Capítulo 9

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Lucho: —¿Que rayos te pasa ahora Juliana?– preguntó.

Juls: —me pasa que tú y tú maldito comportamiento me traen harta–respondí enojada.

Lucho: —¿De qué me estás hablando?.

Juls: —Por favor Lucho no te hagas del que no sabe que está pasando que tú y yo bien sabemos que es lo que sucede –respondió.

Guille: —Ustedes jamás se pondrán llevar bien –dijo interrumpiendo nuestra conversación de gritos.

Juls: —Guille no quiero ser grosera también contigo, así que hazme el favor de no meterte en lo que no te importa –dijo que se le notaba que otra cosa más que dijeran sus hermanos y explotaría.

Guille: — A ver Juliana tranquilízate y hablemos con tranquilidad –dijo.

Juls: —Lo que pasa es que aquí el imbécil de mi lado –señalando a Lucho— de nuevo coquetea y anda de pervertido con mi esposa –dijo.

Lucho: —Por favor Juliana no me vengas con esos cuentos ahora– dijo —Y tú no eres nadie más que mi hermana como para andarme diciendo imbécil y sí lo seré no más que tú –dijo enojado.

Juls: —No vengo con cuentos y no seas infantil, tú y yo sabemos que lo que te digo es verdad –respondió.

Lucho: —Ok no me andaré con cuentos y si tienes mucha razón, coqueteo con tú mujer ¿y qué?, además de hecho he tenido fantasías sexuales con ella, estás conforme o quieres que te de detalles de cómo le hago el amor en mi mente a Valentina– dijo con la mayor naturalidad el mundo como que si lo que dijo fuera un gran orgullo para el mundo.

Juliana sentía como la sangre le hervía dentro de su cuerpo y como recorrían sus venas, en ese instante por instinto, le pego a Lucho tirándolo al piso en dónde lo comenzó Patear en la parte baja del estómago, inmediatamente Guille detuvo a Juliana antes de que esto llegara a tener consecuencias mas graves.

Lucho: —Ya Juliana para –Dijo suplicando desde el suelo.

Juls: —Eres un infeliz sabes, si no fueras mi hermano juro que te mataría –dijo.

Guille: —Por favor Tranquilícense, no pueden estar haciendo estas escenas todo el tiempo –dijo, el siempre había sido el más pacífico de los 3 mientras que nosotros 2 éramos como los gallitos de pelea.

Juls: —No me pidas cosas imposibles Guille, tú acabas de ver y escuchar lo que este estúpido sin vergüenza acaba de decir en mis narices, y aún así me pides que me tranquilice, ponte en mi lugar por un momento y deja de defender a Lucho– dijo irritada.

Guille: —Yo no defiendo a nadie y lo sabes, tienes razón, Lucho no tuvo que haber dicho esas semejantes estupideces nunca y menos frente a ti— dijo.

Lucho: —¿Y qué? ¿ahora los 2 se vendrán contra mí?–Preguntó, quien secaba la sangre de su boca con una toalla.

Juls: —Lucho Cállate, si no quieres terminar en el hospital por una hemorragia por el golpe que te daré –dijo.

Lucho: —Hey deja de hablar y hazlo, demuéstrame que tan mujercita eres, haber atrévete a golpearme –dijo retando a Juliana.

Juls: —No me retes Lucho que tú bien sabes que se me puede olvidar que eres mi hermano – contestó.

Guille: —Aquí no se trata de golpes ni de retos –dijo— Esta situación debe acabar de una vez por todas en este momento.

Juls: —Estoy de acuerdo– dijo —Lucho te vuelves a acercar demasiado a Valentina con malas intenciones y te juro por lo que más que quiero en esta vida, que me olv5idare que llevas mí sangre y te golpeare hasta que supliques por tú vida –Dijo dándose media vuelta para ir a donde Valentina y su madre platicaban .

Lucho y Guille quedaron perplejos ante el comportamiento de Juliana, ella nunca actuaba así y menos por una chica, pero era más que claro que Juliana amaba demasiado a su esposa y no dejaría que nada ni nadie abusara de ella.

Narra Valentina

Lupita y yo estábamos de lo mas cómodas platicando en el Living de su casa, Juliana y sus hermanos se fueron a platicar a la cocina solamente se escuchaban murmullos cosa que no era muy conveniente para mí ya que no entendía nada de lo que ellos decían, no era por ser chismosa ni nada de eso, sino que cuando Juliana se fue no se miraba nada contenta se miraba un poco enfadada y temía que hiciera alguna estupidez, de repente Juliana llegó a dónde su madre y yo nos encontrábamos para luego decirme con una cara no muy amigable que nos marchábamos, quise pedirle explicación alguna pero ella no me la dio, me estaba preocupando así que no pregunte nada más y me despedí de Lupita quien al igual que yo no entendíamos para nada la situación un poco incómoda que estábamos presenciando, quedé con mi suegra de hablar luego para arreglar algunos asuntos.

Estábamos ya montadas en el auto, ella no emitió palabra alguna en el camino hacía nuestra casa, cuando llegamos salió un poco apresurada y tiró la puerta del coche con mucha fuerza como si la puerta tuviera la culpa de sus problemas, yo no tardé para que también bajara del auto y entrara junto a ella a la casa, Juliana se recostó en el mueble de el Living en dónde prendió la TV y cambiaba de canales.

Val: —¿Me puedes decir que te pasa?—dije yo, Juliana me ignoró como si no existiera otro ser en el mundo más que ella.

Val: —Deja de ignorarme como si yo no existiera –dije ya molesta.

Juls: —¡¿QUE QUIERES?! –dijo gritándome.

Val: —No me grites, que no tengo la culpa de tus malditos problemas –le dije, dándome media vuelta y marchándome hacía la habitación que se encontraba en la parte de arriba de nuestra casa.

Yo que culpa tengo de los malditos problemas que tenga ella, ya me estaba hartando así que no quise discutir más y me marché a mi habitación, con la esperanza si quiera que Juliana se disculpara conmigo por su mal comportamiento, pero nada nunca llegó, estuve en la habitación todo el resto del día me quedé dormida en la habitación con la ropa puesta.

Me Casé Con Mí.. ¿NiÑERA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora