Capítulo 8

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Jus: —¿Cuántos hijos te gustaría tener?— Preguntó.

Val: —No lo se aún —dije.

Juls: —Yo quiero tener 10 —dijo riendo.

Val: —Como ya te lo había dicho, cómo a ti no te dolerá por eso lo dices —ella si estaba loca tener 10 hijos, que cree que soy un conejo o algún animal que puede tener hijos de a montón sin dolor alguno, pero no era mala idea tener muchos hijos con la mujer que amo con todo el corazón.

Juls: —Tienes razón, para que veas que no soy mala solamente tendremos 9, 5 hombres y 4 mujeres, ¿Te parece? —Dijo ingenua.

Val: —¡Woao! Que considerada eres por eso te amo —conteste sarcástica— ¿Tú acaso quieres tener todo un kínder dentro de la casa? ¿o a caso quieres que me vuelva loca?

Juls: —Es sólo para mantenerte ocupada amor y además muero por ser madre, así que no quiero perder más tiempo en esta charla, hay que empezar a crear nuestro kínder. ¿Te parece? —Pregunto.

Val: —Magnifica propuesta, pero por ahora no puedo tengo que ir a visitar a mi madre que ya desde hace tiempo no la veo y tu deberías ir con la tuya que no les has ni hablado por teléfono —dije.

Juls: —Tienes razón tenemos tiempo que no convivimos en familia, pero ¿Qué te parece si primero vamos a ver a la tuya y luego vamos con la mía?.

She: —Esta bien, nada más deja y tomó mi bolso y nos vamos.

Subí rápidamente las escaleras entre a nuestra habitación y agarré mi bolso que estaba sobre la cama, aproveché para dar un rápido retoque a mi maquillaje, rocié delicadamente un poco de perfume sobre mí y me vi por última vez al espejo, baje nuevamente las escaleras y cerré la puerta principal de la casa, caminé por el jardín y llegué directo al auto subí en la parte delantera en el asiento del acompañante, dentro del auto ya se encontraba mi perfecta esposa esperándome para dar marcha a la casa de nuestras madres.

Me encontraba en el Living de la casa de mi madre platicando con ella mientras que Juliana se encontraba hablando por teléfono en el patio trasero de la casa.

Lucia: —¿Han pensado en tener hijos? —Preguntó mi madre.

Val: —Si lo hemos pensado—dije.

Lucia: —Y bien. ¿A que acuerdo han llegado tú y Juliana?.

Val: —La loca de tu Yerna quiere tener 9 Hijos. 5 hombres y 4 niñas —reí.

Lucia: —Me encantaría tener mi propio Kínder –Bromeó mi madre.

Val: —No es gracioso madre, como tú no los cuidarás en las noches, ¿acaso no recuerdas como era de llorona Eva de pequeña?.

Lucia: —Tienes razón, pero recuerda que no estás sola, estaré ahí para apoyarte en lo que necesites –dijo.

Solamente mostré una agradable sonrisa en mi rostro en modo de aceptación, estábamos de lo más cómodas platicando de cualquier tontera con mi madre hasta que Juliana se apareció.

Juls: —Y bueno bellas damas, de que hablaban en mi ausencia –dijo.

Lucia: —Platicábamos sobre el kínder que quieres tener y de cosas insignificantes –contestó mi madre.

Juls: —Verdad que sería grandioso tener nuestro propio kínder –dijo.

Lucia: —Si sería grandioso —dijo mi madre— Quiero tener muchos nietos.

Juls: —No sé preocupe que Val y yo se los daremos sin problema —dijo mi querida esposa.

Val: —Si hagan sus planes ustedes solas, como a ustedes no les dolerá en tenerlos y mucho menos en cuidarlos –dije haciéndome la víctima.

Lucia: —No seas dramática hija ya te he dicho que siempre estaré a tu lado apoyándote siempre que lo necesites.

Juls: —Si Val además siempre estaré yo ayudándote a cuidarlos y a protegerlos –dijo besando mi frente, acción que tomé como un gesto muy tierno de su parte, definitivamente ella seria una madre demasiado cariñosa y perfecta para nuestros hijos.

Val: —Bueno mucha charla por hoy madre, Juls y yo nos tenemos que ir, iremos a ver a mi suegra porque aquí Julianita no se ha tomado ni la mínima molestia de tomar el teléfono y marcarle a su madre –dije mirando a Juliana.

Nos despedimos de mi madre y nos marchamos a la casa de la madre de Juliana, en el camino íbamos platicando de cosas insignificantes, hasta que llegamos a la casa de mi suegra, Juliana como toda una dama nuevamente me ayudó a abajarme del auto, ella cerró el auto con llave y tomadas de la mano caminamos por el largo pasillo que nos dirigía a su antigua casa, tocamos al unísono la gran puerta de madera a la cual rápidamente fue atendida por Sofia la hermanita menor de ella.

Sofia: —¡JULIANA!–Grito de felicidad.

Juls: —Hola pequeña.. ¿cómo has estado?– le preguntó a su hermana mientras entrábamos al interior de la casa en dónde Lupita nos recibió con un gran abrazo.

Sofia: —Ahora que te veo mucho mejor –Dijo la pequeña, bueno ahora no tan pequeña.

Lucho: —Hola par de recién casadas– dijo quien provenía de la cocina.

Val: —Hola—saludé cortésmente con una sonrisa.

Lupita: —Pasen chicas, no se queden ahí paradas –dijo tomando asiento en uno de los muebles de el Living.

Yo pase al living junto con Lupita y juntas tomamos asiento, mientras Juliana se apartó por un momento de nosotras para formar plática con su hermano Lucho.

Narra Juliana

Valentina y yo Llegamos a la casa de mi madre en donde Sofia me recibió como era de esperarse con mucha alegría y entusiasmo como siempre, mi hermano Lucho nos saludó yo no respondí a su saludo, ya que desde que vio a Valentina entrar a la casa nuevamente la quedó viendo de una forma no muy agradable para mí.

Valentina y mí madre fueron juntas a platicar así que decidí hablar de una vez por todas con mi Hermano Lucho para dejar en claro que de ahora en adelante debería respetar a Valentina ya qué ahora era mi esposa y parte de nuestra familia.

Me Casé Con Mí.. ¿NiÑERA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora