Junto a Ti

6.7K 745 612
                                    


≪• ───── ✷ ───── •≫

Todo era blanco, todo era luz, tan puro, pero a la vez tan cegador. No había nada, ni paredes ni piso, no techo y tampoco parecía cielo. Recordaba haber sentido un dolor de los mil demonios en su pecho, a Crowley abrazándolo, luego la oscura nada. ¡Crowley! Debía estar preocupado, aún recordaba con detalle la mirada desgarradora en sus ojos, tenía que ir con el y decirle que estaba bien.

Un momento ¿Bien? Se reviso su pecho, notando que portaba un traje de camiseta y pants completamente blancos, no había rastro de sangre ni nada de dolor que indicara la presencia de una herida ahí.

"¿Dónde estoy? ¿Qué es este lugar?"

-¡Crowley!- Busco con desesperación a su amado, aunque ese sitio parecía no tener inicio o fin, estaba preocupado por el.

-Aziraphale.- Escucho a sus espaldas una voz. Era de un hombre de piel pálida, cabello rubio, casi del mismo tono que el, solo que sus rizos eran más largos y más alborotados, portaba una túnica blanca con una toga azul cielo encima.- Has sido muy valiente, creo que es momento de regresar.-

-Espera ¿Tu quien eres?-

-Alguien que ama y desea ser amado.-Respondió una voz tras el, pero era femenina, de bellos rizos dorados, ojos azules y un pomposo vestido que le recordaba a la película de María Antonieta.- Todos merecemos un final feliz ¿Cierto?- Le sonrió la joven, de una manera que trasmitía ternura.

No se dio cuenta que el chico con la toga había desaparecido hasta cuando volvió a voltear hacia donde estaba, al igual que la joven, cuando iba a preguntar a que se refería. Asustado y confundido, volvió a caminar desesperado y el hecho de que todo siguiera blanco no le ayudaba en nada.

-Lo mejor sera que vayas en esa dirección.- Le señalo un hombre vestido con ropa modesta de lina, como un campesino de otra época, tenía unos prominentes dientes y patillas que llegaban a sus mejillas, al igual que los individuos anteriores, también tenía un cabello rizado, rubio platinado y ojos azules, excepto que su piel era un poco mas curtida.

-Yo... no se, aquí todo se ve igual ¿Como esta tan seguro?- Pregunto desconfiado Aziraphale, ya que todas las direcciones se verían exactamente igual.

-Tu confía muchacho. Si no deseas arrepentirte, has lo que te digo.- No parecía ser una amenaza, al contrario, tenía un tono suave y una sonrisa amable que le trasmitieron confianza.

Hizo caso al hombre, siguiendo la dirección en la que señalaba su dedo y como lo esperaba, cuando se dio la vuelta, ya no estaba.

"Esto se pone cada vez más extraño."

Pronto sintió un cambio significativo, una calidez, como una suave brisa de verano, además de notar una luz en el horizonte (por fin veía una especie de horizonte después de vagar por la nada), siendo una mezcla amarillosa y de tonos cremosos, como un bello amanecer.

-Sigue aquel camino y enconarás lo que buscas.... todos lo haremos.- A su lado apareció un joven de no mas de veinticuatro años, también compartía los mismos rasgos distintivos de las anteriores apariciones; cabello rubio, ojos azules, piel pálida.

Este portaba una bata de médico y unos pantalones que para nada estarían de moda en estos tiempos y botas de soldado. Le sonrió de manera tranquila.

-¿Tu también buscas algo?- Se atrevió a preguntar antes de seguir o que este desapareciera.

-Todos lo hacemos, pero estamos a punto de encontrarlo, anda, ve ¡No pierdas tiempo!- Casi sonaba una orden, que no se atrevió a preguntar mas, ¿Quien era el? ¿Qué buscaba? ¿Las demás personas también buscaban algo?

Vecinos InefablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora