❝ My Sex Instructor ❞ || Michaeng [ G!P ]

Capítulo 26

MINA
— Vaya coincidencia ¿Qué estaban haciendo ustedes dos, eh? — preguntó JB haciendo que observara a Chaeyoung con temor y los ojos bien abiertos.

— Sí claro, es que nosotras pasamos la noche juntas, ¿que más podría ser? — dijo Chaeyoung con suma naturalidad, dejando que el sarcasmo se asomara en su tono de voz, supongo que usando psicología inversa.

— Cierto, no tiene mucho sentido — Jinyoung espetó una sonora carcajada.

— De haber sido así, Chaeyoung fuera una persona muerta

— Sí — dijo Park observándola sin ninguna expresión en su rostro —, lo fuera...

El ambiente se tornó tenso por unos minutos y la campana dió su sonido, haciendo que el pequeño grupo se desintegrara.

Entré junto a Nayeon en el área de comunicación, pues ambas habíamos elegido estudiar carreras un tanto similares, y nos situamos en el pequeño salón. Podía sentir su mirada sobre mí esperando que llegase a contarle.

— ¿Tengo algo en mi rostro? — le pregunté al sentarme junto a ella. Nayeon rió

— No te hagas la desentendida ¡cuéntame qué tal!

— ¿Lo de Chaeyoung?

— No ¿de qué hablas? — dijo con sarcasmo mientras me observaba como si fuese una inadaptada — ¡Por supuesto que sí! a ver asegúralo ¿es tan buena como dicen? ¿cómo fue perder tu virginidad con ella? ¿Sentiste mucho dolor? ¿Te gustó? ¿Logró hacerte llegar? oh, oh ¿De qué tamaño...— la interrumpí antes de que pudiese terminar esa pregunta.

— Es buena, ¿bien? ¡Es fantástica, fue fantástico! — fue lo único que llegué a decirle, se me hacía incomodo dar detalles.

— ¡Oh mi dios! — cubrió su rostro con ambas manos —, yo no te crié así, Myoui

— Lo sé, esto me hace sentir realmente sucia  — cubrí mi rostro con ambas manos en símbolo de frustración.

— Recuerda esto: si te hace bien, es porque sencillamente lo está.

— Eso no es cierto.

— ¿Acaso que te haga bien, te hace sentir mal?

— Bueno...

— ¿Te sientes culpable?

— No tienes idea...

— ¿Te arrepientes?

— No, la verdad no.

— Pues entonces está bien — sonrió.

Hice una mueca no muy convencida de su extraño consejo y fijé mi vista en la clase, los minutos ahí transcurrían lentamente, como si el tiempo se hubiese detenido pero que aquello no afectara en lo absoluto a la mujer amargada que nos dictaba la clase.

Luego de unos cuarenta minutos, nuevamente había llegado la hora del descanso, este solo contaba con unos quince minutos, unos quince minutos que sabían a gloria. Me senté junto a Nayeon en las gradas a observar la rutinaria partida de fútbol, mientras ella gritaba cual desesperada, dandole ánimos a Mark, yo ni siquiera podía concentrarme en el partido al sentir una mirada clavada en mí que no me dejaba en paz, y estaría de más agregar a quién pertenecía esa mirada.

«Chaeyoung, por favor para de observarme» suplicaba a mis adentros esperando que leyera mi mente, me observaba cada vez que se le presentaba la oportunidad sin disimulo alguno y sin ninguna expresión en su rostro, tan solo me observaba y aquello me ponía los nervios de punta, ¿que demonios quería?