Capítulo 23

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Narra Valentina

Íbamos sin rumbo por la ciudad y yo iba demasiado pensativa, pensaba en miles de cosas y una de esas era el cómo me pude acostar con Andrés, quedé como toda una perra al hacer eso, pero estaba confundida no sé porque lo hice, a lo mejor por venganza y coraje o porque de verdad quería hacerlo, también recordé aquella frase que me había confundido aún más, aquel “te amo” que soltó Andrés con su último orgasmo de aquella noche, tenía que hablar con él y aclarar que lo que paso aquella noche sólo fue una total locura y un momento de calentura que jamás debió ocurrir, lo que me preocupaba era como reaccionaria él, yo sabía que le gustaba, pero pensé que todo eso ya había quedado claro entre nosotros 2 hace ya bastante tiempo.

Pero también estoy preocupada por Juliana, no sé que piensa de está situación, aunque me dejó en claro que no le importaba yo sé que si le importa y así no lo quiera debo hablar con ella es mi esposa y no quiero perderla por culpa de un maldito error mío que no debió pasar.

Juls: —¿En que piensas?—las cálidas palabras de Juliana, me sacaron del trance en el que me encontraba.

Val: —En cosas sin importancias—mentí.

Juls: —He estado pensando las cosas sobre tú problema –dijo, sus palabras me dejaron fría y yo solo la miré.

Val: —¿Que tiene eso?—contesté.

Juls: —Tenemos que buscar más respuestas, no conformarnos con una sola, he estado pensando en llevarte a Europa y buscar nuevas respuestas algo tenemos que encontrar y así nos sirve de unas vacaciones también. ¿Qué opinas? –dijo aparcando el carro en frente a un lujoso restaurante.

Val: —¿Que hacemos aquí?–dije mirando el restaurante.

Juls: —Tenemos que celebrar que volvemos a estar juntas de nuevo –solo le regalé un cálido beso.

Val: —Te amo Juls– dije.

Juls: —Y yo a ti princesa— Ambas bajamos, el portero nos abrió la puerta de cristal, entramos y nos dirigimos a la recepción.

Señor: —Buenas Tardes— dijo amablemente el señor de ya avanzada edad —¿Tienen reservación?–preguntó.

Juls: —Claro— contestó, me sorprendió que la tuviera, esto seguro y estaba planeado, pero como sabía ella que esto pasaría.

Señor: —¿A nombre de quien?– preguntó.

Juls: —Juliana Valdés–dijo su nombre orgullosa, la verdad un nombre hermoso.

Señor: —Acompáñenme por aquí Señoras Valdés– dijo aquel hombre con mucha cortesías.

Yo sólo me sonroje, al escuchar a que “señoras Valdés", en verdad me encantaba que me llamaran así. Juliana como todo buen Dama que es, habría la silla para que yo me sentara, después el señor de la recepción llamo a uno de sus mesero el cual nos dio las cartas para elegir.

Juls: —Con que señora Valdés–dijo en tono de broma, yo solamente me sonroje ante su comentario—me encanta como se sonroja mi Señora Valdés–volvió a repetir.

Val: —Chistosa–dije—Me encanta cuando me dicen Señora Valdés—.

Juls: —Y a mí me encanta como suena –contestó.

Val: —¿Y se podría saber, como obtuviste la reservación y sobre todo que dijera que si a todo lo anterior?—pregunté curiosa.

Juls: —No lo sabía, pero era mejor prevenir que lamentar ¿no lo crees?—.

Mesero: —¿les puedo ofrecer algo para tomar? –preguntó el mesero—.

Juls: —Claro tráiganos una botella de su mejor vino –contestó. El mesero se marcho y nosotras seguimos centrados en nuestra plática.

Juls: —¿Y qué opinas sobre lo que te comente en el auto?–preguntó.

Val: —Me parece una maravillosa idea—respondí —Pero Juls que tal y si no encontramos una solución, todo esto sería una pérdida en lo absoluto –contesté.

Juls: —No hay que perder las esperanzas y si todo esto que haremos no nos da una solución, no habrá ningún problema, porque sabremos que lo intentamos y nunca nos rendimos –acaricio suavemente una de mis mejillas……

Me Casé Con Mí.. ¿NiÑERA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora