Capítulo 19

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Narra Juliana

Mi madre se adelantó mientras yo conseguía un buen lugar en donde aparcar el automóvil, por fin conseguí uno perfecto. Salí de el y active la alarma, estaba ya dentro del súper mercado y buscaba con la mirada a mi madre pero no la encontraba decidí buscarla pasillo por pasillo, pero no había ni rastro de ella, estaba por darme por vencida y esperar en la caja, pero hubo una persona que me llamó la atención , delgada, tés blanca y el pelo lacio y marrón, no podía ser la persona que me imaginaba, pero creo que si lo era.

Juls: —¿Carolina? –Pregunté con asombro.

Caro: —Juliana– exclamó ella —tanto tiempo sin verte ¿Cómo te ha ido?.

Juls: —Pues no muy bien que digamos—.

Caro: —¿Y eso? ¿y por cierto dónde está esa muchachita por la cual me cambiaste? –preguntó ella.

Juls: —Yo no te cambié Carolina—dije.

Caro: —A ¿no? –preguntó —¿entonces como se llama a lo que me hiciste?—.

Juls: —Fue por amor no fue un objeto y mucho menos un intercambio –respondí.

Caro: —¿Bueno y entonces dónde está tú “amor”?—preguntó haciendo comilla con sus dedos a la palabra amor.

Yo no respondí y creo que con mi silencio fue muy obvio que Carolina adivino rápido lo que había sucedido.

Caro: —No me digas que tan poco les duro el amor –dijo ella en tono de burla—Ya lo veía venir –.

Juls: —No es como parece Carolina –exclamó.

Caro: —¿A no? Entonces explícame estoy confundida --dijo—ya sé solamente te utilizó y después se largo con esa amiguita del que jamás se despegaba, ya sabía que ella era un Zorra— dijo orgullosa.

Juls: —No te permito que le digas así, tú ni siquiera la conoces como para andar criticándola y levantándole falsos que no son—dije molesta.

Caro: —No me hace falta conocerla, se le nota desde lejos que es una Zorra, ya lo dije –exclamó.

Juls: —Sabes, yo venía a saludarte o a poder platicar contigo –le dije—pero veo que pierdo solamente mi tiempo al tratar de hablar contigo, veo que no has cambiado en nada y sigues siendo la misma persona de siempre, a veces me pregunto cómo pude salir y enamorarme de una persona tan fría como tú y mira que no llegó a nada pero de lo que sí estoy segura es que me arrepiento.

Caro: —Gracias Juliana y también fue un placer mío ver que has caído como estúpida ante mí y que mal que sólo recuerdes los malos momentos conmigo, que acaso no recuerdas las veces que me entregué en cuerpo y alma contigo, la veces que estuviste dentro de mí, las veces que gritabas y gemías de placer, pero claro eso no lo recuerdas.

Estaba a punto de responderle pero justo en ese momento mi mamá nos interrumpió.

Lupita: —Carolina, cuánto tiempo –dijo mi madre.

Caro: —Señora Lupita, que gusto verla de nuevo—.

Lupita: —El gusto es mío querida y por favor hablame de tú, me harías un gran favor –respondió mi madre.

Juls: —Bueno mamá, ¿Ya has comprado todo lo necesario?—preguntó.

Lupita: —Claro, ya tengo todo para mañana –me respondió.

Juls: —Entonces vámonos—Hale a mí mamá, mientras mas lejos de Carolina estuviéramos era mucho mejor pero a mí mamá como siempre se le ocurrió una grandiosa idea.

Lupita: —Carolina querida, te gustaría ir a casa a cenar y así aprovechamos la ocasión para poder recompensar todos estos años perdidos –le dijo mi madre.

Quería morir en ese momento y salir corriendo de ahí, lo que menos quería era estar cerca de Carolina y mas en estos momentos, suplicaba porque dijera que no.

Caro: —Claro me encantaría –dijo caminando hacia nosotras.

Pero obvio que esperaba, era más que obvio que ella aceptaría con gusto, es esos momentos estaba como de que “Trágame tierra” quería decirle a Carolina que no nos acompañara pero sería muy descortés de mi parte, así que sólo traté de calmarme.

Lupita: —Juliana, hazme el favor de ir a traerme un carrito, que las cosas están pesadas y aún hay que hacer una gran fila para pagar todo esto –dijo ella señalando las cosas que llevaba en sus manos.

Juls: —Claro –contesté con una sonrisa finjidisima en mi rostro.

Caro: —Valdés te acompaño –preguntó inocente Carolina.

Al pronunciar Valdés, un escalofrió recorrió mi cuerpo, recordé a Valentina ella solía llamarme así antes, una sonrisa estúpida se formó en mi rostro.

Caro: —Si hubiese sabido antes que con decirte "Valdés" me sonreirías, desde cuando te hubiese llamado así –dijo Carolina acercándose a mí provocativamente .

Juls: —Ya quisieras que fuera por ti esta sonrisa –dije—si quieres acompáñame me da igual estar contigo o no –dije fría.

Lupita: — Juliana– exclamó mi madre—que es ese comportamiento.

Yo no le hice caso, y me dirigí a traer un carrito para las compras, Carolina venía de tras de mí como era de esperarse.

Caro: —Me amas aún lo sé —dijo —sé que aún no me has olvidado—.

Juls: —Créeme te he olvidado desde hace tiempo—contesté.

Caro: —No mientas— dijo poniendo su brazo al rededor de mi cuello—sé que aún me deseas como yo a ti.

Juls: —Estás demasiado equivocada, lo que yo siento por ti es repugnancia y asco –le respondí a Carolina.

Me di me día vuelta para tomar uno de los carritos tenía puesta mi mano en una de ellos cuando Carolina voltea mi cuello y me planta un beso en mis labios, no sé porque no hice nada pero estúpidamente le seguí su jueguito, encendió en mi la llama que se había extinguido hacía ella hace ya varios años, estaba tan concentrada, cuando una voz muy conocida me saco de mis pensamientos.

—Disculpa, podrías quitar tú mano, necesito tomar un carrito—dijo ella con la cabeza baja y claramente se le notaba que estaba llorando……..

Me Casé Con Mí.. ¿NiÑERA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora