó a ti?-decía mientras la miraba fijamente.

-¿A mí?-dijo ella extrañada.

-Sí traes una sonrisa y una luz en la mirada un poco especial. ¿Tienes algo que confesar hija mía? ¿Qué hiciste?-dijo juntando sus manos.

-Pues qué no hice sería la pregunta…-decía riéndose.

-Otra vez cayendo en la tentación hija mía…

-Chris ya deja de hablar como un cura que tú tienes poquito de eso…

-Bueno pero cuéntame, ¿qué pasó?

-Pero ¿no nos están esperando para desayunar?

-Pues que esperen. Cuéntame qué pasó…-decía Chris acercándose a Dulce intrigado.

-Nada. Bueno sí otra vez…-decía Dulce sin terminar de hablar.

-¿Otra vez se besaron?

-Si sólo fuera eso…-dijo Dulce riéndose.

-Ustedes son unos cachondos.-dijo Chris haciéndose el escandalizado tapándose la boca con asombro.

-Chris no me regañes, ¿si?-dijo Dulce poniendo cara de niña buena.

-No lo haré. Pero una pregunta…

-¿Qué pasa?

-¿Así vas a salir a desayunar?-dijo Chris mirando de arriba a bajo a Dulce que solo llevaba una minifalda vaquera y la parte de arriba del bikini.

-Pues sí. Después ya nos vamos a la playa, ¿no? ¿Qué tengo?

-Nada. Pero será mejor que le digas a Drácula que no muerda tanto si no quieres que te anden descubriendo luego…-dijo Chris señalándole una marca roja que tenía Dul en el pecho justo donde terminaba el bikini.

-¡Lo mato! ¡Lo voy a matar!-decía Dulce buscando una camiseta para ponerse.

-Sí… ¡de placer!-decía Chris riéndose ante lo que Dul le sacó la lengua.


Dulce y Chris llegaron a la terraza donde todos estaban listos para desayunar. Cuando aparecieron, todos aplaudieron. Ante lo que Dulce los miraba medio enfadada mientras Chris hacía reverencias hacia su público.

-Dulce al fin terminaste…-dijo Guido.

-Ya no me regañen que no fue culpa mía…-dijo Dulce mirando a Annie y sentándose a su lado.

-¿Y por qué me miras a mí?-dijo Annie.

-Al parecer May tenía razón…-dijo BJ.

-La cuestión es, ¿Cuándo no la tengo?-decía May riéndose.


Se pusieron todos a desayunar mientras hablaban de los conciertos que faltaban por hacer en España. Cuando terminaron se fueron a la playa. Esta vez no se quedó nadie atrás.

Chris y BJ se fueron a dar un paseo por la orilla del mar. Annie y Ucker por su parte estaban en el agua metidos jugando como niños pequeños. Mientras el resto se había quedado tomando el sol. Estaban tumbados Guido, May, Dulce y Poncho en ese orden.

-Dul ya mejor quítate la camiseta o no se te va a pegar el sol…-dijo May.

-Sí. Ya se me olvidaba…-decía Dulce sonriendo algo nerviosa.

Se quitó la camiseta lentamente ante la atenta mirada de Poncho y de May. Aunque era ésta última quien la veía de frente, y quien en cuanto esta se quitó la ropa se quedó mirándola fijamente quitándose las gafas de sol.

-Dul, ¿qué te pasó ahí?-decía acercándose a Dulce mirando la marca que tenía en el pecho-¿Te picó algo?-decía acercándose aun más- ¡Ámonos! Más bien, ¿quién te picó?-dijo riéndose.

Dulce se miró la marca. La verdad se le notaba bastante y no sabía cómo justo en la playa iba a poder ocultarla mucho. Poncho miró un poco de reojo la famosa marca y empezó a reírse sin que nadie se diera cuenta.

-¡Picarona no me dijiste nada!-dijo May dándole con el codo en el brazo a Dulce.

-Es que no tengo nada que contar. No sé qué es esto…-dijo mirándose de nuevo la marca- Debe ser una picada o un golpe o algo no sé…

-Entonces, ¿por qué tan nerviosa? Pero, ¿quién te lo hizo ahora que estamos aquí en España solos? ¿O es que tuviste alguna escapada por ahí y no nos contaste?

-¡No! ¿Cómo crees?

-Bueno está bien habrá sido alguna picada como tú dices… Pero dile al bicho que tenga cuidado con donde pica…-dijo May riéndose y tumbándose mirando a Guido.

-¿Y tú de qué te ríes?-dijo Dulce cuando vio a Poncho.

-No, de nada…-decía sin parar de reír.

-Ni te rías…-decía acercándose a la oreja de Poncho- porque esto es culpa tuya. A ver si para la próxima vez tienes más cuidado…

-¿Próxima vez?-dijo Poncho muy bajito para que sólo Dul lo oyera- Cuando tú quieras…

Los dos empezaron a reír.


Cuando llegaron Chris y BJ de su paseo se pusieron a tomar el sol, ahora era Annie la que también tomaba sol junto a May. Y por otro lado, Ucker seguía en el agua en esta ocasión con Guido como compañero. Por su parte, Dulce y Poncho decidieron dar un paseo. Dulce estaba todo el tiempo un tanto nerviosa con el temor de que alguien más viera la marca que Poncho le había hecho la noche anterior y la ansiedad de buscar una respuesta un poco creíble.

-Annie, ¿qué tienes hoy?-preguntó May al verla todo el día medio ausente.

-Nada. No me pasa nada…-dijo ella muy poco convencida de sí misma.

-Anahí llevas todo el día medio rara. ¿Qué te pasa?-dijo Chris.

-Bueno la verdad a ustedes no os puedo engañar… Me pasó algo horrible.-dijo muy angustiada Annie.

-¿Qué te pasó?-dijeron May y Chris al unísono.

-Tuve un sueño horrible…

-¿Un sueño?-dijeron de nuevo los dos a la vez.

-Todo esto por un sueño…-dijo Chris intentando quitarle importancia.

-Christian es que tú no sabes… Fue todo muy raro…

-A ver mi amor cuéntanos de qué se trataba…-dijo May viendo que su amiga estaba realmente preocupada.

-Está bien. Resulta que Dul se casaba…

-¿Cómo? Annie ni en sueños dejas tu trauma de lado…-dijo Chris riéndose.

-No entiendes Chris. Dulces se casaba… con Ucker.

Todos empezaron a reírse, mientras Annie los miraba con cara de enfado.

-Ustedes no me entienden… Me levanté muy rara. La verdad no sé a qué pudo venir ese sueño…

-Pues Annie no le des más vueltas es un simple sueño…-dijo BJ.

-Pero es que parecía tan real. Y para colmo… aparece Poncho como padrino de boda, y yo pegándole para que reaccionara pero ni caso… Al final era yo quien impedía la boda y gritaba a Dulce que no se casara con Ucker…

-Annie en serio, estás realmente mal. Hasta en sueños tienes traumas…-dijo Chris.

-Tú di lo que quieras. Pero este sueño tengo la intuición de que significó algo…-dijo Annie seria, mientras el resto se miraban entre ellos.

Mientras por la orilla de la playa, lejos de allí, iban Dulce y Poncho caminando cogidos de la mano.

-Ardilla perdóname…-dijo Poncho.

-¿Por qué tengo que perdonarte?-dijo Dul mirándolo extrañada.

-Pues por eso que te hice…-dijo mirando la marca de ella.

-Claro que te perdono. No pasa nada. Sólo espero que los demás no se den cuenta… Pero a ver si ya eres menos bruto…-dijo Dulce sonriendo.

-Pues es que no sé qué me pasa últimamente…-dijo Poncho mirándola a los ojos.

-¿Qué te pasa? ¿A qué te refieres?

-Pues mejor dicho qué nos pasa… Esto que andamos haciendo…O sea me encanta pero se nos puede ir de las manos y tengo algunos miedos…¿Tú no?

-Pues para que te voy a mentir. Hay veces que estoy muerta de miedo porque no sé como es que andamos haciendo esto y con el temor de que se nos vaya de las manos. Pero hay veces que pienso que sólo me quiero dejar de llevar. Y bueno con nadie mejor que contigo, ¿no?-dijo Dulce sonriéndole.

-Yo te quiero mucho Dul…-dijo Poncho agarrándole la cara con las manos y mirándola fijamente- Y por eso no quiero perderte nunca y mucho menos ahora que estamos tan bien así, de amigos. Sólo de pensar el tiempo que anduvimos peleados…

-Yo también te quiero mucho Poncho…-dijo Dul sonriendo- Y bueno seguimos siendo amigos, ¿no? Solo que a veces nos dejamos llevar demasiado…

-Me alegro que todo esté bien aclarado. No quiero perderte por cualquier tontería…

-No lo vas a hacer… Y mucho menos por esto…-dijo Dul besándolo.

BENDITA LA LUZ DE TU MIRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora