nueve.

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Mira atentamente a la casa en frente de ella, con una mirada entre curiosa y un poco asustada. Luce como una casa —casi— normal, porque a pesar de todo, tiene un aire un tanto misterioso e imponente. Ocultando mil y un secretos.

—Estamos aquí, entonces —dice Zach, observando la casa.

 Es de un solo piso y está pintada completamente de verde musgo, rodeada por un amplio pastizal seco y unos cuantos  árboles ya muertos. El terreno está rodeado de una gran cerca —a diferencia de las otras casas del lugar que carecen de la misma—-. Consta de un solo piso, dos sencillas ventanas francesas en las que se puede ver cortinas de color gris y una puerta de madera con mosquitero desvencijada por la intemperie y los daños que el clima ha causado.

Tocan la puerta al mismo tiempo, haciendo que Gala mueva su mano lejos y se quede estática. Comienzo un zapateo constante hasta que después de dos minutos, la puerta es abierta produciendo un pequeño rechinido.

—Buenas tardes —dice una mujer de tez morena, cabello negro y ojos verdes. Observándolos atentamente, expectante—-. ¿Quiénes son ustedes? —inquiere, al ver que ninguno hace nada pareciendo paralizados.

Gala mira a Zach, esperando que este hable. Al fin y al cabo, la idea fue de él ¿no?, piensa.

—¿Usted es…? —Respira profundo— ¿Una médium? —pregunta y agacha la cabeza.

—¿Quiénes son ustedes? Dejen las chiquilladas y lárguense de aquí —responde, mirándolos de manera agria y enojada.

—¡No, por favor! —Exclama Gala—. Necesitamos su ayuda, señora…

—Atkinson, Durene Atkinson —responde—-. ¿Por qué unos niños como ustedes necesitan mi ayuda? —dice desconfiada pero dispuesta a escuchar lo que tienen que decir.

—Es sobre un… espíritu o entidad —murmura. Durene arquea una ceja.

—¿Qué tipo de espíritu? —Parece cada vez más interesada en el tema—. ¡Espero que no sea un tonto juego de adolescentes! —Les dice y señalas a ambos con un dedo.

—No, no es eso —dice Zach, que había estado ausente en la conversación.

—Pasen.

Abre la puerta completamente, esperando a que entren y la cierra detrás de ello.

Adentro, es de un azul opaco casi gris con espejos con forma de rombos en toda la casa, tal vez a modo de reflectores de luz, los sillones son de madera y están descascarados por los bordes. La pequeña mesa de centro parece como si en cualquier momento no aguantará más el peso y se irá abajo. Hay cortinas hechas por hilos y pequeños adornos que cuelgan y funcionan como puerta, hacen un sonido chillante cuando Durene pasa por una de ella.

Luego de unos minutos más, vuelve, con una pequeña bolsa en la mano y espantada, con los ojos abiertos y asustados.

—¿Qué sucede? —pregunta Zachary.

—¡Nada! No sucede nada, debo dejar de suponer… —parece que todo aquello lo dice para si misma—. ¿Quién es? ¿Tú o ella?

—Ella —dice y traga en seco. La cara asustada de Gala se vuelve aún peor cuando la mujer la hala y hace que se siente en una silla junto a ella, agarrándole la mano.

—Vamos a ver que tenemos aquí. —Mira la mano y acto seguido, cierra sus ojos. Parece sumergida en otro mundo—. Cierra tus ojos, niña —le reprocha y ella le hace caso. Está muy asustada como para dudar de lo que la mujer hace.

Pasan los minutos, el continuo tic tac del reloj comienza a impacientar a Zachary pero cuando menos se lo espera, la mujer ha abierto sus ojos repentinamente.

—Largo de mi casa —dice firmemente—. Lo que la atormenta no es un simple espíritu que necesita descansar. Es algo poderoso. ¡Largaos de mi casa! —comienza a gritar desesperada.

—¿Qué vio? —pregunta Gala, igual de nerviosa. La mujer hace caso omiso de sus palabras y se acerca a Zach, agarrándolo de la camisa negra que lleva puesta.

—Y tú, niño. ¡Cuídate! Si te involucras serás el siguiente en la línea. Todos los que tengan que ver con ella también arderán. ¡Huye mientras puedes, todavía tienes oportunidad! —Se ha vuelto completamente demente. Camina por la casa con la pequeña bolsa marrón que trajo al comienzo, profiriendo y murmurando palabras sin sentido

—¡Vamos, Gala! —Zach abre la puerta, esperando que pase. Lo mira, desesperada, la mujer parece que en cualquier momento le saltará encima para matarla.

—¡Necesito saber que sucede!

—Largaos de mi casa. No quiero que El Mal entre en ella —dice cada palabra detenidamente. Y antes que le dé tiempo para preguntar de que habla. La mano de su amigo la ha halado hacia el exterior.

—Tenemos que volver. Ella dijo aquellas cosas sobre El Mal y un espíritu demasiado malo —comienza a comerse las uñas a medida que dice cada palabra—. No quiero volver a ser atormentada. Tenemos que volver y que me diga que es lo que sucede.

—¡No! ¿Estás loca? Te matará, Gala —la mira atentamente—. Iremos a otro lugar, no con ella. No creo que la próxima vez que vengamos acá ella nos deje con vida…

—Zachary… —murmura, sin terminar la palabra debido a que él, le estampa un beso en la cara, rudo y al mismo tiempo, dulce.

Sus labios se sienten ásperos pero suaves, una mezcla de textura inexplicable. Después de un minuto, se separa. Apoyando su frente en la de ella. Ambas manos se posan en la cintura de Gala y ella pone las suyas en su nuca, correspondiendo a cada toque de él con la misma intensidad.

—No importa lo que suceda, lo solucionaremos, ¿vale? —Un brillo tilintea en sus ojos. Algo que no había estado ahí antes.

—Sí —murmura. Trata de besarlo de nuevo pero él se aleja.

—No. Salgamos de aquí primero, no quiero que esa vieja nos vea —le susurra al oído, haciendo que un frío pase por su cuerpo.

Gala no dice nada, se queda en silencio. Zach entrelaza sus manos juntos y comienzan a caminar.

Fue tan hermoso pero amor en estos momentos solo significaría otro problema más que no quiero tener, piensa.

Gracias a todos los que han votado en esta historia. Espero que les guste. Gracias por los 2k en Horror Nights. Realmente significa mucho pra mí. Les agradezco por todos, bbs de mi corazón :3

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