Parte 28.

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55 & 56

Capitulo 55


Desde el fondo de aquel largo pasillo se veía una mujer corriendo a toda prisa hasta donde estaban Annie, Chris, Ucker y May esperando sentados mientras Poncho daba vueltas por toda la sala desesperado. Dulce había sido llevada al hospital en poco tiempo y ahora llevaba más de una hora con los doctores que estaban analizando los posibles daños de la aparatosa caída.


-Mi niña. ¿Dónde está mi niña?-dijo Blanca cuando llegó agitada con los chicos.

-Blanquita tranquílate por favor…-dijo May poniéndose de pie para calmarla.

-Pero, ¿dónde está?-dijo Blanca rompiendo a llorar-¿Qué le pasó?

-No te preocupes…-dijo May- los médicos la están atendiendo en estos momentos…Se cayó por las escaleras y quieren ver si ha sufrido daños…

-¿Cómo se pudo caer?-preguntó Blanca.

-Al parecer se le rompió el tacón del zapato y resbaló…-dijo May rompiendo a llorar al recordar la escena.

-May… Cálmate por favor…-dijo Annie levantándose para abrazarla.

-Debió ser muy fuerte verla caerse…-dijo Chris apenado.

-Demasiado…-dijo May con la respiración entrecortada tocándose el pecho.

-¿Tú estabas con ella?-preguntó Blanca.

-Sí…-asintió May- y sin embargo no pude evitarlo…-dijo rompiendo a llorar.

-May no te sientas mal…por favor…-dijo Chris- Esto pasó porque tenía que pasar, igual hubiéramos estado cualquiera de nosotros no lo hubiéramos podido evitar.

-Después de todo, así fue mejor…-intervino Ucker- al menos no estaba sola y pudimos atenderla rápidamente…

-En eso tiene razón…-dijo Annie.

-Bueno, ¿y cuánto tiempo lleva ahí dentro?-preguntó Blanca angustiada.

-Algo más de una hora…-dijo Chris.

-¿Y qué le andan haciendo?-preguntó Blanca-¿Por qué no sale nadie?


Justo en ese momento, apareció un doctor de bata blanca en la sala. Traía unos papeles en las manos que iba consultando, y al levantar la vista y ver a todos allí se dirigió hacia ellos.

-Ustedes son los familiares de Dulce María, ¿cierto?-preguntó el hombre.

-Sí. Nosotros.-dijo Annie desesperada.

-Yo soy su madre.-dijo Blanca-Dígame ¿cómo se encuentra, por favor?

-Bueno la caída fue muy fuerte…-dijo el doctor serio- pero afortunadamente no hay grandes daños…Donde sufrió más daño fue en la espalda, pero nada complicado, no hay es necesario operar, pero deberá guardar reposo durante un tiempo… Aún así queremos tenerla aquí en observación por si sufrió algún daño más que no hayamos visto…

-Gracias a Dios…-dijo Blanca juntando sus manos y rompiendo a llorar de nuevo.

-Y…¿el bebé?-preguntó Poncho con lágrimas en los ojos quien no había hablado nada desde que habían llegado al hospital.

Annie le pasó su brazo por la espalda en señal de apoyo en ese momento tan duro y de incertidumbre que estaban sufriendo.

-Como ya les dije dentro de todo lo que cabe tuvo muchísima suerte… El bebé está bien. Esa es la razón principal para tenerla aquí… Queremos ver como evoluciona porque las primeras horas después de la caída son fundamentales para este caso… De momento todo está bien…No tienen de qué preocuparse…

Al escuchar las palabras del doctor Poncho rompió a llorar, ahora de la emoción que sentía que tanto Dulce como el bebé se encontraran bien. Se separó de los chicos y empezó a sonreír mientras resbalaba una y otra lágrima por sus mejillas. Chris lo miró sonriendo también, y se acercó a él para abrazarlo.

-¿Y podemos pasar a verla?-preguntó Blanca.

-Sí… Pueden pasar pero que pase sólo una persona por el momento… es mejor que esté tranquila…Además ahora mismo está descansando…-dijo el doctor.

-Gracias por todo…-dijo Blanca de nuevo.

-Bueno Blanquita pasa y dale besos de parte de todos ¿si?-dijo Annie sonriendo.

-No…-dijo Blanca seria.

-¿Qué?-preguntó May extrañada.

-No voy a ser yo quien entre a verla primero…-dijo Blanca mirando a Poncho que se acababa de sentar y tenía su cabeza entre sus manos- Poncho dale un beso especial más fuerte de mi parte…

-¿Qué?-dijo Poncho levantando su vista emocionado.-Pero ¿no quieres entrar tú?

-Claro que quiero. Me muero por hacerlo. Pero yo sé que Dul necesita más de tu presencia ahí…-dijo Blanca.

-No estoy tan seguro de eso…-dijo Poncho triste.

-Pues yo sí. Así que no se hable más… ¿Alguna vez te han dicho eso de que no le discutas a tu suegra?-dijo Blanca sonriendo.

-Gracias…-dijo Poncho dejando escapar una linda sonrisa.

Entonces se levantó de aquella silla y le dio un beso fuerte en la mejilla a Blanca, mientras los chicos miraban la escena enternecidos.

Al parecer, Blanquita no estaba demasiado equivocada y conocía bastante bien a su hija. Dulce abrió un poco los ojos algo aturdida con todo lo que había pasado. Se tocó la cabeza que era lo que más le dolía en esos momentos y acto seguido, como si de repente recordara por qué estaba allí se tocó el vientre. El semblante de su cara era demasiado triste, pero en esta ocasión las lágrimas no hacían acto de presencia por muchas ganas que tuviera de romper a llorar e inundar aquella misma habitación. Entonces sonrió al pensar por un momento que sus lágrimas se habían acabado y ya no quedaban dentro de ella al haberlas echado tantas en tan poco tiempo. Observó toda la habitación cuidadosamente, y de nuevo se entristeció al comprobar que estaba sola allí, pero lo que más le entristecía era el no ver el rostro de Poncho en aquel momento. Se había acostumbrado a que éste fuera el primero que viera cada mañana al despertarse, cosa que se reprochó un poco por dejar que esta melancolía la abarcara.


Pero entonces, la puerta se abrió dejando que entrara más luz en la habitación y cegando un poco a Dulce. Ahí apareció Poncho. Un ángel parecía en esos momentos para ella misma.

-Poncho…-susurró Dulce emocionada.

-¡Ardilla!-dijo él corriendo al lado suyo.-¿Cómo te encuentras?-dijo tras darle un beso en la frente.

-Me duele todo el cuerpo… la cabeza, la espalda… ¡qué torpe soy!-dijo Dulce con una media sonrisa.

-Pues un poco sí que eres…-dijo Poncho bromeando con ella.

-Poncho…

-¿Si?

-¿Qué te ha dicho el doctor?-dijo algo angustiada ya que no sabía aún ella misma si tenía daños.

-Pues me dijo que efectivamente eres algo torpe con eso de andar cayéndote… Pero… que estás muy bien… Nada que no se quite con algo de reposo…

-¿Y el bebé?-preguntó de nuevo.

-También está perfectamente…-dijo Poncho sonriendo.

-¿En serio?-dijo Dulce sonriendo también ahora.

-¿Crees que te iba a mentir en eso?-dijo Poncho mirándola fijamente.

-No sabes lo asustada que estaba…Temí perderlo en la caída…-dijo Dulce angustiada.

-No te preocupes más por eso…-dijo Poncho abrazándola.

Dulce se quedó pensando en ese abrazo. Justo eso era lo que más necesitaba… el abrazo de Poncho y ahí estaba él. Y por eso daba gracias por estar junto a él en ese momento.

-Bueno, ahora tengo que pasar a darte un beso por cada uno de los que está ahí fuera preocupadísimos porque quieren verte…-dijo Poncho separándose un poco de ella.

-¿Qué?-preguntó Dulce sonriendo.

-Es la condición que me pusieron para que fuera yo quien pudiera entrar, ya que el médico dijo que sólo podía entrar a verte una persona… y tu mamá pensó que yo…

-¿Mi mamá dijo que entraras tú?-preguntó Dulce sorprendida.

-Yo también estoy sorprendido por su actitud…-dijo Poncho riéndose- Así que este fuerte por ella-dijo dándole un beso en la mejilla-éste por May que no veas el susto que le diste, éste por Ucker, éste por Chris, por Annie…-dijo dándole un beso tras de otro seguidos- Y éste… éste por mí…-dijo dándole un beso fugaz en los labios.
Poncho se separó en ese momento de Dulce y se quedó mirándola fijamente mientras ésta sonreía.

-Entonces el de mi mamá el más fuerte de todos, ¿no?-dijo Dulce.

-Eso dijo ella que hiciera…-dijo Poncho triste ya que Dulce hizo como si no hubiese pasado nada.

-Y el tuyo el más lindo de todos, ¿no?

Poncho no dijo nada, la iluminación de su cara y su sonrisa repentina era la única respuesta.

-Bueno entonces, ¿los demás no van a pasar?-preguntó Dulce.

-No… Creo que hasta mañana no los dejarán. Tienes que descansar…

-Me alegro que hayas sido tú quien haya entrado entonces…

-Gracias por decir eso.

-Es la verdad… Cuando me desperté, fuiste la primera persona en la que pensé. Ya me malacostumbraste a darme los buenos días el primero cada día…

En ese momento, se volvió a abrir la puerta provocando que ambos se sobresaltaran.

-Perdón… pero Dulce María debe descansar… será mejor que termine la visita ya…-dijo el doctor.

-Está bien… Ya me voy.-dijo Poncho dándole un beso en la frente a Dulce- Mañana te veo, ¿si? Aunque estaré aquí esta noche pendiente de ti…

-Poncho no te preocupes ve y descansa tú también…-dijo Dulce.

-No. Prefiero estar aquí cerca tuya…-dijo Poncho.

-Que cabezota eres a veces…-dijo Dulce seria.

-Será que todo se pega…-dijo Poncho mirándola mientras no podía evitar reírse.

Finalmente, esa noche Poncho se quedó en el hospital para estar al pendiente de Dulce. La madre de Dulce también quería quedarse a pasar la noche allí, pero tras ser convencida por los chicos decidió irse a su casa y visitar a su hija temprano.


A la mañana siguiente, desde muy temprano llegaron Blanca y Chris para visitar a Dulce, quien se encontraba algo más recuperada, al menos ya iba a poder recibir visitas. Blanca había sido la primera en entrar a visitarla, dejando a Chris y Poncho solos.

-¿Cómo estás?-preguntó Chris sentándose a su lado.

-¿Yo? Te recuerdo que es Dul la que acaba de salir de observación…-dijo Poncho.

-Y tú el quien la ama, la cuida, se preocupa por ella… sin recibir nada a cambio…

-¿Qué quieres que reciba?-dijo Poncho soltando un suspiro.

-¿Su amor?

-Ese lo tengo de mi lado… a la que no tengo es a ella. Ya no sé qué hacer para que quiera luchar por lo nuestro… La quiero tanto. Te juro que cuando me enteré que se había caído por esas malditas escaleras me iba a morir de sólo pensar… de pensar que no la tuviera. Aunque no esté conmigo, necesito verla y tenerla cerca…

-No entiendo qué puede estar pasando por la cabeza de Dulce para que no quiera ahora que estéis juntos…

-En realidad no la culpo… la entiendo. No tiene fuerzas por luchar por esta relación que nos ha hecho sufrir tantas veces…-dijo Poncho bajando la cabeza.

-Pues sácalas tú por los dos…-dijo Chris-Pero no te rindas porque ustedes finalmente van acabar juntos. Lo sé…


Poncho se quedó en silencio por un momento pensando en las palabras de su amigo, hasta que fue interrumpido por una voz femenina.

-Buenos días chicos…

-Hola Annie.-dijo Chris dándole un par de besos.

-¿Cómo estás Poncho?-preguntó Annie al verlo cabizbajo.

-¿Saben qué?-dijo Poncho levantándose repentinamente- Tienen razón. Voy a luchar por ella. Por los dos… Bueno por los tres…-dijo sonriendo.

-Me alegro que decidas eso…-dijo Chris.

-Me voy. Después vuelvo. Si Dulce pregunta por mí díganle que fui a cambiarme de ropa o lo que sea… -dijo Poncho.

-Está bien…-dijo Chris-Ve a dónde tengas que ir.

-Hasta luego.-dijo Poncho cogiendo su chaqueta y marchándose.

Pasado un tiempo, Blanca salió de la habitación de Dulce y se encontró con Chris y Annie.

-¿Cómo amaneció Dulce hoy?-preguntó Chris.

-Muy bien.-dijo Blanca con una gran sonrisa.- La vi muy animada, eso me ha dado más fuerzas a mí también…

-¡Qué bueno!-dijo Annie.

-Será mejor que paséis a saludarla porque dice que se aburre sola…-dijo Blanca.

-Te toca…-dijo Chris dándole un empujón a Annie.

-Chris, ¿por qué eres tan agradable?-dijo Annie con una mirada fulminante hacia su amigo.

-Chris tiene razón… Pasa Annie porque ya te va tocando…-dijo Blanca.

-Está bien…-dijo Annie sin poder evitar ponerse nerviosa.

Annie tocó la puerta de la habitación de Dulce y esperó hasta que Dulce diera la orden de que pasara. Entonces, Annie asomó su cabecita por la puerta. Cuando Dulce la vio sonrió, y acto seguido Annie corrió hacia la cama de Dulce para casi tirarse encima de ella y abrazarla y acabar rompiendo a llorar. Dulce por su parte, empezó a reírse por la reacción de su amiga.

-Annie por favor tranquilízate…No llores más…-dijo Dulce.

-No sabes lo que me asusté Dul…-dijo Annie separándose un poco y mirando ahora a los ojos de su amiga.-Si no querías quedar conmigo, no tenías que andar tirándote por las escaleras…

-No encontré otra forma de escapar…-dijo Dulce bromeando.-Pero finalmente aquí me encontraste más rápido y no puedo salir corriendo ahora…

-Dul por favor perdóname… Eso es lo que quería decirte. Me he comportado como una cría con este ridículo enfado. Por favor perdóname…

-¿Perdonarte? No tengo nada que perdonarte… Tenías todo el derecho a andar enfadándote. Perdóname tú por no haberte dicho las cosas en su momento. Tú siempre has estado ahí conmigo pero yo esto… se me fue de las manos completamente…-dijo Dulce algo apenada.

-Y yo en lugar de comprenderte y apoyarte en este momento, te dejo de hablar… No me voy a perdonar lo tonta que he sido…Perdóname por favor…

-Ya no quiero escuchar más sobre el asunto.-dijo Dulce tajante- No hay nada que perdonar… Así que mejor olvidemos esto que ha pasado.

-Te quiero.-dijo Annie poniendo voz de bebé.

-No más que yo…-dijo Dulce sonriendo.

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