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~Cuidado con estar donde debistes y no donde quisistes~

EMMA

Sabia que lo lograrías.

— Te lo dije y mira que ahora voy por esa revancha que no quieres darme por miedo.

Le digo para molestarlo intentando conseguir una sonrisa, pero no lo logro.

Paul ¿Que pasa?.

Lo noto extraño normalmente él es muy enérgico y últimamente tiene unas ojeras espantosas, no le reclamo, el que no llegara a la carrera entiendo que desde que comenzó a involucrarse en los negocios familiares tiene responsabilidades que cumplir pero algo me dice que me esconde algo.

— Nada Emma — suspira acercándose y me abraza — Solo estoy cansado.

Le devuelvo el abrazo y lo presiono haciéndole sentir que no esta solo.

Paul te conozco tan bien y se que me ocultas algo, y sabes que siempre hemos sido un equipó, por favor no me alejes ahora.

Desde pequeños nuestros padres han preferido cualquier otra cosa que el estar con sus hijos lo cual eso nos hizo más unidos, pues sabíamos que solo contábamos con el otro.

— ¡Oh Emma! — exclama Paul alejándose y puedo ver que una lágrima se le ha escapado — Nos han mentido siempre, nada de lo que nos han echo creer es cierto.

                          Π¶Π¶Π¶Π¶Π¶Π¶

En un segundo estoy disfrutando lo que por tanto tiempo había deseado. Y al otro estoy abriendo la puerta del auto con toda la furia contenida de estos últimos años.

— ¡Emma Baker!.

Espeta Michele furioso y por un momento me paralizo este hombre sabe como intimidar, pero reacciono y sigo caminando por la autopista, autos pasan gritando que me aparte pero yo sigo caminando hasta cruzar y alejarme.

— ¡Joder!, que te detengas.

Comienza a cruzar también, ya una vez del otro lado comienzo a correr se que es tonto y peligroso ya que estamos sobre un elevado, pero estoy tan furiosa con el, con Paul, con la vida que ya no puedo más, siento como mis fuerzas se alejan.

No se en que momento me he detenido frente al elevado y debajo se encuentra la continuación de la autopista y mas allá se ve la ciudad con sus luces segadoras tan peligrosa pero hermosa a la vez.

— Vete Michele, no te quiero cerca.

Suspiro cansada.

— Sabes que no lo haré, aunque lo intente sabes que siempre volveré a ti. Eres mi faro en la oscuridad y mi puerto en tierra  — suspira acortando la distancia que nos separa y me abraza desde atrás y nos quedamos así contemplado como los autos pasan debajo de nosotros.

— Te has acordado de la historia Michele — le sigo en susurro dejando que unas lágrimas escapen — ¿Por que tiene que ser tan difícil? — susurro más para mi que para el.

— Recuerdo todo referente a ti Emma, como olvidar la noche que una pequeña celebro mi cumpleaños. Con la vista mas hermosa y la comida mas deliciosa que había tenido en años —  le golpeo un poco el hombro.

— Deja el sarcasmo, dijistes que no era linda la vista.

— Y quien dijo que hablaba del paisaje y no de cierta pequeña vestida en un fabuloso vestido negro. Dios y esa abertura era lo mejor — sonríe y me da la mano.

SIN RETORNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora