AÑOS DE AMOR HAN SIDO OLVIDADOS EN EL ODIO DE UN MINUTO.
Edgar Allan Poe.EMMA
— ¡Cariño mirame!, deja de llorar tienes que ser fuerte.
— ¡Paul no!, no puedo, te voy a perder — Me lo repito, se lo repito como un mantra, esto no puede estar pasando.
— Sabes que no tengo otra opción, tu vida, su vida están en peligro — Me abraza.
— ¡Entonces esta es la despida! — Me alejo de él — ¿Por que? — Grito de la rabia, del dolor que llevo acumulada por años — Siempre es lo mismo ¿Por que me tienen que ocultar todo?, ¿Por que nadie me pregunta lo que pienso?, todos me dicen que hacer y esperan que me quede de brazos cruzados no soy tan débil como piensan — Me abraza y me derrumbo no puedo perderlo, no puedo.
— Lo siento Emma, cuando amas a alguien te vuelves débil algún día lo entenderás — Besa mi frente y lágrimas escapan de sus ojos y yo me quiebro.
Π¶Π¶Π¶Π¶Π¶Π¶
Me obligo a sacar esos recuerdos de mi mente, observó a Lucas a solo centímetros de que sus labios rocen los míos veo sus ojos tan en calma y su respiración tan suave, y noto como mi corazón de acelera, se que espera alguna señal de mi parte pero cuando decido acercarme.
Lo recuerdo a él, y en automático, volteo mi cara.
— Creó que ya es hora de volver a mi apartamento — Me levanto sin mirarle a la cara — Ha sido muy agradable todo, pero ya es tarde.
— ¿Te acompañó?.
— ¡No! gracias — Necesito despejar mi mente, son tantas cosas las que pasan por mi mente en este momento, no puedo estar cerca de él un minuto más.
— Como quieras — Su expresión relajada de hace unos minutos a desaparecido, siendo remplazada por su habitual expresión seria.
— Chao, Lucas — Le doy la espalda y me marcho.
— ¡Emma! — Le escuchó gritar cuando ya estoy a punto de cruzar la calle, me volteo y le veo corriendo hacía mí, siento como mi corazón se acelera.
— Dime — Le respondo con la poca serenidad que me queda en el cuerpo solo me mira y yo le miro es como si todo a nuestro al rededor desaparece cuando le tengo así de cerca.
— Espero que se repita — Se acerca un poco más, acaricia con desusada terneza mi mejilla cierro los ojos a su cálido tacto, su respiración un poco acelerada se une en un sonido rítmico con la mía y así siento que estamos minutos, deposita un beso en mi mejilla lo más lento posible, abro mis ojos y sin más se voltea y se marcha y todas esas sensaciones que recorrían mi cuerpo desaparecen, alojándose en mi una sensación de abandonó, que esta pasando Emma.
Π¶Π¶Π¶Π¶Π¶Π¶
Las pesadillas cada día son más recurrente y eso me tiene de un pésimo humor, nota mental llamar para notificarle esto a Michele seria una buena escusa, decido levantarme ya que no logró conciliar el sueño, veo la hora esta temprano decido ir a caminar eso siempre ayuda a despejar la mente.
En menos de 15 minutos ya estoy saliendo del apartamento, me coloco los audífonos y doy marcha hacía el parque como ya es costumbre, así estoy por unos 40 minutos dando vueltas pensando es todo lo que ha pasado, en como por un momento pensé que el cambiarme de ciudad dejaría todo atrás, pero nada es como se planea.
De vuelta al apartamento al entrar me topo con Carol y Matt desbordando miel, solo verlos producen diabetes, pero he de admitir que se ven muy lindos y enamorados, me alegro por Carol.
— Pueden buscar una habitación, gracias — Estaban tan absortos en su mundo que no me escucharon llegar.
— Deja tu envidia — Se acerca casi corriendo y me abraza — Como extrañe tus reclamos.
— Pero si solo te has ido por día y medio, que exagerada.
— Emma admitelo, también me extrañastes — La verdad es que si, con ella cerca no pienso tanto en toda esta situación.
— Aja, si claro — Me alejo y con un movimiento de cabeza saludo a Matt que observa toda la escena con diversión.
— Matt esta haciendo el desayuno, ve a cambiarte y te nos unes.
— Vale, ya vuelvo — En menos de 15 minutos me les uno en la cocina, y observó como se complementan, y debo reconocer que Matt tiene mucha destreza en la cocina.
— Cuentanos Matt, como es que llegastes a ser tan hábil en la cocina — La verdad me da curiosidad esto no es que se ve todo los días.
— No se — Dice el con una sonrisa tímida y continua — Creo que desde pequeño tenia curiosidad con los sabores y colores de la comida.
— Si, cariño me he sacado la lotería — Responde Carol.
— Bueno, ya veremos que tan bueno es — Le digo para molestarla, aunque la cocina esta impregnada con un olor demasiado divino ya quiero probar.
— Si, deja la envidia Emma, de mi chico chef y ve a ordena la mesa — Se le acerca y le da un beso.
Minutos después estamos los tres sentados en el comedor, riendo, escuchando cada una de las anécdotas de Matt, al parecer ha echó varios cursos culinarios y he de decir que si cocina bien, la comida ha sido todo un gusto para el paladar.
Después de comer, Matt insiste en que el recogerá y limpiara la cocina, por mi parte no le iba a insistir en que no lo hiciera, decido ir a mi habitación el no dormir bien estos últimos días me estaban pasando factura me duele la cabeza un poco, me despido de ellos y me marcho.

ESTÁS LEYENDO
SIN RETORNO
Teen FictionSomos circunstancias de la vida que no elegimos ser. Amar nunca ha sido fácil y eso no los han demostrado los grandes clásicos literarios. ¿Hasta que punto estamos dispuestos a luchar?. Cicatrices sin sanar y un presente empañado por el pasado. Em...