El viento sacudió sus cabellos rubios, era uno de esos días en el que no asistían a clases porque el sol evidenciaría su naturaleza. A pesar de que los rayos eran intensos el viento azotaba con fuerza su cuerpo. Se quedó allí parada con la molestia reflejada en su rostro. Si las ráfagas no fueran de esa magnitud podría aprovechar las vistas, además del día, plasmar en un lienzo lo que sus ojos veían.
- ¿Qué te atormenta? - unos formidables brazos rodearon su cintura desde atrás, acomodó su cabeza en el hombro detrás suyo.
- No es nada - suspiró.
Se dio la vuelta para así poder verlo, pasó los brazos por los costados del cuerpo que tenía enfrente, abrazándolo.
- ¿Querías pintar no es así? - Sienna frunció el ceño sonriendo divertida.
- ¿Me leíste la mente? - Edward sonrió travieso, desvió la mirada. Ella quiso reír porque se veía como un niño que había cometido una travesura y sabía que estaba a punto de ser regañado. - Señor Masen.
- Señora Masen - la apretó contra él.
- Eso es jugar sucio.
Observó la sonrisa pícara que complementaba su actitud, la volvía loca.
- Tú comenzaste - la rubia sacudió la cabeza levemente.
- No vas a hacerme olvidar que rompiste una promesa.
- ¿Yo? - comenzó a acercar su rostro al de ella. - ¿Cuándo pasó eso?
Se besaron, Sienna siguiendo su juego le devolvió el beso con mayor intensidad. Tiró de los cabellos de Edward sin ser demasiado ruda, tironeando su labio en el acto.
- ¿Aún no recuerdas? - murmuró sobre los labios ajenos. Sus ojos puesto en los de él.
- ¿Y yo juego sucio? - Sienna soltó una pequeña carcajada antes de positar otro beso, esta vez más suave, en los labios de su esposo.
Si estaban tan bien, si se amaban tanto, entonces ¿por qué una simple mortal acabó con todo?
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Sienna (Edward Cullen)
Hayran KurguSienna no dudaba que él la hubiera amado y que una gran parte suya lo siguiera haciendo pero sabía...sabía...siempre supo, que en el fondo de los acaramelados ojos de Edward Anthony Masen Cullen existía un vacío que ella no era capaz de llenar.