Capítulo 10: Homecoming.

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Presente.

6 de julio del 2018.

63 días desde su desaparición.

Solo veía a los policías registrando la suite, algunos analizando la escena y otros no dejaban de mirarme y tomar nota del asunto.

Todo pasó tan rápido que dudaba si en verdad ya era de mañana y el sol empezaba a salir, sobre todo, estaba tan fuera de sí misma que cuando me preguntaban sobre lo que sabía, no podía expresarme bien. Estaba paralizada en pocas palabras. No entendía como no había arrancado a llorar en una situación como esta porque el olor era desagradable, sus ojos no tenían ni la más mínima parte de vida y su piel estaba tan pálida que era irreconocible.

—No lo mires—aconsejó Lucy desde mí lado. No sabía si reírme o hacerle caso. Después de todo, ¿cómo no podías mirar a tu compañero que está muerto?

Me quedé en silencio y solo di una gran inhalada para reponerme. Quería ignorar a Lucy, a todo el mundo y desde que vi a Peter tenía un gran sentimiento repulsivo en mi interior.

—Probablemente quieran hacerte testificar de nuevo. No fuiste muy precisa al hablar con ellos—comentó mientras fruncía sus cejas.

— Woow, qué casual ¿no? Ir a la suite en donde te hospedas y encontrarte con un cadáver que de paso fue tu compañero en la universidad—le respondí sarcástica.

—Bueno, no te justifica del todo, pero te entiendo—dijo a la ligera.

Volví a quedarme en silencio y me fijé en como a penas movían el cuerpo para llevárselo. Desde que encontré el cuerpo, el proceso policial y forense se retrasó más de lo que es normal y me parecía extraño. Toda la situación apareció cuando menos lo esperaba.

Poco a poco se llevaban a Peter en una camilla y seguía sin poder creerlo. Peter estaba muerto y ya no estaba con nosotros.

Estaba muerto y era mi culpa, lo era y no cabía duda.

—No debí venir—salió de mis labios de modo en que solo ella lo escuchara.

—Te sientes culpable.

— ¿No debería?... Vine cuando él me dijo que si yo seguía en esto algo malo ocurriría—le respondí, pero las palabras eran más para mí que para ella.

— ¿Tú lo mataste? —preguntó. La miré fijo.

— ¿Qué?

— ¿Tú mataste a Peter?... ¿Ariana Vega mató a su más codiciado pretendiente? —dejó las preguntas en el aire.

—Vine.

—Viniste, pero no le cortaste la cabeza y lo dejaste aquí sin vida.

Sabía que quería hacerme sentir mejor, pero ese gran pesar que estaba en mi pecho no podía quitármelo.

—Fue mi culpa, él me lo dijo muy bien y fui terca al venir... —me interrumpió.

—Si no hubieras venido tal vez estarías muerta en este momento—contrapuso.

—Pero vine y el que está muerto es él—confronté—, y nada de lo que pueda hacer ahora lo volverá a la vida—las palabras resonaron en mi cabeza.

Lucy no dijo nada y mi mirada cayó en el vacío. Quería volver a casa, a mi vida normal, a no saber absolutamente nada sobre lo que pasaba. Sentía que me rendía porque ya una muerte era suficiente, era demasiado y no quería otra.

Tratando De Encontrarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora