Vecinos Inefables

No Cita

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El día nuevamente estaba nublado, pero al menos se colaba algo de sol entre las nubes y no hacía tanto frío. Aziraphale conversaba con su recién adquirido celular con Anathema, su vieja amiga y le contó todo acerca de su nuevo vecino y lo bien que se había portado desde que se mudo a esa zona.

-Ay Zira, yo no se si te haces o eres, pero ¿Enserio no te das cuenta de que le gustas?- Dijo la joven a través del teléfono.

-¿Porque todos me dicen eso?- Contesto exasperado.

-No me digas que hasta Michel se dio cuenta.- Se rió.

-Pues....-

-Zira, enserio ¿Realmente crees que eres feliz al lado de Gabriel?- Le pregunto, esta vez un poco mas seria.-Eres un hombre muy especial, mereces a alguien que te valore y te cuide.-

-Gabriel me valora.- Se defendió.

-¿Solo cuando haces el trabajo exactamente como el quiere o todo el tiempo?- Ante esto, Zira guardo silencio, cosa que Anathema tomo como respuesta.- ¿Vez? Amigo, date cuenta.-

-¿Que tu y Michel se ponen de acuerdo?-

-¡Por algo te decimos las mismas cosas, tonto!- Le reclamo.- En fin, debo irme, Newton y yo saldremos a comer, a propósito ¿No tenías una cita con ese tal Corwley?-

-¡Que no es una cita!-

-Si... sigue repitiéndolo hasta que te lo creas. Enserio Zira, piensa bien las cosas, juraría que ese Crowley es tu novio por la manera en la que me cuentas de él, ni cuando me hablas de Gabriel se te oye tan entusiasmado. En fin, te hablo otro día, haber cuando quedamos para un café o una salida. Nos vemos.- Dicho esto, colgó, antes de darle oportunidad a su amigo de despedirse también.

"¿Ahora porque a todo mundo le dio por emparejarme con Crowley? Ni si quiera se si a el le atraen los hombre y probablemente solo este siendo amable."

Se dispuso a arreglarse para su cita, que no era cita, después de bañarse se vistió con una camiseta de botones azul cielo, pantalones beige y zapato de vestir. Se puso un poco de colonia y se miro al espejo, pensando en las palabras de su amiga. Pero de igual manera, aunque no estuviera en una relación, no conocía a Crowley de tanto tiempo y viceversa, ¿No irían demasiado rápido? Por otro lado, actuaban como si ya se conocieran desde bastante tiempo. Y sobre todo; el asunto de Gabriel tampoco le dejaba en paz, era como una especie de Pepe Grillo que le taladraba la cabeza. ¿Porque estaba con el en primer lugar? Bueno, el le había salvado de quedar en la calle y además, había compartido con el su primer beso. Eso era suficiente, ¿Cierto?

De tanto pensar vio la hora y notó que ya casi era hora de su "cita", lo gracioso fue que al salir de su casa, Crowley iba sacando apenas su Bentley de la cochera. No pudo evitar reír, pues había olvidado por un segundo que vivía al lado suyo. Noto como el también se reía, al parecer por la misma razón.

-¿Te llevo ángel?- Le dijo a modo de broma. Sin dar una respuesta, se subió al auto, después de todo iban hacia donde mismo y no tenía sentido que el tomara el trasporte público y verse allá.

-Aveces olvido que estas a unos pasos de mi casa.- Se río el rubio.

-Soy inevitable.- Le dijo el demonio con sarcasmo.

Tardaron aproximadamente treinta minutos en llegar al Ritz, puesto que como siempre, Crowley manejaba como un psicópata, o al menos así lo describía Aziraphale, quien no dejaba de repetirle que viera al frente o cuando un semáforo estaba en rojo.