Parte 22.

273 7 0
                                    

43 & 44

Capitulo 43

Tras la marcha repentina de Annie por la tarde, el resto del grupo decidió irse también para dejar a Poncho y Dulce solos en este momento tan difícil y duro para ella, y complicado para ambos.
Estaba anocheciendo fuera, cuando Poncho entró en la casa para encontrarse a Dulce sentada en un sofá en mitad de aquella enorme sala. Poncho la vio indefensa y sintió un inmenso deseo de protegerla de todo cuando la vio encogida, mientras sostenía una taza humeante con sus manos.

-¿Ya se fueron?-preguntó Dulce cuando Poncho se sentó a su lado.

-Sí. Todos. Sólo estamos tú y yo…-contestó él.

-Me sabe tan mal toda esta situación…

-No te sientas así… No tienes por qué…

-Sí tengo, Poncho. Por mi culpa Annie se enfadó conmigo y ahora ni me va a mirar a la cara. Y por mi culpa eché a perder este fin de semana que era para pasarlo todos juntos. Y por mi culpa…

Pero Poncho no la dejó seguir, le puso un dedo en la boca para que se callara.

-No te martirices más Dul. No tiene sentido. Lo de Annie y tú ya veras como se va a arreglar pronto. Y lo del grupo pues no tienes que preocuparte, fueron ellos quienes decidieron que nos quedáramos solos para hablar de todo esto… Así que mejor no
pienses nada porque tú no has hecho absolutamente nada malo. ¿Entendido?

-Poncho… ¿qué haremos ahora? Cada vez que pienso como todo esto se nos ha ido de las manos…

-Bueno no pienses en eso ahora tenemos que afrontar todo lo que nos está pasando y ya.

-Decirlo es muy fácil. Pero, ¿tienes idea de cómo se nos va a complicar todo ahora?

-Dul de verdad, no pienses así. Esto es un nuevo reto que se nos ha presentado en la vida, y que juntos vamos a superar…

-Pero es que no es un reto. Es un bebé.-dijo Dulce en un tono más alto.

-Lo sé, Dul. Pero, ¿qué vamos a hacer ahora? ¿Nos vamos a asustar? Pues déjame decirte que eso es de cobardes y yo al menos no pienso tomar esa medida. Vamos a mirar de frente, y vamos a ser padres. Unos buenos padres, sin duda…-dijo él con una tierna sonrisa.

-Está bien. No me voy a asustar por todo esto, aunque motivos no me faltarían… No sé que nos va a decir Pedro cuando se entere y justo ahora que vamos a empezar a grabar el disco…

-Verás como lo comprende y busca una solución que nos beneficie a todos…

-¿Y mi mamá? ¿Qué va a decir ella y toda mi familia?-dijo ella más alarmada.

-Bueno hablaremos con ella también tiene que comprender…-contestó Poncho intentando tranquilizarla.

-Poncho…Tú no lo entiendes… Ella no comprende que nosotros podamos haber tenido algo después de todo lo que nos pasó, como para encima decirle que no sólo tuvimos algo sino que vamos a tener un bebé. Y para colmo no te puede ni ver… ¡Qué desastre!

-Vaya no sabía que no me pudiera ni ver… O sea tenía mi cierta sospecha de que no quería que estuviéramos juntos pero de ahí a que no me pueda ver…

-No te sientas mal. Ella te quiere mucho, pero desde que rompimos, la primera vez… pues no te tiene en muy alta estima para que estemos juntos en una relación sentimental y no de amistad…-dijo Dulce sonriendo

-Vale, entonces a la suegra y ahora abuela no me la tengo ganada, ¿no?-dijo él sonriendo también.

-¿Cómo que suegra? Abuela de tú bebé vale… pero de suegra creo que nada, ¿no?

-Todo a su tiempo…-dijo Poncho bromeando.

-Eres un payaso.-dijo mientras le lanzaba un cojín a la cabeza.

-Me alegro si así te veo sonreír…

-Gracias… De verdad gracias por todo. Me alegro tanto de que tomes las cosas tan bien y estés a mi lado para todo…-dijo Dulce con una gran sonrisa.

-Bueno…-dijo Poncho incorporándose- Ahora nos toca hablar de temas serios…

-¿Temas serios? Miedo me das…

-Sí. Temas serios. Como por ejemplo, qué nombre le pondremos a nuestro bebé…-dijo muy entusiasmado.

-Poncho… No te parece que es un poco pronto para ir pensando eso. Además no sabemos si será niño o niña…

-Bueno pero el nombre es algo muy importante, lo tendrá para siempre así que debemos elegir bien… Por cierto, ¿cuándo sabremos el sexo del bebé?

-Pues no lo sé. Pero ya espérate porque cuando fui al médico me dijo que todo está bien, así que para mí eso es lo que importa.

-Tienes razón. Oye, pero dime, ¿cuándo has ido tú al médico?

-En cuanto me enteré de que estaba embarazada… No me fiaba mucho de los test de farmacia o más bien no quería fiarme cuando vi el resultado positivo así que me fui al médico al día siguiente…

-¿Y todo eso cuándo ha sido?

-Esta semana…¿Por qué preguntas?

-No… Nada simplemente me tendrías que haber dicho todo esto antes y yo hubiese ido contigo al médico. No tenías porqué hacer todo esto sola…

-No te preocupes. La siguiente visita al médico no te me escaparás…-dijo Dulce guiñándole el ojo.

-Bueno está bien…Ahora entiendo por qué estos días has estado tan rara…

Dulce y Poncho permanecieron en silencio por un momento. De pronto, Poncho recordó un detalle que había ocurrido esa misma semana, y sacudió su cabeza.

-Dul…-dijo él.

-¿Si?

-¿Era esto lo que me querías decir el día que definimos nuestra relación tras lo que dijo Blanca en televisión?-preguntó con algo de angustia.

-Sí, Poncho. Era precisamente esto…

-Pues no entiendo por qué te callaste…

-Poncho entiéndeme. Justo decidimos que no íbamos a volver a estar juntos. No creo que fuera el momento de lanzarte el bombazo de decirte que estaba embarazada…-dijo Dulce seria con los ojos brillantes.

-Debiste sentirte un poco mal…-dijo Poncho agarrándole la cara.

-Sí. Pero todo está bien ya…-dijo ella mirándole a los ojos.


Los dos se quedaron mirando a los ojos mientras permanecían en silencio. Sus miradas decían demasiadas cosas que ellos mismos intentaban ocultar. Los labios de Poncho se fueron acercando poco a poco a los de Dulce. Y cuando estaban justo en el punto de rozarse, Dulce y Poncho se separaron repentinamente y se levantaron.

-Será mejor que me vaya a dormir… Estoy un poco cansada…-dijo Dulce algo nerviosa.

-Sí. Yo también voy a hacer lo mismo…-contestó Poncho no menos nervioso que su amiga- Que descanses…-le dijo dándole un beso en la mejilla.

-Gracias. Igual tú…-contestó ella dándole otro beso a él.

Ambos se separaron y se fueron cada cual a una habitación.


El día siguiente transcurrió con la mayor normalidad y tranquilidad posible. Dulce estaba bastante triste después de la discusión con su amiga, pero gracias a Poncho intentaba apartar de su mente aquel duro momento cuando una dolorida Annie se despedía de ella.

Cuando llegó la noche, Poncho estaba comiendo algo en la cocina y al salir a la sala donde antes estaba con Dulce, no la encontró.


-¿Dul?-dijo Poncho en voz alta mientras andaba por un pasillo que llevaba a las habitaciones.

Dulce estaba en su habitación, con una maleta abierta sobre su cama, mientras daba vueltas de un lado a otro. Poncho pasó por su habitación y cuando la vio entró.

-Dul. ¿Qué haces aquí?-preguntó Poncho algo extrañado.

-No lo sé. He hecho la maleta, pero luego la he deshecho…

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasa?

-Me quiero ir de aquí…-dijo Dulce sentándose en su cama.

-Pero, ¿qué tiene este lugar que todo el mundo le da por irse repentinamente?-dijo Poncho sonriendo.

-No tiene gracia…-dijo Dulce poniendo cara triste.

-Bueno entonces… explícame… ¿por qué te quieres ir?-dijo sentándose a su lado.

-Tengo miedo…

-¿Miedo? ¿De qué o de quién?

-De mi mamá… de su reacción cuando se entere de todo… y no quiero quedarme sabiendo todo lo que va a pasar en esta casa cuando se entere…

-No creo que sea para tanto…-dijo Poncho despreocupado.

-Se nota que no la conoces…-dijo mirándola divertida.

-Bueno pero no importa… Se lo diremos juntos. No te olvides que yo también estoy aquí…

-Gran consuelo el que me das…-dijo Dulce sarcástica.

-De nada…-dijo Poncho sin saber muy bien qué decir.

-Perdón Poncho pero recuerda que no le va a hacer mucha gracia a mi madre saber que su linda niña está embarazada y mucho menos de ti…

-Gracias por la parte que me toca…-dijo Poncho con resignación.

-Bueno pues decidido. Nos vamos.-dijo Dulce poniéndose de pie- Vete a hacer tu maleta. Ya le diremos todo en otro momento.

-Pero, ¿por qué no te quedas aunque no le vayas a decir nada?-dijo Poncho incorporándose también.

-No puedo… Estar aquí con todos, y guardándole este secreto, que para empezar me va a notar nada más entre por la puerta… Ella me conoce demasiado, sabrá que le tengo algo que decir…Y no quiero decírselo ahora. No puedo.

-Está bien. Como tú quieras…No creo que huir sea la mejor opción, pero si no estás preparada, pues nos vamos…

-Alfonso no me hables así porque sé que soy una cobarde pero me da igual… Tú no conoces a mi mamá… Ojos que no ven, corazón que no siente… Si no la veo, no tengo que decirle nada ni engañarla ni nada… Así que no me hagas sentir mal…-dijo Dulce empezando a meter ropa en su maleta.

-Vale… Me callo entonces.-dijo Poncho sonriendo y marchándose a su habitación para recoger sus cosas y salir huyendo de aquel lugar.


Y así lo hicieron. Dulce y Poncho volvieron al departamento de ésta de madrugada. Dulce le había dejado un mensaje a su madre en el contestador para decirle que finalmente no podría quedarse durante la semana allí. Y dio gracias porque no fuera su madre quien le contestara la llamada y sí el contestador, así no tendría que enfrentarse a ella, ni siquiera por teléfono.


Al día siguiente por la mañana temprano, alguien empezó a tocar el timbre en la casa de Dulce. Poncho que seguía durmiendo en el sofá se despertó, y tras mirar el reloj se dirigió a la puerta para ver quién era. En el camino hacia la puerta, volvieron a tocar el timbre.

-Ya voy…-dijo Poncho tocándose los ojos para despertarse del todo.

Abrió la puerta y se encontró con Blanca, la madre de Dulce. Ésta al verlo, abrió los ojos como platos sorprendida. Mientras, por detrás aparecía Dulce que también se acababa de despertar con el ruido del timbre.

-Poncho, ¿quién…

Pero no terminó su pregunta al ver a su madre. Aquella era sin duda un gran sorpresa para los tres.

-¿Qué haces tú aquí?-preguntó Blanca a Poncho algo aturdida


...............

Capitulo 44

Blanca entró al departamento sin esperar a que la invitara a pasar Poncho o Dulce, mientras éstos se miraban sin saber muy bien qué decir.

-No me van a decir nada…-dijo Blanca algo impaciente.

-Hola mami.-dijo Dulce al fin dándole un beso a su madre.

-Hola Blanca…-dijo también Poncho.

-No es esto lo que estoy esperando que me digan…-dijo Blanca apoyando sus manos en las caderas.-Hice una pregunta… ¿qué haces tú aquí Poncho?

-Pues yo…-dijo Poncho sin saber muy bien qué explicarle.

-Mami es que se quedó esta noche aquí a dormir porque vinimos muy tarde de la casa de las afueras… y me acompañó…y…-decía Dulce nerviosa.

-¿Qué? Bueno no importa. No Vine aquí para eso.-dijo Blanca.

-Entonces… ¿qué haces aquí mami?-dijo Dulce sonriendo cada vez más nerviosa.

-Pues, ¿qué querías Dul? Esta mañana recibí tu mensaje diciendo que ya no te quedarías con nosotros esta semana y que te venías para acá sin explicarme por qué… Me he preocupado como es normal… ¿Qué te pasa hija? –dijo Blanca acercándose a su hija impacientada.

-No mami… no me pasa nada…-dijo Dulce sin mirar a su madre a los ojos.

-¿Entonces?-insistió Blanca.

-Nada madre. No insista que no me pasa nada…-dijo Dulce algo seria- Simplemente tengo que… repasar las canciones… Sí. Tengo que repasar todo antes de empezar a grabar el nuevo disco y preferí quedarme aquí para hacerlo y estar más tranquila…-improvisó Dulce.

-¿No me estás engañando?-dijo Blanca mirándola muy seria.

-¿Cómo crees?-dijo Dulce lanzando una risa nerviosa.

-Está bien… Te creo…-dijo Blanca sentándose en el sofá- ¡Mentira! No te creo-dijo levantándose- Dulce María Espinoza Saviñón cuénteme ahora mismo qué le pasa y qué se trae porque como madre suya que soy tengo derecho a saber.


Dulce abrió los ojos, sorprendida por la reacción de su madre. Aunque en cierto modo, ni tan sorprendida porque sabía que en cuanto la viera le notaria todo y tendría que decírselo todo de un tirón. Como acto reflejo a la exigencia de su madre, se escondió un poco detrás de Poncho que estaba perplejo ante toda esta situación.

-Vale mami…-dijo Dulce saliendo de detrás de Poncho y mirando seria a éste y tomando aire- Siéntate por favor…

-¿Qué?-dijo Blanca extrañada- Estoy bien así… Dul no me preocupes más…¿qué te pasa?

-Veras mami… es que tienes razón. Si tengo algo que contarte…-dijo Dulce nerviosa.

-Dulce deja de dar vueltas a la perdiz que la vas a marear…A ver dime de una vez qué ocurre…-dijo Blanca que cada vez estaba más impaciente, cruzándose de brazos.

-Pues… veras…¿cómo te lo digo sin que te escandalices?-dijo Dulce.

-Dulce María suéltalo de una vez, no te lo digo más porque ahora si creo que es algo para asustarme…-dijo Blanca.

-Dul creo que es mejor que se lo digas todo ya…-intervino Poncho.

-Vale… Tienes razón…-dijo Dulce a Poncho-Madre estoy embarazada…-dijo cerrando los ojos.


Por su parte, Blanca había enmudecido. No paraba de pestañear intentando ver lo que en realidad estaba pensando. No podía creerlo. ¿Acaso había oído mal?
-¿Qué?-dijo Blanca al fin.

-Sí mami… Estoy embarazada. Poncho y yo vamos a tener un bebé…-dijo Dulce haciendo que Poncho se acercara y le tomara la mano.

-¿Qué?-repitió Blanca.

Dulce y Poncho se miraron serios, mientras Blanca tenía la cara descompuesta. Se echó un poco de aire con la mano y se dejó caer en el sofá, sentándose.

-Mami ¿Estás bien?-dijo Dulce algo asustada acercándose a ella.

-¿Qué?-volvió a repetir Blanca.

-Blanca…-dijo Poncho intentando hacerle despertar de su letargo.

-Vale… Denme cinco minutos para afrontar esta noticia… Bueno mejor cinco años…Bueno no… no quiero perder tanto tiempo en la vida de mi ¿nieto?-decía Blanca asombrada- Dulce, ¿qué has hecho?

-Mami no me digas nada por favor…-dijo Dulce en tono suplicante.

-No claro que no. No te diré nada, no tengo derecho a hacerlo… Bueno sí soy tu madre tengo todo el derecho pero no te diré nada porque te respeto…-dijo Blanca con los ojos brillantes- Ahora dime, ¿desde cuándo ustedes andan otra vez?

-Pues es que nosotros no…-dijo Poncho.

-Es que nosotros…-interrumpió Dulce algo nerviosa- No queríamos que nadie se enterara de lo nuestro… Ya sabes que luego está todo el día la prensa encima nuestra y se ponen a inventar chismes mami…

-Sí… entiendo…-dijo Blanca aún asombrada.

Poncho por su parte miraba a Dulce sorprendido. No sabía las intenciones que tenía Dulce al contarle eso a su madre, pero confiaba en ella así que decidió no decir nada más y dejar que Dulce contara toda su versión de la historia.

-Llevamos como…¿dos meses?-dijo Dulce mirando a Poncho algo dudosa.

-Dos meses…-afirmó Poncho.

-¿Dos meses? Hasta donde yo sabía Poncho recién había cortado con esa tal Fabiola, ¿no?-dijo Blanca.

-Sí. El caso es que el motivo por el que terminé con Fabiola fue precisamente Dulce…-dijo Poncho interviniendo.

-¿Cómo?-dijo Blanca.

-Dulce y yo es más que obvio que siempre hemos tenido magia… -continuó Poncho-Y eso parece que no le gustaba demasiado a Fabiola… yo pensé que la amaba pero me di cuenta que no… El colmo fue cuando me dio a elegir entre ella y Dul…

Dulce se había quedado callada escuchando las explicaciones de Poncho, pero sus palabras, sin duda, la habían pillado por sorpresa. No era la primera vez que oía esta versión de la ruptura entre Fabiola y Poncho. La única vez que escuchó fue por parte de Fabiola en un intento de querer separarla de Poncho, aunque nunca lo consiguiera. Pero Poncho nunca le había contado esa versión. Ahora que lo pensaba, Poncho nunca le contó ninguna versión de su ruptura. ¿Seria verdad, entonces, aquella historia sobre un hipotético ultimátum entre Dulce y Fabiola?

-¿Y por qué no me habías dicho hasta ahora? ¿Esperabas quedarte embarazada para contármelo todo? Y yo mientras como tonta diciéndole a la prensa que ustedes no traían nada y que todo eran chismes…-dijo Blanca.

-Mami no te enfades por favor. Es que esto no estaba planeado para nada… Y además queríamos estar seguro de lo nuestro antes de ir contando por ahí. No lo sabe nadie…

-Vale… entiendo todo…No entiendo cómo pudieron permitir que te quedaras embarazada en este momento, pero os apoyo en todo…-dijo Blanca.

-Gracias mami…-dijo Dulce dándole un beso a su madre.

-Pero hay algo que quiero saber…¿Viven juntos?-preguntó Blanca.

-Sí mami… Vivimos juntos desde hace un tiempo…-dijo Dulce.

-Está bien… Ya no tengo nada más que saber. Dulce me ha dolido que no me digas nada pero bueno te respetaré… una vez más…-dijo Blanca.

-Gracias mamá. Te quiero.-dijo Dulce abrazando a su madre.

-En cuanto a ti…-dijo Blanca refiriéndose a Poncho- Espero que sepas aprovechar esta oportunidad que te está dando la vida y la sepas cuidar bien… Ya no quiero que anden lastimándose, por favor…

-Sí Blanquita… Gracias por tu apoyo…-dijo Poncho sonriendo aliviado.

-Bueno chicos pues mejor me voy ya… -dijo Blanca yendo hacia la puerta- Entonces, ¿no vas a visitarnos en toda la semana?

-No sé mami…-dijo Dulce sonriendo- según esté de ánimos…

-Está bien… como quieras…siempre has hecho lo que has querido…-dijo Blanca resignada.

Blanca se despidió de su hija con un beso y un abrazo, y después de Poncho con un beso también en la mejilla, y se marchó de allí dejando a Dulce y Poncho como si un huracán hubiese pasado por aquel lugar.

-¿Te diste cuenta?-dijo Poncho cuando se quedaron solos.

-¿De qué?-preguntó Dulce algo aturdida aún por todo lo que había pasado.

-Huir no soluciona nada… Todo te va a perseguir hasta que te enfrentes a ello…

-Vale… No me vengas ahora con discursos que es lo que menos necesito.

Poncho se echó a reír mientras se tiraba al sofá. Dulce hizo lo mismo pero en el otro sofá.

-¿Y ahora de qué te ríes?-preguntó Dulce seria.

-Es que si pienso que salimos anoche de tu casa para evitar que tu madre se enterara de todo y que ahora acaba de enterarse de todo porque vino corriendo a buscarte…No sé. No puedo hacer otra cosa que no sea reírme…

-Al menos no se lo tomó tan mal…-dijo Dulce.

-Sí. Bueno quitando el estado de shock en el que entró… después se repuso bastante bien…-dijo Poncho empezando a reírse de nuevo.

-No te rías que no tiene gracia…-dijo Dulce empezando a reírse también.

-Oye, pero ¿por qué le inventaste toda esa historia sobre nosotros?-preguntó Poncho algo más serio.

-¿Querías que se enterara de la versión oficial? ¿Querías que supiera que por nuestros calentones quedamos en estado?

-Sí lo dices así…

-Sería demasiado para ella… Es mejor así…

-Pero ahora tendremos que engañarla…

-No… O sea no la vemos tanto como para tener que andar fingiendo todo el tiempo y bueno pues cuando nos cansemos le decimos que nos peleamos y ya está. Lo que no quiero es que sepa que quedé embarazada de ti así…-dijo Dulce.

-¿Te arrepientes?-dijo Poncho mirándola a los ojos.

-De nada…-dijo Dulce sonriendo- Bueno ahora prepárame el desayuno ya que nos despertamos tan temprano que ya me entró hambre y tengo antojo de algo con chocolate…

-¿Ya vas a empezar con los antojos?-dijo Poncho sonriendo.

-Claro. Tengo que aprovecharme de mi situación, ¿no?-dijo Dulce sacándole la lengua.

-Bueno pues como la señorita mande…-dijo Poncho resignado poniéndose de pie.

-Por cierto Poncho…-dijo Dulce agarrándole del brazo cuando pasó por su lado.

-¿Si?

-He pensando que deberíamos llamar a Pedro para hablar con él antes de encontrarnos el lunes con él en las grabaciones… Creo que debería saberlo todo cuanto antes…-dijo Dulce algo seria.

-Pues yo también pienso así… Después lo llamamos, ¿de acuerdo? Y no te pongas tan seria porque vas a ver como todo estará bien…-dijo Poncho dándole un beso en la frente.

Ese mismo día, por la noche estaba Ucker con unos amigos en un bar. Estaba pasándolo realmente bien. Y con sus amigos se le olvidaban algunos detalles lamentosos de su vida, como que la mujer que amaba estaba embarazada de su amigo. Desde luego, no era el mejor momento por el que estaba pasando, pero él sabía que algún día todo pasaría y se alegraba en cierto modo por sus amigos y esperaba que fueran tan felices como se merecían.

-¡Ey Ucker!-le dijo un amigo a Ucker reclamando su atención- ¿Ves aquella chica de allí?

-Sí…-contestó él.

-No para de mirar para acá. ¿Estará enamorada de ti o de mí? Porque déjame decirte que yo esta noche estoy realmente guapo…-dijo su amigo bromeando.

-No seas tan fantasma Sergio. Resulta obvio que me mira a mí…-dijo Ucker sonriendo.

Mientras tanto, en la mesa de enfrente había dos mujeres hablando. Una de ellas era la que no dejaba de mirar hacia la mesa donde estaba Ucker.

-¿No es ese Christopher Uckerman?-dijo una de ellas.

-No sé Vivian… No me he fijado… -dijo Carol.

-Pues yo creo que sí lo es… Y déjame decirte que la realidad supera a la ficción una vez más…-dijo Vivian con una gran sonrisa.

-Estás loca…-dijo Carol.

-Estaré como quieras pero creo que esta es mi oportunidad…-dijo Vivian poniéndose de pie.

-¿Qué vas a hacer?-dijo Carol muy seria agarrándola del brazo.

-Carol, déjame. Tengo que aprovechar lo que se me pone delante de mis narices. No voy a ser tan estúpida como tú que llevas años trabajando y componiendo para nada… Yo tengo un buen presentimiento hoy….

-Vivian no…


Pero Carol no pudo terminar de recriminar a su amiga pues esta ya se había adelantado y se había ido rumbo a la mesa donde estaba Ucker. Al llegar a ella, se acercó a él sonriendo.

-¿Christopher?

-Sí. ¿Te conozco?-dijo Ucker mirando a aquella mujer de larga melena rubia.

-Pues no… todavía… Pero yo sé muy bien quien eres…-dijo Vivian mirándolo fijamente- Perdón, no sé donde tengo los modales. Soy Vivian.

Ucker se puso de pie en ese momento, mientras ella le daba dos fuertes besos.

-Encantado Vivian. A mí me puedes llamar Ucker. ¿Quieres que te invite a algo?

-Pues te lo agradecería… ¿Vamos a la barra?

-Claro…como quieras…Chicos ahora os veo…-dijo Ucker a sus amigos.


Ucker y Vivian se dirigieron a la barra, mientras la amiga de ésta los miraba muy seria, tomándose de un tirón lo que le quedaba de bebida en el vaso.

-¿A que te puedo invitar Vivian?-preguntó Ucker.

-Sorpréndeme…-dijo ella sonriendo.

-Está bien… ¿Y vienes mucho por aquí?-dijo Ucker intentando hacer conversación.

-Ucker…¿Me dijiste que te llamara así?

-Sí…

-Voy a ir al grano… ¿está bien?-dijo Vivian sorprendiendo a Ucker que no sabía con qué le podía salir aquella desconocida mujer -Tú necesitas una mujer, lo sé. Y yo… Yo necesito digamos un trampolín…

-¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Cómo sabes…

-Si no necesitaras una mujer no estarías aquí hablando conmigo e invitándome a cualquier copa...-interrumpió ella.- Sé perfectamente quien eres… Y yo necesito de alguien como tú…Llevo mucho tiempo intentando hacerme un hueco en este mundo que tú manejas y ya estoy cansada de ir escalando milímetro por milímetro… Ahí entras tú…

-¿Me estás hablando en serio?-preguntó Ucker atónito.

-Completamente…-asintió Vivian sonriendo- ¿qué me dices?

BENDITA LA LUZ DE TU MIRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora