5. DOLOR

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- Jennie... - susurró Lisa
- ¿Puedes quedarte conmigo aquí?...- preguntó ella
- Yo haría lo que sea por ti...- sonrió Lisa.
Se fueron juntas al pueblo y se alojaron en una confortable posada bajo sus falsas identidades. Ya en la intimidad de la habitación - ¿Qué planeas hacer Jennie?... No puedes perder tus alas por esto... - dijo Lisa
- No quiero pensar en eso ahora. En este momento sólo somos tu y yo Lisa...- respondió ella mientras se abrazaban.
Esos sentimientos le daban valor, su único deseo era compartir el mayor tiempo posible con Lisa.
Aquella Diabla la amaba y deseaba tanto que el más mínimo gesto de parte de ella era suficiente para desatar toda la pasión que había en su corazón.
Pasaron días conviviendo en aquel pueblo, se sintieron tan completas juntas que llegaron a imaginar que tal vez esa es la vida que deseaban tener.
Aquellas noches de romance desenfrenado hacían sentir a Jennie que no dudaría en entregar sus alas con tal de estar al lado de Lisa. Pero pronto descubriría que los sacrificios por amor tenían un límite.
Durante ese tiempo no habían vuelto a tener noticias de parte de ese ángel que en esa ocasión persiguió a Jennie. ¿Será que habían desistido de la idea del castigo?, no, todo estaba a punto de volverse más difícil.
Un día llegó a manos de ella una nota en una paloma blanca, provenía del paraíso. Al leerla quedó impactada, no podía disimular su conmoción - ¿Qué ocurre Jennie?, ¿Qué dice? - preguntó Lisa que estaba junto a ella.
- Dice que los superiores han decidido perdonarme si regreso ahora, pero de no hacerlo mi familia será exiliada ya que la unión de un ángel y un demonio es un pecado de deshonor familiar...- respondió afectada
- No lo entiendo, ¿Por qué tanto interés en ti?, ¿Por qué no simplemente te dejan ir? -
- Es porque soy candidata a suceder a un arcángel... no es algo que dictamine nuestra sangre si no el azar. Hace un tiempo fui llevada a un palacio en mi mundo donde se me prepararía para mi futuro. Algunos estaban al tanto de que venía aquí porque me gustaba ver las cosas humanas y me lo permitían. Pero seguramente jamás creyeron que podría encontrar el amor en esta tierra y mucho menos que sería una Diabla - explicó ella
- Jennie...-
- Debo admitir que era feliz con mi vida anterior, pero ahora que sé que existe no concibo otra forma de felicidad que no sea estar a tu lado Lisa...- confesó mientras acariciaba el rostro de ella
- Yo me siento igual...-
- No me importaría que me exiliaran, o que arrancasen una por una las plumas de mi alas hasta quitármelas... Pero no puedo permitir que un inocente sufra por mi culpa, y mucho menos si son mis padres. Estoy segura de que no saben nada de todo esto...-
- ¿Cómo lo sabes? -
- Porque si están tratando de convencerme de regresar es porque quieren solucionarlo entre nosotros sin que nadie se entere, sería un escándalo -
- Creo que puedo ver cuál será tu respuesta...-
Jennie entristeció su mirada - Perdóname Lisa... Pero ese es mi límite...-
la Diabla la rodeo con sus brazos, presionándola contra su pecho - No tienes que pedirme perdón, lo único que puede hacerme daño es verte triste... sólo quiero que sepas que lo que siento por ti es para siempre -
- Igual yo... Sí tan sólo fuésemos de la misma raza las cosas no serían tan difíciles...- suspiró ella
- Tal vez... Pero tampoco nos hubiésemos amado así, nos queremos porque somos diferentes, porque encontramos en el otro cosas que no conocíamos en nuestros mundos...- terminó Lisa.
Jennie decidió responder aquel mensaje diciendo que regresaría esa misma noche.
Eligieron pasar sus últimas horas juntos en la intimidad de ese cuarto, amándose en esa pequeña libertad. Antes de irse Lisa le pidió bailar una última vez, pero siendo ellas mismas, sin disfraces, mirándose tal cuáles eran, solas entre esas cuatro paredes.
Finalmente el tan temido momento llegó, era la hora de despedirse. Fueron hasta el bosque en el medio de la noche como ella prometió, se entregaría por propia voluntad.
Allí la estaba esperando un ángel, un poderoso guardián, para llevarla de regreso. Iban tomadas de la mano, aquella imagen impactó al guardián, comprobó que lo que le habían dicho era verdad, un ángel y un diablo juntos entre los humanos.
Una inmensa tristeza invadió el pecho de Jennie, no quería soltar la mano de su amada, Lisa también se resistía a la idea de que se fuese. Resignada, se colocó frente a Lisa, aunque casi no podía ni mirarla, y con un tímido beso le dijo adiós.
Comenzó a caminar en dirección a aquel guardián, pero a mitad de camino se detuvo, volvió corriendo sobre sus pasos y abrazó con todas sus fuerzas a Lisa.
- No puedo hacerlo... No quiero dejarte...- decía ella entre sollozos
- Por favor no llores Jennie... sabes que es lo único que puede herirme...-
- Pero... de sólo pensar que no volveré a verte siento mucho dolor...-
Ella lloraba sin consuelo, Lisa se sentía culpable por aquella situación, pensaba que si no la hubiese buscado, si no la hubiese ilusionado desde un primer momento, Jennie no tendría que pasar por todo eso...
 

Nathaly1236_

El Demonio Que Se Enamoro Del Angel  | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora