19. Sueños

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(Ya devuelta con lo que ha estado pasando, antes del cap. anterior)

Harry

— Ginny, sí te amo, pero entiende qué hay chicos inocentes encerrados en el ministerio... podrían estar haciéndoles cualquier cosa...— Ginny solo lo miró, resentida.

— Harry, has pasado todos tus tiempos libres investigando cómo salir con vida de ahí, a la vez de rescatar a un puñado de chicos, pero te he visto almorzar, e incluso caminar por ahí, con Hermione y Ron. Pero nunca tienes tiempo para nuestra relación... no puedo seguir así Harry, me has dejado plantada ya tres veces en una semana, y yo creo que ambos merecemos alguien que nos dedique tiempo, alguien que realmente nos ame...— Harry quería protestar, ya sabía a dónde se dirigía la conversación, y él simplemente no quería aceptarlo.— Creo que deberíamos terminar.— Al ver la desesperación en los ojos del azabache, agregó— pero siempre seremos amigos, puedes confiar en mí para lo que necesites.

— Pero yo te amo Ginny...— ¿sí la amaba, verdad? Ginny sólo le sonrió tiernamente mientras salía de las tres escobas.

Harry se quedó procesando las palabras de su, ahora ya no, novia. Se apresuró en pagar, y fue corriendo tras Ginny, para luego detenerse.
Ella tenía razón... él ya no sentía ese amor hacia ella, no el que sentía un año atrás, es más, incluso había pensado más en Malfoy que en ella desde que el año escolar comenzó.

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Draco se levantó, molesto, y salió corriendo de la reunión con el ministro... pero sólo Harry pareció notar el dolor, y la lágrima, en el rostro del rubio...

Harry se despertó sobresaltado, ya habían pasado dos semanas desde la ruptura con Ginny, y tres desde la charla con el Ministro, y sus sueños lo habían estado persiguiendo desde entonces...

El Ministro y él habían acordado realizar la infiltración en Halloween, pero no se lo podía decir a nadie, ni siquiera Ron y Hermione lo sabían.

— ¿Han visto a Malfoy?— Preguntó, mientras se sentaba junto a Ron en el desayuno.
El platinado ya no aparecía en el Gran Comedor, había dejado de hacerlo un par de semanas atrás.
Pero Harry quería encontrarlo, quería informarle sobre su avance, incluso quería hablarle del plan que tenía para salvar a Narcissa Malfoy, de soltera, Black.

Sentía que era su obligación hacerlo, ayudar a Draco a sentirse menos miserable era algo que ocupaba el número uno de su lista mental, de cosas por hacer ese año...

— Creo que se dirigía a la biblioteca. — Dijo Hermione, untándole chocolate a su pan. Desde la guerra, Hermione había decidido que comer comida chatarras sería su premio por haber soportado a sus amigos por todos esos años, y ya no se preocupaba tanto de los males que sus dientes podían sufrir. (Aunque ahora se demoraba un par de minutos más cepillándoselos).

— No sé qué tanto estudia, somos nosotros los que deben estudiar, lo más difícil que tendrá resolver para los exámenes, es la fecha en la que Voldemort nació. Y todos sabemos que eso debe de sabérselo muy bien... después de todo, los Malfoy eran sus lamebotas.— Parvati se calla al ver las miradas fulminantes que sus compañeros de casa le lanzan.

— Hay rumores de que Draco irá a juicio por intentar reclutar a otros magos para una causa maligna...— Ron se sonroja al ver cómo Harry y su novia lo miran.— Ósea, lo que trato de decir, es que nadie querría entrar a un lugar donde todo de lo que se habla, son mentiras de ti...

— Pobre Draco.— Dice Hermione, mientras que Harry sólo asiente ante las palabras de su amiga.

Pero Harry estaba preocupado, en cinco días sería Halloween, y quería decírselo a Draco. Quería que sonriera, que le agradeciera...

Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora