7

20.7K 2.4K 426
                                    

—tienes que ir a ver a alguien que pueda ayudarte.

Estoy en el hospital. Tuvieron que traerme aquí, porque luego de mi ataque de pánico, no podía dejar de temblar. Así que me durmieron.

Tyron y Sandra están en la habitación.

María se fue de la residencia.

—Killian— Tyron me saca de la neblina que son mis pensamientos— tenemos que buscar ayuda— asiento, desganado— el doctor dijo que ya podemos ir a casa.

¿Casa? Quiero reírme. Yo no tengo una casa.

—iré a buscarte algo para comer— Sandra se va de la habitación y cuando ella no está, Tyron me increpa.

—¿Qué fue lo que pasó, Killian? María no nos quiso decir nada.

—me besó— murmuro, frotando mi rostro— yo... reaccioné mal.

—ella dejó la residencia.

—lo sé, me dijo que iba a hacerlo— no puedo dejar de ver la vía intravenosa con suero— quería despedirse y me besó.

—¿Qué te hicieron, Killian?

Tardo en responder, porque ni yo termino de descifrarlo.

—me hicieron daño, mucho daño. Me rompieron, Ty.

Tyron pone su mano sobre la mía.

—tenemos que conseguirte ayuda.

Apretando los labios, muevo mi cabeza.

—volveré a hacer terapia— digo— lo prometo.

—te has hecho fama de cumplir tus promesas, gigantón— él suelta un suspiro— no rompas esa racha ahora, por favor.

Él también deja la habitación y me quedo solo.

Al dejar el hospital, camino durante casi tres horas, perdido. Nunca tengo un rumbo fijo, ni una ruta que sigo, siempre vago.

Cuando regreso a la residencia, casi a las once de la noche, Tyron, Sandra y Linda están en la cocina común.

—te estabamos esperando— me dice Sandra.

—¿Para qué? — dejo mis llaves en la mesa y los miro.

—queremos saber cómo estás— acota Linda— yo... sé que no soy tu amiga, pero me importas.

—estoy bien.

—tuviste un ataque de pánico— dice Tyron— eso nos dice que no estás bien.

Me dejo caer en una de las sillas y paso mi mirada por los tres pares de ojos que me miran, como si fuera un extraterrestre.

—solo tuve pánico.

—un ataque— insiste el tatuador.

—Killian, somos como tu familia, personas que te quieren y quieren verte bien—insiste Sandra.

Entonces, un enojo que en el fondo, sé que no es con ellos, sino con personas que no están aquí, sale a flote.

—ustedes no son mi familia— escupo, sin poder controlar mis palabras, ni la emoción de mierda en ellas— ¡Ni siquiera entiendo por qué se preocupan!

Luego, me encierro.

Por un tiempo, las cosas en la residencia son muy tensas y dos meses después, Linda se va. Poco a poco, parece que adquiero la habilidad de repeler personas.

—si no empiezas a buscar ayuda, Killian Hasbún — Sandra me amenaza un día — te prometo que voy a a tatuarte la palabra "idiota" en la frente, por idiota.

Detrás de cámara | Fuera del set #1.5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora