14. Todos los Ministros usan a Harry

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Harry

El camino por el que McGonagall los había guiado a Draco y él había sido un tanto incómodo para los jóvenes, el silencio había reinado en los pasillos por los que pasaban, y Harry no pudo siquiera preguntarse para qué los habría llamado el Ministro de Magia, pues tener a un Draco a un metro de distancia, era algo demasiado difícil de ignorar. 

Al llegar a su destino, el león no pudo evitar sorprenderse ante el estado del Hombre por el que fueron convocado, (con su túnica al revés, y ojeras que delataban falta de sueño, era difícil no hacerlo).

- Tomen asiento.- Al oír la voz del hombre, Harry decidió que su esperanza de tener una año normal en Hogwarts, era un sueño ridículo, y se sentó en una de las sillas señaladas. Tras una mirada de una directora muy preocupada, Draco y él fueron dejados solos con el mayor, quien, tras unos segundos de silencio, y sujetando su varita como si su vida dependiese de ello, comenzó a hablar. - Como ya se habrán enterado, fui controlado con el hechizo Imperius hasta hace poco, mientras estaba bajo el control de la maldición, creé a un grupo de asesinos expertos, a quienes mandé tras los mortífagos que habían escapado después de la guerra. Di instrucciones precisas y despiadadas: los adultos serían eliminados inmediatamente después de encontrarlos, al menos que fuesen del círculo íntimo de Voldemort... - 

Harry notó cómo la voz de Shacklebolt no temblaba ante la mención del Lord oscuro, y sintió alegría de que, el haber sido derrotado, haya dado la confianza al hombre de decir aquel nombre.

 - ... En cuyo caso, serían enviados directamente a Azkaban, donde serían torturados hasta que diese mi bueno para el beso del Dementor...  Si había un menor de edad, todo lo que haría sería, o meterlos en Azkaban, torturarlos, o desterrarlos. Esas historias de Goyle y su tía, por ejemplo eran historias falsas, el chico fue torturado, y hace una semana logró escapar, no sabemos dónde está. Probablemente muerto.- Harry notó como Draco se tensaba al oír aquella posibilidad. Probablemente Draco y sus guardaespaldas sí fueron amigos después de todo...

- Los cinco chicos que logré sacar del ministerio fueron tomados cautivos y llevados a Azkaban por un tiempo, luego los regresaron al ministerio, donde algunos Aurores se encargaron de intentar sacarles información de los escondites de los mortífagos. Poco o nada sabíamos sobre su lealtad hacia Voldermort, sigo sin entender el razonamiento por el que llevé captivos a muchos de esos chicos. La señorita Greengras, por ejemplo, no tenía relación alguna con los mortífagos, aparte, claro está, de haber provenido de una respetada familia... Volviendo al tema principal, los cinco chicos del comedor fueron a los únicos que logré sacar. 

- Y ahora tenemos un gran problema entre manos, el Ministerio está dividido en dos, los que creen que todos los mortífagos deberían morir, (que son la mayoría), y los que creemos que deberíamos tener piedad...- Harry juraría haber visto cómo el ministro miraba a Draco con arrepentimiento por un segundo-... ya no tengo poder político, y los que creen como yo han decidido no hacer nada para detener a los otros, y huir. Pronto se anunciará al nuevo Ministro, y tendremos que hacer lo posible para sacar al resto de los chicos encerrados para finales de Diciembre, que será la fecha en la que los matarán frente a todo aquel que ose mirar.

Shacklebolt terminó su relato, y Harry enseguida supo que había algo que faltaba, algo que sonaba mal...

- ¿No cree usted que el mago o bruja que lo maldijo, sabrá que está consciente de la matanza de Diciembre?- Fue Draco quien dio voz a su preocupación, lo que sorprendió a Harry, quien creía que el rubio iba a necesitar más tiempo en procesar lo que se les fue dicho.

- Precisamente Malfoy, es una trampa... si lograran dominar Hogwarts, su plan de genocidio a Slytherin será mucho más fácil de llevar a cabo, y nadie podría hacer nada para detenerlos. Y planean usarlo a usted, señor Potter, para conseguirlo.- Bueno, llegados hasta este punto, Harry no se sorprendió al oír esto último, y estaba por replicar cuando Draco tomó la palabra.

- ¿Qué prosigue?

- A usted solo lo llamé para disculparme por lo que le hice pasar, y para advertirle que quieren tenerlo para ser torturado en el Callejón Diagon, y dar el mensaje de que, sin importar en qué circunstancias se hayan puesto la Marca Tenebrosa, todos los que la lleven, siguen mereciendo dolor por lo que hicieron sufrir a muchos otros. 

- Hay algo que no nos ha dicho, ¿no es así? ¿Cómo planean asegurarse de que no me vaya del castillo para cuando vengan a por mí?

- Tienen a un cebo señor Malfoy...- Harry notó a la serpiente fruncir su ceño.

- A mi madre, ¿no es así?- El Ministro asintió, y la pena que sentía por Draco, que solo estaba viendo fijamente al hombre con su mandíbula tensa, aumentó en picada. Se propuso entonces rescatar a la madre de Draco junto a los demás niños en el ministerio.

- Bueno, ahora respondiendo a su pregunta del qué prosigue, el sr. Potter se infiltrará como uno de los hijos de algún Mortífago, y sacará a los niños desde dentro del ministerio. Lamento decirle que no sería posible rescatar a su madre, pues hacerlo solo terminaría con usted muriendo en manos de algún mago o bruja resentida. Es por eso que me disculpé, y por lo que me vuelvo a disculpar, pues no pienso que alguien tan joven debería pasar por lo que usted ahora.

(Editado)


Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora