Capítulo XXIII

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No puedo creer que aún así haya venido, quién se cree, después de todo lo que hizo aún sigue aquí, como lo odio.

-Pau, ¿qué quería? – dice Alejandro cuando entra a la habitación.

-Nada, solo poder ver a su hija y cómo resolvía su problema.

-Supongo que le dijiste que no la podía ver, ¿cierto?, ¿y le dijiste cómo?

-No Alejandro, obvio que puede verla, es su padre, no lo quitaré el derecho a mi hija de conocerlo y sí, le dije como resolverlo porque ya había sufrido mucho.

-Bueno… ¿y no te hizo daño?

-No, me pidió disculpas además por lo que hizo y no se las acepté.

-Al menos algo que me alegra.

Lo miro con mala cara, sé que lo odia mucho, pero ya debe superarlo, por más que no quiera tenemos una conexión entre nosotros y es Phoebe. Tengo que aprender a vivir con eso y más que por que así no quiera lo veré de vez en cuando, cuando tenga que visitarla.

______

-Bienvenida a casa Phoebe, desde hoy vivirás aquí con Almendra y conmigo, y bueno, de vez en cuando con tu tío Alejandro y tu abuelita.

Camino con ella por toda la casa, es tan bonita, solo duerme y ya, es tan tierna.

Tocan timbre. No sé quién más vendría, ya los vi a todos en la clínica, para qué me buscarán. Cuando abro la puerta es Ethan, esto simplemente es increíble.

-¿Qué haces aquí? – le pregunto.

-Bueno como ves ya es miércoles y vine a ver a mi hija, ¿puedo pasar?.

-No creí que te lo tomaras en serio, ya hoy en día se me hace muy pero muy difícil creer en tu palabra, pero ya veo que por primera vez cumpliste, o al menos lo hiciste bien.

-Ok, ese fue un golpe bajo, pero como te dije vengo a ver a mi hija, no a discutir contigo.

-Bien pero donde pueda vigilarlos, no quiero que le hagas daño, ya que eres un experto en eso.

-No le haré daño, lo prometo.

-Me parece que eso ya lo he escuchado.

-¿Puedo?

-Ok, pero ahí en el mueble. – le paso a la niña con mucho cuidado.

-Por favor no la despiertes.

Los dejo un rato solos pero desde donde puedo verlo, no creía que también se enamoraría de ella, la carga y la ve con tanta conmoción, creo que los dejaré solos un momento mientras me preparo un poco de café, presiento que esta noche será dura.

A mitad de mi café Phoebe empieza a llorar, voy corriendo hacia donde están.

-¿Qué le hiciste?

-Nada, se despertó y simplemente empezó a llorar, creo que tiene hambre o algo así.

-Umm… bueno ya te puedes ir, yo le daré de comer. Ahí está la puerta.

-No me iré, es mi hija y hoy es mi día no esperé estos dos días por nada, quiero estar todo el día con ella, prometo cuidarla bien aquí en tu casa, si quieres puedes ir a descansar.

Que difícil es, pero tiene razón, hoy es su día, debo acostumbrarme a esto.

-Está bien, solo dame un momento para alimentarla.

-Pero puedes quedarte, ya te he visto así ¿no?

Lo veo con esa mirada que mata

-Ok perdón, te doy tu tiempo – responde ante mi mirada de odio.

Jamás pensé que alimentaría a una criatura y menos que esta experiencia sería tan hermosa, amo tanto a mi pequeña princesa.

Cuando termino voy donde Ethan y me siento a su lado.

-¿Sabes lo que tienes que hacer luego de alimentarla? – le pregunto.

-Nop. – dice de una forma tan tierna, se nota que hay mucha emoción en su voz.

-Y así quieres que te la deje todo el día, en fin necesitas un pañito y ponértelo en el hombro.

-¿Para qué?

-Solo hazlo y ya Ethan por dios, te estoy enseñando.

Se pone el pañito en el hombro.

-Ok listo, ¿ahora qué?

Le paso a Phoebe y la acomodo para que su cabecita quede en el hombro de Ethan.

-Bien, ahora tienes que sacarle los gases, para eso dale palmaditas en la espalda con mucho cuidado.

Lo hace y en un momento Phoebe vomita en poco en el pañito.

-Oh, ya sé para qué era lo del pañito, es tan tierna.

-No te lo dije porque pensé que luego no lo harías.

-No me importa si vomita todo lo que quiera sobre mí.

Sé que será un buen padre, lástima que sea tan mal hombre y novio.

-Bien ya que sabes te vuelvo a dejar con ella a solas para que tengas tiempo padre-hija.

-No te vayas - me dice cuando me estoy parando.

-¿Qué quieres?

-¿Qué hago si vuelve a llorar?

-Bien, trataré de dormir un poco en el mueble que tienes atrás, – lo señalo – si llora vas y me despiertas y yo te digo que hacer, para que no llore por ahora, juega con ella, mésela, cántale y/o háblale lindo.

-Bueno… lo haré.

Me voy a dormir en el mueble, ciertamente esta ayuda es un gran apoyo ya que no había dormido casi en la clínica, entre las personas que iban y la bebé que lloraba en la noche, era todo muy difícil.

-Pau, princesa, despierta Pau – me susurra Ethan tratando de despertarme.

-Dime.

-Ya es de noche, debo irme te dejo a Phoebe, espero que hayas descansado mucho. Chao, -se despide de mí - adiós cariño, nos vemos en dos días te voy a extrañar mucho. – le da un beso en la frente a Phoebe y se va.

Cargo a mi pequeña a mi habitación, ya le había comprado una cunita mecedora para que pudiera dormir mejor y cerca de mi cama.

-Bueno princesita, este será tu cuarto temporal, dormirás con mami un tiempo más. Te amo hija, tal vez aún no entiendas lo que te digo, pero eres lo mejor que me ha pasado, le has dado un cambio a mi vida, gracias por estar hoy aquí. – le beso la frente y la pongo con mucho cuidado en su cunita para que siga durmiendo.

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