6. Desayuno y más muggles

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Draco

El aire frío de la habitación, el cual sofocaba a Draco, junto al hecho de estar viendo a su padre frente suyo, causó que el rubio supiera que se encontraba en un sueño.

-Eres un fracaso, una vergüenza a nuestra familia...-  y aunque supiese que todo era un sueño, las palabras de su Lucius Malfoy impactaron como un golpe a Draco, quien cayó de rodillas.

Y mientras el patriarca de los Malfoy hablaba con el menor, la neblina se acumulaba más y más a su alrededor, creando sombras escalofriantes para el joven arrodillado. 

Joven que ya tenía lágrimas en los ojos. 

- Eres una deshonra, convives con muggles.- La última palabra fue escupida de los labios del hombre con bastón.- ¿Es que no entiendes, que son de una raza inferior? ¿Te has decidido ya a procrear con uno? Das asco.- El mayor de los platinados vio con el ceño fruncido a su hijo, quien en ese momento, ya era incapaz de aguantar las lágrimas.- Nosotros NUNCA lloramos. ¿O es que acaso ahora te crees chica?- Dijo abofeteándolo.

Entonces las sombras rodearon a Lucius, quien empezó a crecer hasta medir al menos 9 metros de altura. Eso, o el menor se había encogido.

Cadenas brotaron del suelo con el único propósito de envolver a Draco y estrujarlo contra el piso sin piedad.

Draco ya no podía respirar, y su rostro empezaba a ponerse morado a causa de la falta de aire...


Se despertó sobresaltado, agradeciendo para sus adentros, que a causa de la falta de Slytherins, tuviera una habitación para sí solo.

Como ya no tenía una varita para hacer un tempus, y no disponía de un reloj para ver la hora, se dio una ducha, cambiándose luego para dirigirse al Gran Comedor.

Los pasillos estaban vacíos, y más oscuros que lo usual, por lo que Draco supuso que era muy temprano. 

Al llegar al Gran Comedor, solo vio a otros dos alumnos desayunando.

Lo interesante del hecho, era que reconocía a ambos. Eran Theodore y Hermione.

Aprovechando eso, se sentó a lado de su amiguito, dedicándole una sonrisa al hacerlo.

- ¿Qué tal tus compañeros de Hufflepuff?- Le preguntó el platinado al menor, mientras que se servía un vaso de jugo de naranja y unos huevos revueltos. (Que por cierto, era lo único que estaba ya servido en las mesas).

- Bien, supongo.- Dijo el niño encogiéndose de hombros y sin voltear a verlo.

- ¿Qué pasa?- Como Theodore seguía sin mirarlo a los ojos, Draco agarró con cuidado la cara del niño, para voltearla así hacia él. Theodore intentó zafarse, pero Draco tenía las manos firmemente puestas en sus mejillas.- ¿Quién te lo hizo?- Le preguntó, viendo el moretón en la cara de su amigo.

- Unos chicos Gryffindor de segundo estaban hablando mal de ti, y al defenderte, me golpearon y me insultaron por ser un Hufflepuff que además, apoyaba a las artes oscuras...- Admitió el menor, rindiéndose en su intento de zafarse de las manos del platinado, y empezando a llorar de impotencia. 

Draco abrazó con fuerza a Theodore, decidido a encontrar a esos chicos y hacerlos pagar por sus actos.

Estaba tan sumergido en sus pensamientos, que no se dio cuenta de la salida apurada de Hermione.

Tampoco se dio cuenta cuando esta volvió junto a otros tres Gryffindor's.

- ¡¡Aléjate del niño!!- Draco se separó del abrazo.

Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora