Volver a nacer

Capítulo IX

-¿No te parece que es un cambio muy radical este que estás haciendo? Es decir, que de lo empresaria diva pasasaste a hippie rastafari.

-Ninguna de las dos Ale, si eres tonto solo me gusta la playa y ya, no veo problema con eso realmente.

-¿Los ayudo en algo? - Dice Ethan cuando entra a mi oficina.

-Llegaste rápido... - digo impresionada. - en fin, eso no importa, el punto es que quería que conocieras a alguien, -lo acerco a mi hermano- Ethan, él es Alejandro, mi hermano. Ale, él es mi novio Ethan.

Mientras se saludan mi hermano me ve con una mirada amenazadora de esas que te dicen "por qué no me dijiste que salías con alguien, quién es el, espero que no te haya puesto un dedo encima".

-Bueno Ale ya casi es hora de almorzar, si quieres bajas para que organices lo de esta tarde, recuerda que quiero eso terminado mañana. -Lo miro como si lo quisiera matar si no lo hace.

-Está bien jefa, como usted mande - dice en tono burlón y me da risa.

-Termina de irte, en tiempo corre.

-Eres un poco dura con tus empleados - Dice Ethan cuando Alejandro se va.

-No es eso, yo los quiero a todos y les doy sus libertades y además, recompensas si hacen las cosas bien, pero para eso necesito ser por un lado como una dictadora, por decirlo así, la verdad no sé cómo llamarlo, el punto es que hay un equilibrio donde soy una jefa gruñona al principio pero cuando veo buenos resultados, esa jefa gruñona desaparece y llega una muy amable y los premia.

-Me encanta como eres - dice con un brillo en los ojos.

-Y tú me encantas a mí - le doy un pequeño beso en los labios - Pero ahora ayúdame, necesito terminar esto.

-Como ordene jefa -dice fingiendo seriedad -pero una pregunta, ¿Por qué cambias la decoración?

-Porque en la playa es donde ocurren mis mejores momentos.

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Por fin terminamos, mi oficina quedó muy bonita, todo tiene un aire muy playero, aunque terminé más tarde del almuerzo, creo que ya me debo ir, son las dos y volver para una hora no me apetece.

-Pau, ¿quieres ir a almorzar conmigo?

-Bueno, tengo que pensarlo - digo fingiendo seriedad y hago una pausa pensativa de tres segundos aproximadamente - obvio que si Ethan - lo abrazo. -Pero dame un momento, necesito dejarle las llaves de mi carro a Nao ya que no volveré.

Luego de dejarle las llaves a Naomi, nos dirigimos directamente a CreppeHouse, eso no me trae muy buenos recuerdos... Pero es mejor olvidarlo todo y seguir adelante.

Es increíble, sabe lo que me gusta.

La comida estaba muy sabrosa, terminamos de comer y eran las 4:10 pm, pasamos mucho rato hablando, el tiempo con él siempre se me pasará muy rápido, creo que deja de ser solo un "me gustas" y empiezo a quererlo.

-¿Princesa te quedarías a dormir conmigo en mi casa?

¿Qué?, ¿dormir?, bueno na última vez solo dormimos así que no creo que pasemos de ahí si no quiero, la última vez me rompieron el corazón y la verdad no quiero que pase lo mismo.

-Eh, ¿por qué esa cara princesa?

Oh dios...

-Es que... No lo sé.

-Tranquila, recuerda lo que te dije, no haré nada que no quieras -me besa la frente.

Eso me tranquiliza un poco, adoro que sea tan tierno y caballero conmigo, me encanta.

-¿Entonces qué dices princesa?, míralo como si fuera una pijamada, ¿qué te parece?, prometo que te divertirás.

Cómo negarme si es tan tierno.

-Bueno, pero antes pasamos por mi casa para buscar algunas cosas.

-Está bien princesa.

______

-¿Quieres pizza?- preguntó Ethan cuando llegamos a su casa.

-Oh si, ve pidiéndola mientras voy a cambiarme, por cierto ¿dónde está el baño?

-Bien ya la pido, es la primera puerta que está en el pasillo.

Amo su casa, jamás pensé que iría más allá de su sala y cocina, tiene una decoración muy bonita.

Su baño es muy grande pueden entrar unas 20 personas, tiene un jacuzzi para 4. Con respecto a mi pijama, tengo una camisa blanca ajustada y un short de piel de peluche corto de animal print.

Arreglo mi cabello en un moño y salgo.

-Jamás dejarás de sorprenderme, como sea que te encuentres te ves hermosa. -Dice Ethan cuando me ve salir.

-Gracias - digo sonrojada... Muy sonrojada.

-Estás rojita - dice riéndose.

-Oye, déjame - digo haciendo pucheros.

-No puedo, me encanta verte así - en ese momento se acerca a mí y empieza a hacerme cosquillas.

Muero, no paro de reír, hace muchos años que nadie me hacía cosquillas, se siente extraño pero tan bien.

-Para -Digo entre risas- me vas a matar -no podré para de reírme

Siguió haciéndome cosquillas hasta que en un momento caímos en el mueble y el sobre mí, se detuvo y comenzó a besarme, sentía como nuestros labios bailaban de forma sincronizada como un vals lento o un tango muy sensual.

No quiero que acabe nunca, vivo un sueño... ¡¿Qué?!, ¿quién toca el timbre?, que molesto es esto...

-Que tierna te ves haciendo pucheros, pero lamento informarle señorita que llegó la pizza.

Oh lo había olvidado... La pizza que tonta ya me había puesto celosa.

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Hola amigos, bienvenidos, gracias por leer esta parte.

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