Capítulo 7: Prisionera

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Muchas gracias por todo el amor y apoyo que le han dado a esta historia! Espero que disfruten este capítulo, después me cuentan en los comentarios!! :)


Era la cuarta vez que despertaba y creía que Falcon estaba conmigo.

Nuestro hogar no tenía mucho espacio; un baño pequeño de paredes verdes y baldosas amarronadas, una cocina equipada con una estufa de gas envasado, una heladera que hacía más ruido que enfriar, un sillón viejo y una mesa con cuatro sillas... y una habitación. Nada más.

Recordaba una época— muy lejana por cierto— en la que Yoel, Sofi y yo solíamos dormir en aquella cama de dos plazas, pasando los inviernos más cálidos en esa única habitación mientras mamá dormía en el sillón. Pero desde hacía años, luego de su muerte, que yo había tomado ese lugar en el sofá mientras que papá y Falcon dormían en la habitación. Él tenía cinco años ya y aunque había pasado la etapa en la que tenía miedo de la sofocante oscuridad de la habitación, muchas mañanas despertaba con Falcon acurrucado a mi lado, habiéndose acercado en la madrugada mientras yo dormía. Estaba tan acostumbrada, que me parecían raras las veces en que me despertaba y él no estaba conmigo.

Papá siempre decía que debía de llevarlo devuelta a la cama cuando hiciera eso, que no lo malcriara. Pero en las madrugadas, cuando me despertaba y lo encontraba allí, su pequeño rostro sonriendo entre sueños, no tenía el corazón para moverlo. Además, secretamente me hacía sentir especial que eligiera venir conmigo. Que, a pesar de tener una cama grande, prefiriera dormir acurrucado a mi lado.

Fue por eso que, cuando volví a despertarme intenté no moverme demasiado para no molestar a mi hermanito. Pero mientras los segundos pasaban, más se evaporaba el estupor del sueño, hasta que los recuerdos de los últimos días me asaltaron repentinamente, la angustia y la pena tan crudas como la primera vez.

Falcon no estaba aquí

Mi hermanito jamás volvería a despertarme en medio de la noche por miedo a la oscuridad, ni yo volvería a levantarme con su pequeño cuerpo envuelto en su frazada a mi lado.

Había muerto, junto con mi padre y por lo que yo sabía sus cuerpos bien podrían estar pudriéndose en un descampado, tirados como basura. La marca de los Hermanos.

Allí, en la oscuridad de esa habitación que era mi prisión, volví a llorar.

El dolor en mi pecho era tan agudo que me hacía jadear, el llanto interrumpido por sollozos lastimeros. Uno creería que luego de dos días llorando ya no me quedarían lágrimas, pero aquellas gotas saladas corrían cálidas por mis frías mejillas como si fueran las primeras, recorriendo los surcos que habían dejado sus hermanas.

Me sacudí con el espasmo del llanto y un dolor ardiente en mi muñeca me trajo nuevamente a la realidad de mi situación.

Estaba encerrada, prisionera, en la habitación del Animal.

Miré lastimosamente a mi muñeca atada al pie de la sólida cama de madera, el causante de mi dolor físico. El precinto con que me había sujetado ejercía presión sin importar como me colocara, acostumbrándome de alguna forma, por lo que ahora tan sólo sentía dolor si hacia un movimiento brusco como el de recién. Examiné lo mejor que pude en esta oscuridad la piel al rojo vivo, la cinta se clavaba y serruchaba mi piel, pero el mayor daño lo había hecho yo, tratando de librarme de allí; tanto había tirado y gritado que había perdido casi todas las fuerzas que había tenido, ahora sólo podía llorar.

Luego de mi pelea con el Animal, el me tiró en su habitación y trabó la puerta, asegurándome de que lidiaría conmigo cuando tuviera ganas. Me había sentado en aquel suelo de madera, abatida, con nada que hacer más que contemplar la habitación del monstruo; no era muy grande, pero aun así el tamaño equivaldría a toda mi cocina y baño. No había alfombras sobre este piso de madera, pero si un televisor de pantalla plana empotrado en la pared que daba justo enfrente a la cama, que estaba ubicada en la otra punta, al lado de un mueble lleno de ropa mal doblada, un espejo y un moderno equipo de música que debía de salir más de lo que yo podría ganar en una vida.

Animal (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora