—Su hija, Gala, se encuentra estable. Ya recuperó la conciencia. Su esposa ya despertó y se le está administrando los cuidados necesarios. Sin embargo, las gemelas Jessica y Samantha están en estado delicado, señor —el doctor habla.
Ya han pasado dos horas desde el accidente y desde que Gala perdió el conocimiento. El padre de él caminaba asustado de un lado al otro y Zachary esperaba sentado en una silla de la sala de espera con ambas manos en su cabeza, desesperado. Cuando vieron al doctor acercarse, ambos fueron a su encuentro con la esperanza de tener buenas noticias.
—¿Puedo verlas, doctor? —Pregunta el padre de Gala con ojos suplicantes. La espera, para él, se le ha hecho interminable, la expectativa de poder obtener buenas noticias y ver a su familia unida nuevamente es un sueño que ansía.
—Por supuesto, a Gala le daremos de alta, el desmayo fue causado por la magnitud de la noticia, pero le recetaremos unas pastillas para el estrés y la ansiedad. Su esposa necesita reposo así que todavía no le dejaré salir. Las gemelas permanecen dormidas, sí desea podrá ir a verlas —responde y le da el número de habitación, además, le dice que cuando terminé su visita ya su hija mayor se encontrará fuera.
Zach parece una estatua, el padre de Gala lo ignora y todos los demás en ese lugar también. Después de haber escuchado lo que le sucedió a madre y hermanas, le tomó por sorpresa, le tomó por sorpresa, inclusive, se sintió culpable aunque ella se haya enterado después de la discusión que tuvieron. Pasados quince minutos, alcanza a ver el muy conocido para él, rostro de Gala, más pálido que antes y con menos brillo en esos ojos gris tormenta.
Corre a darle un abrazo cálido, lleno de todo el apoyo que le puede dar. Él sabe lo que es perder a una madre, una sensación totalmente devastadora y sin definición. Gala le corresponde en un intento de abrazo algo forzado que él trata de ignorar, a pesar de que es evidente.
—¿Cómo estás? ¿Quieres sentarte? ¿Un vaso de agua o algo? —Le interroga preocupado y sigue los pasos de Gala hacia la sala de espera en la él estuvo durante dos horas, expectante por una respuesta. Ella se sienta y suspira.
—Estoy bien. Ya me senté. No —profiere algo seca y evita la mirada de él.
Es obvio que todavía no le ha perdonado y él, no quiere sentarse a rogar por perdón pero se encuentra afligido y sabe que ambos tuvieron la culpa, incluso si ella no quiere aceptarlo.
Todo lo que pasó en el día de hoy se reproduce rápidamente. Se arrepiente de haber ido a esa médium con Zach, besarlo y discutir con él. Todo lo que pasó en el día que lo incluía, es de tal que de lo que se arrepiente.
Está intranquila y angustiada por su madre y por las gemelas, de las que no ha recibido noticia alguna. En parte, también está asustada de lo que su padre podrá decir sobre el hecho de que le ha ocultado su amistad con Zach desde el momento en el que él la prohibió.
—¿Y Spencer? —Exclama.
No ha hablado con ella desde el día anterior y se siente herida al creer que su mejor amiga —después de Zachary, aunque no quiera admitirlo— no está cuando la necesita. Trata de convencerse que tal vez es porque no sabe lo que ha sucedido. Busca su teléfono en todos los bolsillos del pantalón que lleva puesto y no lo encuentra. Lo habré dejado en la acera cuando me desmayé, piensa.
—¿Buscas esto? —Dice Zach y señala el celular en su mano. Gala lo toma—. La llamé y me dijo que no puede venir porque está estudiando y blá blá blá. Pura mierda, ella no estudia y es obvio que está con su nuevo novio, Jason. —Gala se molesta y no con Zachary, más bien con Spencer.
Una mueca de disgusto se forma en su rostro y Zach sabe que se siente herida. Gala ha estado ahí para ella y hoy que desea que por lo menos, le “devuelva el favor” —cosa que jamás consideró así—, ella no aparece. Se siente traicionada. ¿Por un chico? Ella ha estado brindándole su hombre en cada una de sus rupturas. Su deslealtad y falsa amistad comienzan a mostrarse en su relación.
—Bien —es lo único que dice. No quiere mostrar su enfado pero él ha aprendido a ver más allá de las palabras de ella.
Su padre aparece y ella se levanta, ambos se unen en un abrazo. Él le besa la cabeza y agradece en su mente de que, al menos ella está sana y salva y a la vez, consolándose por lo sucedido. Se mantienen juntos por unos momentos más hasta que él rompe el abrazo.
—Tu madre quiere hablar contigo —anuncia su padre enigmático, mirándola fijamente a los ojos.
—¿Por qué? —En su mente, salta de la emoción pero pregunta eso debido a que está un poco confundida.
—No lo sé, solo me ha dicho eso —responde—. Iré a buscar tus pastillas. Tú ve allá y haz lo que te diga, ¿vale? —Le dice con una sonrisa.
—Vale —contesta.
Camina hacia los pasillos, pero descubre que no sabe en qué habitación está su madre. Regresa pero su padre ha desaparecido y solo queda Zachary observándola con una ceja alzada. Sin decir palabra alguna camina y la pasa por alto. Queda claro para Gala que él sabe y lo sigue.
Después de dos pisos y un estrecho pasillo, finalmente llega al lugar y toca la puerta, le parece ridículo por lo que la abre y encuentra a su madre con los ojos abiertos y la respiración calmada. Su piel perdió su tono natural, quedando uno más claro pero un brillo de sobre todo esperanza tintinea en ella y es visible.
—¿Me llamaste, mamá? —Inquiere nerviosa. Es lo único que se le vino a la mente. Zach está en una esquina de la habitación, observando todo pero actuando como un fantasma.
—¿Ves lo mismo qué yo, Gala? —Responde con otra pregunta.
—Estamos en un hospital, mamá. Creo que vemos lo mismo —dice confundida ante tal pregunta, sin entender absolutamente nada.
—No… ¿Las ves a ellas? ¿A la niña con cuencos vacios? ¿A aquello qué te aterroriza? ¿Las voces en tu cabeza? ¿Las oyes? —Interroga, soltando pregunta tras pregunta. Gala pega un chillido al saber de lo que su madre habla.
Ella también la ve, la siente y la oye dentro de su cabeza. Se aterroriza al saber de qué su madre también es víctima de ese monstruo.
—¿Ella te hizo esto, mamá? —Se acerca y toma una de sus manos entre las suyas. A pesar de todo lo dicho, necesita saber a donde su madre quiere llegar con todo esto.
—No. Escucha. No creas todo lo que ves. Son dos, una de ella te querrá ayudar y la otra buscará tu fin. Necesitas encontrar ayuda. Necesitas… —deja la frase incompleta creando suspenso en el lugar. Su respiración se agita y trata de calmarse.
—¿Qué necesito, mamá? —Pregunta preocupada por las palabras que todavía no ha escuchado.
—Necesitas una manera de vencerla, a la niña de cuencos vacíos, porque sí no, ella te vencerá a ti y eso significa… —la muerte, termina la frase en su mente. Su madre cierra los ojos y la máquina comienza a hacer un sonido como el de las películas.
Zachary que ha visto todo, sale apresurado de la habitación en busca de un doctor, cuando vuelve, los sacan a ambos de la habitación. Gala camina con la mirada pérdida y él, la abraza. Ella no se niega y se aprieta fuerte contra Zach sin querer soltarlo.
—Calma, Gala. No me iré de aquí —dice palabras confortantes y le palpa la espalda suavemente.
—Necesitamos destruirla aunque sea lo última que haga. Por mamá —pronuncia lentamente las palabras. Prometiéndoselo tan fuerte, con toda la seguridad y fortaleza que tiene.
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Horror Nights
ParanormalCuando crees que todas las pesadillas están en tu mente, sabrás que no es así, por que ese algo llegará para demostrarte que estás noches de terror son verdaderas. Espéralo, viene a por ti. Cuídate, te quiere herir. Pero no le temas, lo puede sentir.