Parte 12.

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23 & 24

Capitulo 23


-¿Qué pasa Dul?-preguntó Ucker algo extrañado.

-Nada. Mejor dejémosle cinco minutos más, es que estaba tan cansado-dijo rápidamente mostrando un gran nerviosismo.

-Está bien, como quieras… ¿Te pasa algo?

-¿A mí? Nada. Mejor vete para la cocina y ve mirando que vas a hacer de comer, yo voy a entrar al servicio un momento, ¿sí?

-Claro, a ver con qué te sorprendo…

-De eso que no quepa duda, la sorpresa me la darás-dicho esto, le guiñó un ojo, y se dispuso a ir al cuarto de baño mientras se aseguraba que Ucker estaba entrando en la cocina. Entonces se salió del aseo para entrar en su habitación.

-Poncho despierta…-dijo susurrándole al oído.

-¿Qué pasa?

-Ucker se va a quedar a comer aquí con nosotros. Más bien vístete ya. Y llévate toda la ropa al vestidor, que casi meto la pata, dejándolo entrar aquí.

-Está bien.

Se levantó de golpe, olvidando que estaba desnudo, por lo que Dul se giró rápidamente para no verle así. Dul cogió el primer trapo que encontró y se lo tiró para que se tapara un poco. Ante la reacción de ésta, Poncho no pudo evitar reírse.

-¿Ahora de qué te ríes?

-No de nada, por cierto como que Ucker se junta mucho contigo últimamente, ¿no?

-¿Ahora me vas a salir celoso?-dijo mientras se le acercaba desafiante y clavaba sus ojos en los de él.

-Ámonos, ¿para que dije nada?

Los dos sonrieron. Dulce agachó la cabeza para volver a levantarla y contestarle.

-Ya, somos amigos, buenos amigos.

-¿Cómo tú y yo?

-Claro…

-Entonces…

-Entonces qué…

-No nada es que estoy seguro de que no es la misma clase de amigos que lo soy yo…- dijo mientras le miraba con una sonrisa muy pícara. Lo que despertó la risa de ella.

-Estás loco Alfonso Herrera.

-Pues entonces lo que yo decía no es tu amigo como lo soy yo-dijo mostrando una sonrisa triunfal.

-Ya… no seas tan payaso, recoge todo y vístete por favor.

-A sus órdenes, señorita…-dijo cogiendo toda la ropa que había tirada en el suelo. Se acercó a la puerta, asomó su cabeza y al ver que no había nadie salió dirección al vestidor, seguido de Dul que se fue para la cocina.



-¿Ya pensaste qué vas a hacer de comer?-dijo Dul entrando en la cocina.

-Pues la verdad que tienes muy poquitas provisiones aquí. Pero bueno a ver qué hago juntando todo esto…-decía mientras señalaba varias cosas de encima de la mesa.

-Entonces me parece que me iré al salón a ver televisión mientras tú te quedas preparándolo todo.-dijo sonriendo.

-Buenos días a todos-dijo Poncho entrando por la cocina y saludando a Ucker con un golpe en el hombro y a Dul con un beso en la mejilla, ante lo que ésta se ruborizó un poco sin saber por qué.

-A buenas horas…-dijo Ucker.

-Bueno ya sabes que la resaca hay que dormirla bien. Y la noche de ayer fue muy intensa-dijo con una gran sonrisa y volteándose para mirar a Dul.

-Pues vaya parece que te sentó muy bien lo que tomaste anoche porque traes una cara de felicidad que parece aún estás tomado…-dijo Ucker.

-Pues no me he mirado al espejo pero sí estoy seguro que me sentó bien…-dijo de nuevo mirando hacia Dul por lo que ésta bajó la mirada.

-Bueno ya que están aquí los dos, me voy de una vez para que preparen la comida tranquilos…-dijo Dul al fin.

-¿Cómo? Recién levantado y ya me pones a trabajar…-le dijo Poncho a Dul.
-Es lo que hay.-dijo sonriente ella.

Dul salió de la cocina dejando a Ucker y a Poncho solos y cocinando, mientras hablaban de sus cosas.

-Entonces, ¿eso te dijo Fabiola?-preguntó extrañado Ucker.

-Pues sí amigo. Me pidió perdón. Y me dijo que cuidara de mis amigos. Vete tú a saber por qué…

-Pues vaya esa mujer cualquiera la entiende…

-Bueno pero dejemos de hablar de mí. ¿Tú qué te traes?-dijo Poncho mirándole curioso.
-¿Qué me traigo? ¿A qué te refieres?

-Pues llevas un tiempo un poco fuera de este mundo… No sé, ¿mujeres? O ¿alguna mujer?

-No sé por qué dices eso…-dijo Ucker intentando disimular mirando hacia otro lado.

-Christopher. Somos amigos, ¿no?

-Claro.

-Pues entonces dime que te pasa. Llevas días que ni te conozco. Estás muy raro…

-Pues no te puedo engañar amigo. Ando con la cabeza en otro lugar desde hace un tiempo y ni yo mismo me entiendo…-dijo Ucker un poco triste.

-¿Estás enamorado?

-Pues eso no lo sé. Pero cada vez que la veo se me ilumina la vida entera…

-Vale, estás enamorado…-dijo Poncho sonriendo.

-Sí, pero no hay nada que hacer… No creo que estemos nunca juntos…-dijo Ucker agachando la cabeza.

-Christopher solamente un consejo te doy: lucha por lo que quieres.

Poncho le tocó el hombro a Ucker para verle a los ojos, y él respondió con una sonrisa.

-Bueno, ¿y mi comida para cuando?-dijo Dul apoyada en el marco de la puerta de la cocina con una gran sonrisa.

La respuesta de los dos fue exactamente la misma. Ambos sonrieron con la cara iluminada como si un ángel hubieran visto.

...............

Capitulo 24


Ucker, Poncho y Dulce se fueron para el estudio a la hora que habían quedado tras haber comido en el departamento de ésta última. Eran los primeros en llegar. Así, decidieron quedarse esperando al resto de sus compañeros antes de entrar a hablar con Pedro. Por un lado, apareció May que los saludó a todos. Y tras ella aparecieron juntos Annie y Chris. Ella agarrada al brazo de su amigo escondida tras unas grandes gafas de sol.

-Buenos tardes, pollitos y pollitas…-dijo casi susurrando Chris.

Todos asistieron con la cabeza.

-Buenos tardes Chris. ¿Qué pasa Annie?-dijo acercándose Ucker a ésta.

-Christopher Von Uckerman,-dijo ella levantándose las gafas- ¿Quieres no gritar?-dijo mirándole con los ojos muy abiertos y muy seria, y volviendo a ponerse las gafas-Por favor…-añadió con una sonrisa, a lo que todos comenzaron a reírse.

-Annie, bebé, ¿qué te pasa?-dijo Dul acercándose a su amiga, por lo que se soltó de una vez del brazo de Chris para hacer lo propio con el brazo de Dul.

-Me duele la cabeza mucho. Y mira qué ojeras traigo-dijo levantando de nuevo las gafas.

-Pobre hadita mía.-dijo sonriendo Dul- Pero eso te pasa por beber más de la cuenta…

-No me regañes por favor. Ya ni recuerdo qué hice. Bueno de algunas maldades sí…-dijo sonriendo y mirando a Chris en complicidad.

-Pues no quiero ni pensarlas…-dijo Dul.

-¡Alto ahí!-dijo Annie alarmada ante lo que Dul la miraba extrañada- ¿Y tú por qué estás así?

-¿Así cómo?-dijo medio nerviosa. Sentía como que todo el mundo había descubierto lo que habían echo ella y Poncho y se angustiaba por segundos.

-Pues así de resplandeciente. Hasta donde recuerdo tú también tomaste. Y mira no más traes una cara y una sonrisa que no te aguantas ni tú. Dime de qué tomaste. Y por qué eres tan bruja de no compartirlo conmigo…-dijo Annie muy seria.

Dulce se puso un poco nerviosa, mientras Poncho la miraba y sonreía.

-Annie no compares. Tú estabas borracha. Yo no…

-Pues vete de mi lado, no quiero que me comparen contigo en el día de la resaca…-dijo Annie mirándola casi enfadada.

Todos rieron a excepción de Dul, que se quedó con la cara medio triste. A lo que Poncho rápidamente se acercó a ella.

-Ya ardillita. Vente conmigo. Yo sí te quiero a mi lado.-dijo abrazándola.

-¡Qué sorpresa!-dijo Annie en voz baja. Sólo la oyó Chris que estaba a su lado y le metió un codazo.



Todos se fueron a hablar con Pedro para ver la hora en qué saldrían rumbo a España. El viaje lo adelantaron un día por lo que saldrían al día siguiente por la noche.


En la noche fueron a casa de Chris Annie, Dulce y Poncho.

-Entonces, ¿ya estás mejor?-preguntó Dul a BJ que se encontraba en frente de ella sentado.

-Pues sí, Dul. Gracias. No sé aún qué pasó. Pero cuando fui al médico no le dio importancia. Dijo que probablemente sería del estrés.

-Entonces no se pega, ¿no?-dijo Annie separándose un poco de él, ya que estaba sentada junto a él.

-No Anahí.-dijo él resignado pero sonriendo.

Todos la miraron serios. Annie y sus ocurrencias. Aunque estaban tan acostumbrados a eso.

-Pues me dejas más tranquila.-dijo acercándose de nuevo a su lado y sonriendo.

-Me alegro.-dijo BJ sonriéndole.

Annie y BJ eran muy amigos. Él siempre andaba defendiéndola en sus metidas de pata. Nunca le reclamaba al contrario de cualquier persona. Se tenían mucho cariño.

-Bueno, ¿y la fiesta qué tal? Annie ya me contó Chris lo que hiciste…-dijo BJ medio serio- Pero te apoyo-dijo guiñándole el ojo.

-¿Cómo qué hizo?-preguntó Poncho.

-Sí. O sea, ¿en qué la apoyas?

-Bebé ya hablaste antes de tiempo.-dijo Annie mirando a BJ.

-Anahí, ¡miedo me das!-dijo Dul.

-¿Qué hiciste ahora?-preguntó Poncho.

-Vale os lo digo. Pero Poncho prométeme no te vas a enfadar, ¿si?

-Bien, ahora sí me estás asustando…-dijo Poncho.

-Prométemelo…-repitió ella.

-Está bien. Te lo prometo…

-Pues lo que pasa es que estaba yo hablando tan tranquilamente con Chris…-dijo ella sonriéndole a Chris.

-¿Y de qué hablaban?-preguntó Dulce medio seria.

-Eso es un detalle sin importancia…Ya ni me acuerdo…-dijo disimulando- El caso es que vino Fabiola a molestar. Y pues acabamos peleando. Casi a golpes, si no llega a ser por Chris que estaba allí. Finalmente lo único que pude hacer es arrojarle mi copa encima…

Dulce y Poncho la estaban mirando atónitos. Entonces Dul empezó a reírse a carcajadas, pero cuando vio la cara seria de Poncho se puso la mano en la boca intentando disimular su risa.

-Annie, no puedo creerlo…-dijo Poncho muy serio- No te perdono que no me avisaras…-dijo él empezando a reír.

De pronto, Annie volvió a respirar tranquila se puso la mano en el pecho.

-¡Vaya! No sabía que ibas a reaccionar así. ¿Ves Chris? Tenía que haber hecho de peluquera con ella y arrancarle todos sus pelos. Poncho se lo ha tomado bien…-dijo ella sonriendo.

-Bueno, Annie tampoco es cosa de hacer eso. El caso es que luego vino diciéndome que cuidara a mis amigos porque ellos lo estaban haciendo conmigo. Claro, ahora sé por qué lo dijo…Lo que ya no entiendo es porque me dijo que abriera los ojos para ver mi felicidad…

-¿Qué?-dijo Annie muy alarmada-¿Fabiola te dijo eso?

-Pues no resultó tan víbora como pensábamos…-dijo Chris.

-Ni tan ciega, como otros…-dijo Annie mirando a Chris y BJ.

-¿Por qué dices eso? ¿Tú sabes a lo que se refería Fabiola?-preguntó Poncho.

-Ya dicen que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. Poncho no ves que se refería a Dulce. ¿A quién más si no?-dijo Annie mirando a Dul y Poncho.

Poncho sacudía la cabeza. No sabía qué pensar. Por su parte, Dulce permanecía callada. Estaba en otro mundo. Estaba pensando en lo que habían hecho ella y Poncho esa misma noche. Y sentía miedo. Un miedo desconocido hasta entonces.

-Dulce. ¿Hay alguien?-dijo Chris moviendo su mano delante de la cara de Dulce, ante lo que ella sacudió la cabeza de repente mirándole.

-Sí, Chris perdona. Estaba distraída.

-No hace falta que jures…-dijo Annie sonriendo.

-¿Qué pasa?-preguntó Dul a Chris ignorando el comentario de su amiga.

-¿Me puedes ayudar en la cocina? Vamos a traernos unas bebidas…-dijo Chris.

-Claro…-dijo ella.

-Annie no te emociones. Serán refrescos…-dijo Chris riendo y mirándola, ante lo que ésta le respondió con una mirada fulminante.



Dulce entró en la cocina con Chris. Éste cerró un poco la puerta.

-¿Dónde tienes las bebidas?-preguntó Dul mirando a Chris.

-Olvida eso. No sabía como traerte para hablarte.

-¿Qué pasa pollito? ¿De qué me quieres hablar?

-Más bien qué tienes que contarme tú.-dijo Chris mirando a Dul con los brazos cruzados.

-¿Yo? No te entiendo por qué me dices eso…-dijo Dulce mirando hacia otro lado. Demasiado bien la conocía Chris, pensó ella.

-No te hagas. Te vas a sentir mejor cuando me cuentes todo.

-Está bien. Chris. Ayer pasó algo… Después de la fiesta Poncho y yo acabamos durmiendo juntos.-dijo ella de un tirón.

-¿Cómo? Si Poncho ya está bien con lo de su pié y habían dejado de dormir juntos. ¿Qué tiene eso?

-Chris. Poncho y yo acabamos juntos la noche de otra forma…-dijo ella algo nerviosa.

-¿Tú y Poncho se acostaron?-dijo él con los ojos muy abiertos.

Dul asintió con la cabeza. Mientras Annie que estaba justo detrás de la puerta porque iba a entrar en la cocina pegó un pequeño salto en el aire.

-¡Bien!-susurró Annie al otro lado de la puerta con una gran sonrisa.- ¿Les ayudo mis queridas tortuguitas?-dijo Annie entrando de repente en la cocina.

Dul y Poncho regresaron al departamento de ésta, tras haber cenado en la casa de Chris. La conversación de Dul con su amigo quedó interrumpida y no fue reanudada, mientras que Annie no había dicho nada de lo que había oído a nadie, ni siquiera a Chris, por el momento.

Dul sacó su llave y abrió la puerta entrando a su departamento seguida de Poncho. Cuando ambos se encontraban dentro, Dul soltó su bolso y se sentó en el sofá justo en frente de donde lo había echo su amigo.

-Dul…-dijo Poncho.

La única respuesta que obtuvo él fue el encontrarse con la mirada de Dulce cuando ella levantó la cabeza para ver a Poncho.

-¿Te arrepientes de lo que pasó?-dijo él al fin.

BENDITA LA LUZ DE TU MIRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora